Subestimado. Así se ha sentido Budú a lo largo de su carrera. Marcado por una juventud llena de dificultades y carencias, Pedro Pérez, su nombre real, logró labrarse un destino en la música por más de dos décadas –primero junto a las agrupaciones 3 Dueños y Vagos y maleantes, y luego como solista–, que lo convirtió en referencia del hip hop venezolano y lo llevó, luego, a desarrollar una faceta como actor, con películas como Secuestro Express (2005) y Manos de piedra (2016), ambas de Jonathan Jakubowicz. En esta última comparte créditos con Robert De Niro y Edgar Ramírez. Pese a todo su esfuerzo, confiesa, se ha sentido menospreciado.
Ese sentimiento es, precisamente, el que le da nombre a su nuevo disco: El subestimado. Desde que dejó 3 dueños, el rapero ha sentido que de sus excompañeros, DJ Trece y Nigga, fue el que menos tuvo apoyo y al que siempre catalogaron como «el peor» del grupo. «Siempre fue como: ‘Budú, es el peor’ o ‘Es el que no le mete’, y así ha sido con todo. No me toman en cuenta y algunas puertas me han cerrado».
Con El subestimado, Budú quiere reconectar con sus raíces, con el hip hop que lo hizo crecer como artista. En total, serán 10 canciones las que le darán forma a la producción. No es un disco para chamos, dice. A diferencia del estilo de música que suelen escuchar hoy en día, su álbum –que espera esté disponible la segunda semana de diciembre– presenta una propuesta más reflexiva y un sonido más relajado, solo bombo y caja, con temas dedicados a Caracas o al dolor que ha experimentado en diferentes etapas de su vida. «Cada canción es una experiencia», afirma Pérez, quien agrega que cuenta con algunas colaboraciones, pocas, porque el trabajo es un reflejo de él y de su esencia como artista. “En mis producciones como solista ayudo a los talentos emergentes, no son nuevos, pero son underground. Están, por ejemplo, Macmel, que es un cantante de reggae, y Afreeka».
Budú no ha dejado que los comentarios negativos lo detengan. Al contrario, los ha usado como impulso. «Yo estoy donde estoy solo por mí, porque no me he parado», dice con seguridad, pero reconoce que, en ocasiones, el rechazo de la gente lo ha hecho caer en depresión.
No quiere que solo lo recuerden por decir groserías, quiere que lo reconozcan por su trayectoria musical y en la actuación. «Es impresionante cuando participas en algo como Entregrados, en donde digo cualquier cantidad de groserías, y cuando saco un preview de un video, los números del video donde estoy borracho y diciendo groserías son impresionantes en comparación con el de algo en lo que hay un proyecto bien trabajado», dice el rapero, de 47 años de edad.
Y agrega: «Hay gente que me dice: ‘Yo soy tu fan desde que vi Entregrados’ y yo pienso: ‘Dios mío, tengo más de 30 años de trayectoria, películas, clásicos con 3 Dueños y con Vagos y maleantes, y me vas a decir que eres mi fan porque me viste en Entregrados‘».
Aunque se siente orgulloso de ser auténtico y no tener que fingir ser algo que no es, resiente que muchos solo lo reconozcan por otras cosas y no por su música. «Como solista tengo seis discos, muchos no lo saben, y de todas las canciones que he hecho la más conocida es ‘Nunca falta un mamagüevo’ (‘Nunca falta‘) y he hecho canciones con buenas letras. Pero ¿qué pasa? Yo soy muy venezolano, muy caraqueño, no imito a nadie. Soy muy yo. Uso la jerga caraqueña, no tengo que imitar a nadie para estar sonando en comparación con otros artistas nuevos», dice el rapero, cuya lucha diaria es mantenerse activo y trabajar en nuevos proyectos. «El apoyo no es solamente decir ‘Ay, me encanta’, es mostrar que están con uno, estar pendientes de lo que hago. Hay mucho material, no me recuerden solo por la vulgaridad, por lo chaborro. Cuando estoy en una reunión y digo una grosería, todos se mueren de risa, entonces a veces me pregunto si eso es lo que hay que darle a la gente. Pero no es lo que quiero».
Budú reconoce que hacer música en Venezuela es difícil y vivir de ella aún más. «Hacer música en Venezuela es difícil, sobre todo el tipo de música que hago yo. Si te dijera que vivo de la música es mentira, yo vivo de mi imagen y de otras cosas, pero de la música, como fue hace 12 años”. Lamenta que sean pocos los espacios para shows de artistas venezolanos, pero ve como algo positivo la reactivación de conciertos en el país. «Me encanta todo lo es en pro de la música».
El rapero considera que hace falta unión y apoyo entre los músicos venezolanos. “Si sacas un disco no es como en otros países que entre los mismos artistas lo comparten e invitan a los demás a escucharlo. Esas cosas no pasan aquí, todo es una rencilla o peleadera. En rap, donde todos dicen ser malandros o delincuentes, es la movida más chismosa que hay en el mundo y a la gente no le interesa si yo peleo o tuve una novia, a ellos les interesa verme cantar o actuar”.
Repetirse en otros formatos
Además de su carrera en la música y en la actuación, Budú es conocido por haber participado en programas de televisión relacionados con la sexualidad. Por eso, a comienzos de este año estrenó la segunda temporada de Háblame de sexo, un web show producido por IVC, en el que aborda junto a invitados temas sexuales. “Cuando hablas de sexo en cualquier parte del planeta vende”, afirma.
Aunque es un tema que le apasiona, no quería hacer la segunda temporada del show; sin embargo, los comentarios y experiencias de las personas que veían el programa lo convencieron, sobre todo, una en particular. “Una vez estaba en un restaurante y una pareja de viejitos me dijo: ‘Mira, Budú, queremos confesarte que éramos una pareja que estaba a punto de divorciarse, pero agarramos tu programa como terapia y ahora somos la pareja más feliz del mundo’. Cuando te dicen ese tipo de cosas sientes que hubo un impacto. Yo decía que no lo quería hacer (el show) y muchos me pedían que no lo dejará, muchos me veían como un sexólogo y me pedían consejos. Hice la segunda temporada para complacer a mis fans para que se la tripeen”, dice Peréz.
Budú considera que la sociedad venezolana está más abierta a temas sexuales; pero afirma que aún hay mucho machismo. “A veces pensamos que los venezolanos son cerrados, pero aquí hay una comunidad swinger y es más grande de lo que pensamos ¿Qué es lo que pasa? Hay miedo y machismo. Los hombres no terminan de entender que las mujeres ya no son como antes, sumisas y calladas. Ya eso no se ve. Las mujeres maduraron en ese aspecto, son más abiertas con su sexualidad. Pero existe el machismo”, indica el rapero, quien no está seguro sobre si habrá una tercera temporada de Háblame de sexo, pero anunció que recibió una propuesta de televisión para tratar con la misma temática, en la que estará con dos personas más. “Ya se hizo el piloto y a la gente le ha encantado”, adelantó.
Un sabor que lo identifica
Desde hace tres años, el rapero es imagen de Anís Bandera. “Muchos creen que soy dueño de la marca. Y no, ojalá”, dice entre risas. Cuando la marca de licor le propuso trabajar con ellos no dudó ni un segundo. “Siempre me ha gustado el anís, desde chamo. Desde que empecé a trabajar con ellos ha sido un boom, todo el mundo identifica a la marca conmigo”.
Este año lo sorprendieron con una propuesta: hacer un sabor que lo representara. Y claro, no podía ser otro que el anís con yogurt. “Llegaron con el sabor y, poco a poco, fuimos ajustando el definitivo. Chamo, no es porque sea mía, pero tienen que probarla. El anís normal lo hueles o lo pruebas y te golpea, pero este les va a encantar. Muchas personas que dicen que no beben anís les gusta. La botella también tiene muchos detalles relacionados conmigo y con lo que me gusta. Si no me hubiesen llegado con la propuesta de sabor igual hubiese elegido el anís con yogurt porque es lo que más me identifica”, asegura.
Un futuro en la actuación
Aunque en su carrera Budú prioriza la música, quiere consolidar su carrera como actor. “Gracias a la música estoy en la actuación y soy todo yo. Siempre voy a hacer música hasta que Dios lo decida. Luego de la música, la actuación que para mí es lo máximo”, dice.
Este año se iba a estrenar como director y protagonista de una serie policial, pero no pudo completar el proyecto por falta de presupuesto. En la producción, escrita por el actor y director Mario Sudano, participan Rosario Prieto y César La Máscara. “Es una serie de 10 capítulos. Sigo en pie. Nuestra intención era venderla a Netflix u otra plataforma de streaming”, cuenta Budú.
Le gustaría actuar en una película de terror. “No he tenido la suerte de tener un manager que crea en mí”, lamenta. También añade que le gustaría trabajar con el director venezolano Miguel Ferrari (Azul y no tan rosa o La noche de las dos lunas). “Es un gran amigo mío y me gusta mucho su trabajo”.
Aunque la música es lo que más ama, no se ve haciendo música urbana después de sus 50 años. Quiere probar cosas nuevas como hacer monólogos de humor y establecerse en la industria audiovisual. “Me veo metido de lleno en cine y en la producción musical”.
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