El mítico Fénix emerge de sus cenizas. Un ave legendaria que tiene la capacidad de resurgir a la inmortalidad. Una historia que nos ha acompañado por décadas y que hoy podemos aplicar su enseñanza ancestral porque, las páginas del libro de virtudes de toda una raza ha sido reducido a cenizas por el fuego tiránico, solo una está aún en resistencia: la supervivencia. Lucha sin descanso en los corazones de unos pocos ya que los demás sucumbieron en sus latidos.
Estamos librando las batallas de antaño que nos narraban nuestros abuelos. Las leyendas de aquellas epopeyas entre sables y cañones ahora se han transformado en realidades de balas, gas y deserción. Una generación entera se levanta en conciencia y en alma porque no escogió luchar por decisión sino, por accidente. Pues, debemos hacer que valga la pena. La sangre ha corrido, los caídos nos han impulsado, la Corte Suprema Celestial nos ha bendecido y ahora nos falta empezar a batallar en unidad. Eso, aún resulta un poco difícil.
Un país plagado de soledad, desidia e ignorancia. La época de las cavernas ha vuelto a ser una realidad luego de años de evolución. Un siglo que nos bendice con tecnología, innovación e información, ha derramado lo peor de sus maleficios sobre toda una especie. «La era de la información» pareciera ser a la inversa ya que no hemos aprendido a usar las virtudes que hoy nos obsequian sino que a su vez, hemos mejorado los vicios y aberraciones del pasado. La peor de las calamidades y las que vendrán si no se corrige a tiempo.
Simple y banal farándula escandalosa disfrazada de política, la catarsis divisionista desde grupitos de WhatsApp, el interminable círculo vicioso de buscar la razón absoluta, liberando desmesuradamente esas pasiones ocultas contra líderes de la misma trinchera ha ocasionado que el respaldo popular vaya en declive. La búsqueda de más «RT», «likes» o «aplausitos» en la política del insulto y la destrucción no hace que el régimen se debilite sino que, lo fortalece.
Entre las diversidades de pensamientos, es una victoria consolidar una razón y un criterio. Pero, las distintas ideas e ideologías presentes dentro de la oposición venezolana, desatan las emociones más oscuras y resentidas y es allí, donde olvidamos el debate de altura y comenzamos a puntualizar, señalar, escandalizar e incluso comentar despectivamente a todo gañote y con «autoridad» a quien, con mucho sudor, de una forma u otra, ha luchado a mi lado en contra de este régimen.
La conquista de un sueño es lo que separa a los que viven de los que mueren, la unión es lo que separa a los victoriosos de los fracasados y la exhaustiva lucha por un ideal es lo que separa a los que son y a los que trascienden. Todo es pasión, todo es corazón, todo es constancia, todo es preparación, todo es alma, todo es visión, todo es voluntad ya que el talento huérfano es muerto.
Existen momentos estelares en la vida de las personas y marcan un hito en la historia de su haber. Momentos que nos guían hacia la trascendencia. Momentos que sacan nuestra esencia más arraigada a pesar de las vicisitudes. Momentos que ponen a prueba la dureza de nuestro espíritu y el fulgor de nuestra alma. Momentos en los cuales la destrucción de lo que nos atrasa es inminente y la promesa de un mejor futuro es el principal impulso. Existen momentos, momentos de momentos que separan a los grandes de los cobardes.
Llegará el momento en que nuestros cuerpos dejen de funcionar, llegará el momento en que los latidos de nuestro corazón de acero sucumban definitivamente ante la adversidad, llegará el momento donde el vidrio inflexible de nuestros espíritus se destrocen y la opción de hacer un mosaico no exista, llegará el momento en que la llama fulgurante de nuestra alma irreverente y patriótica se extinga eternamente pero, ¿saben qué? ¡Este no es el día! Aún podemos dar un poco más, aún podemos seguir luchando, aún podemos seguir soñando, aún no nos hemos rendido porque el sol aún no se oculta por última vez.
@JorgeFSambrano
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