El expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero calificó este jueves de «cambio imparable» el que se está dando en América Latina con la llegada de la izquierda al poder en algunos países.
Rodríguez Zapatero intervino en la instalación del VIII Encuentro del Grupo de Puebla que comenzó hoy en la ciudad colombiana de Santa Marta con la asistencia de líderes de la izquierda latinoamericana como los expresidentes Dilma Rousseff (Brasil), Evo Morales (Bolivia), Ernesto Samper (Colombia) y Leonel Fernández (República Dominicana).
«La paz es la gran tarea y desde el progresismo vinimos a hacer paz», manifestó el expresidente del gobierno español, quien destacó que «solo Latinoamérica puede decir: no aceptamos una nueva guerra fría», al señalar que esta es la única región del mundo en la que sus países no tienen guerras entre sí.
Igualmente resaltó que en los países latinoamericanos las luchas del «feminismo no han hecho más que empezar» y por eso los avances que se alcancen en cuanto a la igualdad de género «llevarán a la mayoría de las victorias progresistas en el futuro».
«La igualdad de género debe ser el primero de los objetivos», añadió el dirigente español al pedir a los líderes reunidos en esta ciudad del Caribe colombiano que el Grupo de Puebla se declare «el más feminista del escenario internacional».
La reunión del Grupo de Puebla, que concluirá el viernes, discutirá a puerta cerrada una nueva agenda para América Latina que incluye temas como las crisis económicas y políticas internacionales, el cambio climático y el papel del feminismo.
La integración, una prioridad
Rousseff indicó que una prioridad para los gobiernos de América Latina es la integración regional a través de la reconstrucción de organismos como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
«El surgimiento de la ultraderecha en el mundo es producto del neoliberalismo. Ahora debemos reducir la desigualdad, aumentar la defensa del medioambiente, sostener nuestra soberanía e integrarnos a América Latina», manifestó la expresidenta brasileña.
En la inauguración también intervino el expresidente boliviano Morales, quien consideró que el reciente triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales en Brasil es un golpe a sectores de la derecha que, según dijo, se apoyaron en instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA).
«Las doctrinas del imperio se caen a pedazos y ahora es el mejor momento para relanzar Unasur e institucionalizar el Celac. Antes daba miedo ser expulsado de la OEA, ahora es motivo de orgullo retirarse», dijo Morales.
Problemas comunes
En su discurso, el expresidente dominicano Fernández advirtió que los gobiernos de izquierda de la región deben estar atentos a los problemas económicos y sociales de los ciudadanos para tratar de dar respuestas conjuntas a sus necesidades.
«Nos enfrentaremos a descontento social y cambios de gobierno que son fenómenos globales frente a los que no hay soluciones nacionales, por lo que es necesario plantear soluciones regionales ante la crisis que trae el fenómeno global», expresó.
Samper manifestó que en América Latina ocurre lo que denominó «judicialización de la política», que está llevando a la «politización de la justicia», al referirse a casos como el de Lula en Brasil o de Rafael Correa en Ecuador, en donde, según afirmó, esa «guerra jurídica» está haciendo parte de los procesos políticos.
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