Empresas básicas de Guayana a cargo del Estado registraron al menos 12 accidentes laborales graves durante el año 2022, debido a las condiciones de peligrosidad a la que están expuestos los trabajadores de estas empresas básicas.
Noviembre y diciembre fueron los meses con mayor inseguridad. Durante la segunda quincena de noviembre y la primera de diciembre ocurrieron 5 accidentes laborales, de acuerdo con el seguimiento realizado por Correo del Caroní.
En uno de estos últimos accidentes, el trabajador Julio Barroso murió triturado por las ruedas de los vagones de Ferrominera Orinoco mientras cumplía la orden de ejecutar una maniobra prohibida.
Obreros protestaron tras la muerte de Barroso y denunciaron que el rigor de producir a toda costa al cual son sometidos para que la directiva se jacte de obtener metas, los mantiene en riesgo de muerte.
Aunque los accidentes ocurrieron en distintas compañías y momentos del año, tienen en común que todos obligaron el traslado y hospitalización del trabajador afectado, y fueron ocasionados por el incumplimiento de la normativa de seguridad industrial o falta de mantenimiento a las áreas laborales.
Los tres accidentes ocurridos en Ferrominera Orinoco durante el mes de diciembre, cuyas víctimas fueron Aquiles Mosiso, Cristian Medina y Breiner Contreras, se debieron a la realización de maniobras prohibidas. Además, contaban con condiciones precarias de seguridad, como la falta de insumos de trabajo básicos o iluminación de áreas peligrosas.
La acería de palanquillas de la Siderúrgica del Orinoco ha sido el escenario de múltiples accidentes laborales, más de 7 durante 2021 y 2022. La mayoría se debe a la perforación de cucharones en el horno 1, único operativo en la empresa, al cuenta con el recubrimiento necesario para aislar las altas temperaturas.
Trabajadores de la Corporación Venezolana de Guayana reclaman que la recuperación productiva de este año no se ha traducido en mejoras salariales, ni trabajos de reparación y mantenimiento.
Los obreros aseguran que no hay mejoras en las áreas laborales ni entrega de equipos de protección personal establecidos en los contratos colectivos como guantes, botas de seguridad y pantalones. Un situación que se está presentando desde 2012.
En julio, el trabajador Rafael Yépez resultó con lesiones en cráneo y fractura de brazo, luego de que le cayera un saco industrial con una tonelada de alúmina en una celda de CVG Venalum, debido al uso de nylon vencido. Mientras que en mayo, el incendio de un montacargas provocó quemaduras al empleado Luis Díaz.
Pese a que Correo del Caroní cubrió todas denuncias de accidentes laborales que los trabajadores hicieron llegar, falta el registro correspondiente a la data oficial. Empleados aseguran que hay más accidentes que fueron ocultados y cuyas víctimas no quisieron denunciar por temor a represalias.
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