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«Si Rusia gana, China nos hará lo mismo»: los taiwaneses que combaten (y mueren) por Ucrania

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En una iglesia de Lviv, una ciudad en el occidente de Ucrania, la madre de Tseng Sheng-guang le da una última mirada a su hijo, quien yace en un ataúd.

La acompañan otros familares y un número de ucranianos que quieren rendirle tributo a un hombre que murió a miles de kilómetros de su casa, luchando por un país que nunca había visitado antes.

«Mi niño Sheng-guang, quiero que sepas que fuiste muy valiente», dice su madre. «Siempre vas a ser mi bebé y me siento orgullosa de ti».

Tseng estaba peleando con la legión internacional de las fuerzas de defensas territoriales de Ucrania cuando fue asesinado el mes pasado en la ciudad oriental de Lyman. Fue el primer taiwanés muerto en combate en Ucrania.

En un comunicado que se publicó posterior a su muerte, el ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano dijo que Tseng había «dado su vida por la lucha de Ucrania por la libertad».

Miles de soldados extranjeros han viajado a Ucrania a luchar y, entre ellos, el número de taiwaneses es pequeño, se estima alrededor de 10.

Pero la invasión de Rusia ha resonado con la pequeña isla, a medio mundo de distancia.

China argumenta que Taiwán es parte de su territorio y dice que lo unificará, así sea a la fuerza. Taiwán se ve a sí mismo como un territorio independiente de China.

Las tensiones en el estrecho que divide ambos territorios se incrementaron considerablemente después de la visita de la política estadounidense Nancy Pelosi a Taiwán el pasado agosto, algo que enfureció a Pekín. China respondió con ejercicios militares alrededor de la isla.

Servicio militar

Sammy Lin, un amigo virtual de Tseng, dijo que la principal preocupación del jóven era que algún día, Taiwán sufriera el mismo destino de Ucrania:

«Recuerdo que le contaba a sus amigos que no podía soportar que los ucranianos recibieran abusos y fueran asesinados por los rusos».

Tseng era una «de las personas más correctas» con las que se había encontrado, dijo Lin.

La madre de Tseng Sheng-guang viajó para recuperar los restos de su hijo | REUTERS

Taiwán tiene servicio militar obligatorio, lo que hace que aquellos que lo completen, puedan ser parte de la legión extranjera de Ucrania.

Jack Yao, de 28, también es de aquellos que tomaron la decisión de ir. Llegó a Ucrania tres días después de que el presidente Volodymyr Zelensky llamó a voluntarios extranjeros para unirse a la lucha de Ucrania, viajando de Taipei a Polonia y luego hacia la capital Kyiv.

«Estaba viendo la situación desde el año pasado, especialmente con los rusos moviendo soldados y tanques a la frontera con Ucrania. Nadie creyó que pudiera ocurrir», le dijo a la BBC.

«La situación de Taiwán y lo que ocurre allá es muy parecida. Estaba pensando qué podría hacer para apoyar a Ucrania», añadió.

Se unió a la legión extranjera de Georgia y recibió tareas de reconocimiento de combate cercano. Cuando llegó, los rusos aún intentaba tomarse Kyiv.

«Hubo varios ataques con misiles y bombas mientras los rusos estuvieron en Bucha», asegura, refiriéndose a la población situada al norte de la capital.

«Tenía una misión, y vi a nuestros hombres asesinados en una explosión. La bomba estalló a casi 50 metros detrás de ellos».

Durante los tiempos de ocio, logró discutir la situación de Taiwán con miembros de su unidad.

«Un tipo había vivido en Taiwán por dos años y conocía la situación. Taiwán y Ucrania son casi hermanos. Es 100% igual. Me estaban diciendo que no podía morir acá porque tenía que regresar a proteger mi patria», aseguró.

Jack Yao -en Polonia- se registró para luchar en Ucrania apenas tres días después de que el presidente Zelensky invitara a personas para luchar por su país | JACK YAO

Mientras que Yao volvió a su negocio de café en Taiwán, otros siguen en Ucrania. En un video reciente para una beneficencia ucraniana, dos taiwaneses explicaron sus motivos de permanecer en la zona de combate.

«La razón principal por la que vinimos fue para salvaguardar la seguridad de los ucranianos», dicen mientras sostienen una bandera de Taiwán.

«También tememos que si Rusia gana, China haga lo mismo en Taiwán. Así que estamos dispuestos a venir a Ucrania, a sacrificar nuestras vidas y libertad por la seguridad de las personas aquí».

Aún así, no todos taiwaneses que fueron a Ucrania tenían motivaciones geopolíticas en mente. En junio, Li Chenling le dijo al servicio chino de la BBC que estaba ahí porque quería vivir una vida «memorable».

Agregó que si Taiwán llegara a ser invadida, su voluntad de lucha dependería de la respuesta tanto del gobierno de Taiwán, como del de EE.UU.

«Hombro con hombro»

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho en repetidas ocasiones que su gobierno defendería a Taiwán, dado un posible ataque chino. Sin embargo, la posición oficial de Washington es una de «ambigüedad estratégica»: no se compromete a defender a Taiwán, pero tampoco descarta la opción.

El mes pasado, el presidente Biden dijo que no creía que una invasión China a Taiwán fuera inminente. Lo dijo luego de una reunión cara a cara con el presidente chino Xi Jinping, previo a la reunión del G20 en Bali.

Los taiwaneses tienen posiciones y visiones distintas frente a la posibilidad de un conflicto, indica Paul Huang, del Foro de Opinión Pública de Taiwán.

«Es interesante, pero más personas parecen indicar que no están preocupadas», le dijo a la BBC.

«Como lo hemos visto en Ucrania, la preocupación que tengan las personas sobre determinado evento no incide de ninguna manera en las probabilidades de que ese evento ocurra, ni hace referencia al nivel de preparación», dijo.

Sin embargo, la mayoría de los taiwaneses no creen que la isla sea capaz de aguantar contra China por tanto tiempo como lo ha hecho Ucrania con Rusia, añadió.

En su duelo, la madre de Tseng dijo que la decisión de su hijo de luchar hombro con hombro con otros por Ucrania le daba algo de paz.

«A pesar de mi dolor, me da mucho consuelo saber que en últimos momentos de su vida, Sheng-guang estuvo luchando hombro a hombro con el grupo de los guerreros más valientes, que se apoyaron los unos a los otros y que estuvieron juntos en vida y en muerte.»

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