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Fui, soy, seré reaccionario hasta el final de mis días

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«Haremos explotar el Rectorado si Jiménez Ure continúa en la Oficina de Prensa»

(Amenazaban varios líderes estudiantiles que hoy forman parte del crimen político-financiero internacional con petrodólares organizado)

«Caminas encima de una cuerda floja»

(Nancy Colina de Dávila)

«Eres un fascista»

(Freddy Yépez, cuando lo compelí a no pegar afiches en las paredes del Rectorado, donde aparecía con jerarcas de las FARC)

En la Universidad de los Andes, numerosos profesores y estudiantes fomentaban el comunismo y yo reaccionaba contra ellos alarmado, mediante artículos de opinión política-filosófica que publicaban los principales medios impresos de comunicaciónen Venezuela [El Nacional, El Universal, El Globo, El Impulso, Diario de Caracas: d. d. a. a.  70-80-90 y 10/s. s. XX-XXI].

Lo hacía porque no era el progreso lo que impulsaban y pretendían instaurar en el país, sino el fratricidio, miseria, persecución, tortura, atraso y terrorismo en sus múltiples formas. No me equivoqué y, por ello, todavía permanezco despreciado en nuestra casa de estudios superiores. Casi la totalidad del personal universitario en Mérida mostraba devoción hacia el estalinismo. Sucedía igual en el resto de las universidades autónomas de Venezuela. Los exiguos detractores fuimos marcados como «reaccionarios», para siempre. La Real Academia de la Lengua Española yerra cuando sostiene que «[…] el reaccionario es una persona que se opone a cambios que representan el progreso de una sociedad».

¿Por qué –pregunto– si todos reaccionamos frente a distintos sucesos? Si alguien te golpea, experimentarás dolor y reaccionarás alejándote o quizá respondiéndole con igual pero defensiva violencia. Es inaudito que el DLE tuerza el significado del vocablo «reaccionario». Algunos reaccionan contra los avances científicos o legalización de las drogas, cierto. Pero igual existen personas que, como yo, propugnan el desarrollo cultural, científico y tecnológico de todas las sociedades del mundo. Motivo por el cual «reaccionamos» contra la moción de mantener paupérrima, mendicante, bajo barbarie, a cualquier país. El Diccionario de la Lengua Española debería corregir la definición del vocablo «reaccionario». Propongo que la acepción sea:

REACCIONARIO.- «Individuo que muestra agrado, disgusto, dolor, alegría, satisfacción, ira, rechazo o empatía ante determinado acontecimiento por el cual se sienta afectado física, psíquica, financiera, religiosa, ética, moral, política o filosóficamente».

Han transcurrido décadas y en la Universidad de los Andes muchos permanecen obtusos. Inconcebible porque el Totalitarismo incubado por docentes, artistas e intelectuales desde la segunda mitad del siglo XX haya extinguido la autonomía. Al bestiario que gobierna despóticamente no le interesa la Literatura, Artes, Investigación, Ciencia y Tecnología. Las autoridades académicas no tienen talante, no reconocen sus pifias ni a sus hacedores. Lo cual indica que su directiva es, en general, servil ante la tiranía. Para la institución, los escritores que alguna vez la representamos ya no existimos.

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@Jurescritor

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