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La hora de la verdad

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Reiteradamente hemos indicado el objetivo de Petro de instaurar la dictadura del socialismo del siglo XXI en Colombia; en el informe de Síntesis Analítica (1) # 10 del 11 de julio, por ejemplo, señalamos:

“Con base en esas premisas podríamos hacer las siguientes consideraciones generales en torno al rumbo del país en el corto y mediano plazo: 1. Se va a intentar hacer una transformación radical socialista tanto en lo político como en lo económico. 2. Esta transformación se hará en primer lugar en el corto plazo dentro del marco legal actual, mientras se logra una transformación legislativa profunda (incluso no se niega la posibilidad de transformación constitucional intensa). 3. Una vez lograda esta primera etapa se iría hacia la transformación radical del socialismo del siglo XXI, sin saberse si esta se haría dentro del marco democrático (como en Argentina o Brasil), o si se intentaría una vía autoritaria (como en Bolivia y Venezuela)” (Síntesis Analítica; informe # 10, 11 de julio del 2022). A apenas 100 días del gobierno ya se visualiza claramente que ese análisis era correcto. No solamente en el nivel declarativo (abrumadoramente radical y hasta exótico-perverso) sino principalmente en la acción. Las características fundamentales del gobierno Petro en sus primeros 100 días son:

Anticapitalismo. Ecologismo radical. Implantación de la ideología de género (a través del “orangután” al respecto en la reforma electoral). Discurso de lucha de clases y de odio. Política fiscal expansiva. Sesgo antihidrocarburos. Implantación de la “Paz Total”, la cual luce significaría en realidad impunidad total para los criminales narcos o no (como lo demuestra la excarcelación de los terroristas de primera línea).

En fin, el gobierno está claramente definido en su tendencia socialista radical. Lo que no se define es una oposición firme ante esta arremetida radical de Petro. Por el lado de los partidos tradicionales (salvo las connotadas excepciones del CD y de CR que, aunque se declaró independiente ha sido firme opositor de la mayoría de proyectos gubernamentales) están absoluta y totalmente plegados al gobierno.

Es impresionante como la mermelada ha plegado a los partidos Conservador y Liberal al punto de apoyar un proyecto (la reforma política) que prácticamente les decreta la muerte. En un informe anterior de Síntesis Analítica (#29, del 21 de noviembre) indicamos:

“Paralelo a esto ya está en vías de aprobarse la reforma política, con medidas legislativas tendiente a la eliminación de esos mismos partidos que la aprueban, pues con el transfuguismo, la silla giratoria entre parlamentarios y ministros, la financiación en su casi totalidad pública (que asfixiaría a los partidos de oposición sin los recursos ilegales gubernamentales) da el primer paso hacia el sistema de partido único. Luego viene la reforma electoral que le da poderes casi dictatoriales a la registraduría (la cual ya es una sucursal de las empresas en la que Juan Manuel Santos es accionista-así no aparezca, pero es pública y notoria su nexo- J Gregg and Sons) y con el voto electrónico previsto, pues se va hacia el consuetudinario fraude por Smartmatic que hacen todos los gobiernos del socialismo del siglo XXI en la región”

Habíamos afirmado que esa reforma radical socialista a la que pretende Petro se haría en el corto plazo dentro del marco legal y aceptando la institucionalidad democrática, pero todo parece indicar que, aunque formalmente dentro de la legalidad, en realidad en apenas 100 días ya Petro está rozando el autoritarismo característico del socialismo del siglo XXI, y con el apoyo de la misma institucionalidad, o al menos con un silencio muy permisivo.

Los ataques a la libertad de expresión ya no son solamente a través de la intimidación discursiva o de la intención de su limitación a través de proyectos legislativos en los cuales se simulaba la verdadera intención a través de propósitos loables como el fortalecimiento de los medios comunitarios. La lamentable suspensión del programa La Hora de la Verdad del ilustre jurista y político Fernando Londoño, único programa de oposición al gobierno en los medios tradicionales por parte de RCN es muy significativo de esta tendencia autoritaria del gobierno, la sacada del aire del Dr. Londoño no tiene sino una sola explicación: presión sobre Ardila Lulle para que tomara esa decisión. Su grupo es propietario de Postobón, el principal productor de gaseosas y jugos del país. Petro no se conformó con atacar con el “impuesto saludable” al azúcar en las bebidas, en la cual estaba etiquetado su nombre, sino quien sabe como… (¿expropiación?) lo obliga a sacar del aire a Londoño.

Hace mal RCN en caer en la intimidación del gobierno. No se evita la mano autoritaria del gobierno, con sumisión ante pedidos iniciales, queriendo prevenir lo peor, la toma total del medio, por parte del poder dictatorial. Ardila Lulle debería conversar (seguramente lo ha hecho, pero hace oídos sordos) con Otero y Granier, quienes pusieron a Chávez en el poder y luego fueron siquitrillados por el dictador. RCN no evita su expropiación o cierre por parte de Petro plegándose a sus peticiones, por el contrario, levantando desde el inicio su voz contra las amenazas a la libertad de expresión puede quizás evitar mayor intimidación gubernamental, pero seguro que silenciando las voces opositoras (y en este caso la magistral voz de Londoño, única opositora en los medios tradicionales) no lo va a hacer.

Ahora bien, la amenaza a la libertad de expresión por parte del gobierno ha sido sigilosa (proyecto legislativo retirado, amenaza a RCN pero en privado), mientras que la amenaza a los gremios y por lo tanto a la libertad pública si ha sido ostentosa y claramente ilegal, acá se está en un régimen dictatorial en pleno, y de nuevo, con la anuencia de los perjudicados directamente por la presión indebida de Petro.

Roberto Vélez renunció a la gerencia esta semana, pero lo importante a destacar es que indicó que su renuncia se debía a que “en palabras del líder gremial, la decisión fue tomada tras una llamada de la Casa de Nariño, indicando las intenciones del cambio de gerencia sugeridas por el presidente Petro”(https://www.portafolio.co/economia/gobierno/gobierno-pidio-el-cambio-de-la-gerencia-de-la-federacion-de-cafeteros-575033),.

Textualmente Vélez indicó en redes: “Se los digo honestamente, me llamaron del Palacio de Nariño y me dijeron que el presidente quería que este gremio iniciara el proceso de la elección de un nuevo gerente general (idem). Esta orden de cambiar el gerente de una empresa privada, es inconcebible en una democracia y denota que ya caímos en una vulgar dictadura del socialismo del siglo XXI como la venezolana. Pero esa intención dictatorial de Petro ya la conocíamos por su afiliación ideológica al socialismo del siglo XXI, lo inaudito es la aceptación por parte de la directiva de la federación. Repetimos, una empresa privada, y.. por lo tanto, en ella no tiene ni voz ni voto el gobierno, es decir, una intromisión directa del presidente y que no cause ningún reclamo ni protesta. Habrase visto que un gerente de una empresa privada pone el cargo a disposición del presidente, como si el gerente de Bancolombia, Éxito, Grupo editorial El Tiempo, RCN o cualquier empresa privada pongan su cargo a disposición de Petro. Con ese comunicado la federación reconoce que ha sido confiscada. Estamos pues ante una clara dictadura del socialismo del siglo XXI que atenta contra la libertad de expresión y confisca empresas privadas y, lo que es peor aún, con la anuencia o al menos pasividad de los confiscados. Llegó La Hora de la Verdad, el cierre de este valioso programa radial del Dr. Londoño, junto con la renuncia del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (y presumiblemente igual sucedió con otros 4 dirigentes gremiales), indica el inicio de la dictadura del socialismo del siglo XXI. Con los partidos Liberal y Conservador no se cuenta, pero el resto de partidos defensores de la democracia liberal, junto con los gremios, sindicatos, medios, universitarios, en fin, la sociedad civil, debe conformar un Frente de Oposición al SSXXI ya, es ahora o nunca, la experiencia de apaciguamiento venezolana nos indica que esa no es la vía, hay que resistir la dictadura desde su primer día.

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