Brasil y Uruguay, dos de los tres campeones mundiales de Suramérica, darán la cara por la región desde cuartos de final en un Mundial de Rusia con acento europeo y con sorpresas al por mayor por la prematura salida de potencias como Alemania, España, Portugal de Cristiano Ronaldo y Argentina de Messi.
La canarinha sigue con su paso firme, sin sorpresas, sin sobresaltos. Más allá de un estreno con dudas, cuando empató con Suiza 1-1, el equipo de Tite arrasa: lleva 7 goles a favor y solo ha recibido uno. Es el gran candidato al título, aunque su rival en cuartos, Bélgica, será un gran obstáculo.
En la llave de octavos de final superó a México sin dar su máximo esfuerzo, porque aceleró cuando quiso y frenó cuando le convino. Neymar guió su juego, con un gol y una asistencia, aunque todo el equipo mostró un nivel alto. Brasil es ese rival que nadie se quiere cruzar.
Ahora viene el duelo contra Bélgica y este juego será una verdadera prueba para el fútbol brasileño, porque se trata de un rival con muchas armas para hacerle daño. De entrada, es el adversario más fuerte que tendrá Brasil en lo que va del campeonato, más que Serbia, Costa Rica, Suiza y el propio México. Bélgica, aunque se enredó más de la cuenta contra Japón, es el equipo más goleador de esta Copa del Mundo, con 12 tantos, y tiene jugadores de mucho talento, como el goleador Lukaku (que lleva cuatro goles) o el volante Eden Hazard.
Pero estos son los partidos que más le gustan a Brasil, esos que lo exigen al máximo, porque es cuando puede mostrar su verdadero potencial. En todo caso, si Brasil quiere ganar el título, este será un tremendo escollo.
Por otro lado, pesa la historia, la camiseta. Se trata del pentacampeón del mundo que quiere dejar atrás esa seguidilla de malos mundiales que ha hecho en las últimas ediciones (después del 2002, cuando fue el campeón) contra una Bélgica cuya mejor actuación fue un cuarto lugar en 1986.
Uruguay tiene sus ilusiones intactas en Rusia. Hasta el momento ha hecho un Mundial extraordinario: ha ganado sus cuatro partidos disputados y es, junto a Brasil, el que menos goles ha recibido, apenas uno. Pasó la fase de grupos con imponencia, pero le hacía falta un desafío real, y lo tuvo contra Portugal, el de Cristiano Ronaldo, al que eliminó en octavos. A partir de ese momento, los charrúas se creyeron el cuento y pueden ir por más.
En el duelo contra los portugueses, Uruguay demostró que tiene un equipo que no solo es aguerrido, sino que tiene equilibrio defensivo y ofensivo, con un orden que no limita la capacidad de ataque, además de la jerarquía para afrontar instancias, aunque se trate de un rival muy difícil y uno de los candidatos al título, como lo es Francia.
Este Uruguay ha mostrado entre sus características su presión asfixiante al rival, con sus delanteros convertidos en los primeros defensas, y con los defensas mutando a atacantes.
Pero lo que hace más difícil a esta selección, y por lo que quizá nadie, ni siquiera Francia, quisiera enfrentarla, es su ímpetu para jugar de principio a fin, con ese esfuerzo incansable que los lleva a pelear cada pelota, como cuando hacen doblaje en las marcas y anulan a los mejores jugadores rivales. Así fue contra Portugal y ni el propio Cristiano pudo atravesar esa telaraña. Así que no es de extrañar que hagan el mismo operativo contra dos jugadores clave como Mbappé o Griezmann, los más peligrosos del ataque de los franceses.
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