Luciano Marín Arango, más conocido con el alias de Iván Márquez, de 67 años de edad, y quien funge como jefe de las disidencias que se hacen llamar Segunda Marquetalia, ha mejorado su movilidad tras el ataque registrado contra su campamento el 29 de junio en Venezuela.
Fuentes cercanas al gobierno, y que están atentas a los avances de la propuesta de paz total, señalaron a El Tiempo que Márquez ha evolucionado neurológicamente, habla fluido y está recuperando la movilidad de su mano en cuanto a la escritura.
El diario colombiano publicó en exclusiva en su momento que Iván Márquez, tras una fuerte explosión, recibió un golpe en la cabeza que lo dejó en coma por días y que había perdido dedos de una de las manos.
“Márquez, a través de su hombre de confianza transmitió su voluntad de acogerse a la propuesta de paz total y es esperanzador que él pueda participar directamente de dicho proceso”, dijo la fuente.
En esa línea, otras fuentes consultadas por El Tiempo confirmaron que Iván Márquez sigue en Venezuela, pero ya no en el centro médico en Caracas al que fue trasladado inicialmente con el apoyo de la fuerza pública de ese país, sino en algún punto secreto cerca de la frontera.
Explosivos en una caja con licor
Aunque se conocieron versiones tras el ataque a su punto campamentario en en zona rural de Caicara del Orinoco, estado Bolívar, a 198 kilómetros de la frontera con Colombia por Puerto Carreño, Vichada, la última hipótesis hace referencia a que le enviaron una caja –con una botella de licor- que tenía un mecanismo explosivo que se activó cuando Márquez la abrió.
El ataque habría sido ordenado por su enemigo Iván Mordisco, jefe de otro grupo de disidencias en Colombia que lo señaló de ser el responsable de la muerte de Gentil Duarte.
Un posible regreso de Iván Márquez a la escena nacional podría avivar la guerra entre disidencias que, por citar un ejemplo, dejaron 23 muertos en Putumayo, o podría darle un aire a la propuesta de paz total, indicaron las fuentes.
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