«Gracias al condado de Miami Dade».
Esa fue una de las primeras frases del discurso de victoria de Ron DeSantis para celebrar en la noche del martes su reelección como gobernador del estado de Florida. Y no era para menos.
En una situación que no pasaba desde 2002, la principal ciudad de Florida votó masivamente por los republicanos en las elecciones de este martes. Miami se convirtió en la principal ciudad de mayoría latina en Estados Unidos donde imperan los republicanos.
Cerca de 70% de la población del condado de Miami Dade es de origen latino, y entre ese grupo, cerca de la mitad son cubano-estadounidenses.
Y la urbe es hoy por hoy la señal más clara de un terremoto electoral que está transformando la politica estadounidense: el realineamiento hacia la derecha de una parte importante del electorado latino del país.
Un giro (a la derecha)
Es una victoria particularmente reconfortante para los republicanos. Por décadas se daba por descontado que el voto latino estadounidense se inclinaba al Partido Demócrata.
Y en la medida en que crecía la población latina del país, los demócratas confiaban en este segmento del electorado como una especie de garantía de un futuro cada vez más promisorio para ellos a nivel nacional.
La comunidad cubana de Miami ha sido tradicionalmente más conservadora que otros grupos latinos en el país. Pero desde comienzos del nuevo siglo, la juventud cubano-estadounidense, que parecía estar moviéndose hacia la izquierda, había contribuido, junto con otros grupos como los afroestadunidenses y los blancos de tendencia progresista, a que Miami fuera el gran baluarte demócrata en el estado de Florida, que a su vez era visto como el principal campo de batalla electoral del país.
La derrota de los candidatos demócratas en Miami este martes deja esa narrativa en entredicho.
El condado de Miami-Dade, el corazón de la zona metropolitana más grande del estado de Florida, votó mayoritariamente este martes por el gobernador DeSantis en vez de por su contrincante demócrata Charlie Crist.
Los resultados parciales en la noche del martes, según las autoridades del condado, indicaban una ventaja ya imposible de remontar de 55% para DeSantis frente al 43% de Crist.
En contraste, durante su primera elección a la gobernación en 2018, DeSantis había perdido el voto latino en Florida por diez puntos porcentuales.
La última vez que un candidato republicano a gobernador había ganado en Miami fue en 2002, cuando Jeb Bush fue el candidato republicano.
Este martes los demás resultados electorales en Miami fueron igualmente decepcionantes para los demócratas.
Resultó ganador el senador Marco Rubio, reelegido para representar al estado de Florida, por encima de Val Demings, una afroestadounidense que era vista como una de las figuras ascendentes del Partido Democrata.
Y en la competencia por la Cámara Baja de la legislatura federal estadounidense, la congresista conservadora de origen cubano Maria Elvira Salazar le ganó a una demócrata de origen colombiano, Annette Taddeo.
«Republicanos y no lo saben»
Salazar celebró su victoria en La Carreta, un restaurante emblemático del barrio de la Pequeña Habana en Miami, y dijo a los medios que «esta elección prueba lo que decía Ronald Reagan, que los latinos son republicanos, solo que todavía no lo saben».
La amplia ventaja obtenida por los republicanos en las elecciones del martes en Miami demuestra su fortaleza entre los cubanos, pero también parecen ser populares entre otros grupos latinos como los votantes de origen colombiano y venezolano.
No es un fenómeno que ocurre de un día para otro. Los republicanos llevan más de una década acumulando fuerza en Miami.
Mientras que en 2012, cerca de 50% de los cubano-estadounidenses habían votado para la presidencia por el demócrata Barack Obama, en 2016, solo 41% lo hicieron por Hillary Clinton.
Esto se tradujo en elecciones cada vez más reñidas en Miami.
Si la tendencia se mantiene, es probable que el candidato presidencial republicano gane en esa ciudad en 2024, prácticamente garantizando que el estado de Florida, el tercero mayor del país, también esté en la columna de los conservadores.
Sesgo conservador
Si las tendencias observadas en Miami se siguen extendiendo al resto del país, las consecuencias electorales pueden ser profundas. Los latinos, con el 19% de la población total estadounidense, son la minoría étnica más numerosa del país.
El creciente sesgo conservador de los latinos está haciendo más fuerte la posición republicana en otros estados de gran población latina como Texas y Nevada.
Hay cada vez más claridad acerca de las razones que explican este éxodo de votos demócratas hacia el lado republicano.
Muchos de los votantes cubano- estadounidenses o de ancestro sudamericano en Miami no comparten la preocupación existencial por los temas migratorios que caracteriza a otros grupos latinos en el resto del país. Por eso no los espanta tanto el discurso contra los indocumentados que se ha vuelto tan importante para los republicanos desde la llegada al poder de Donald Trump en 2016.
En cambio, el discurso antisocialista de los republicanos resuena en muchos de estos latinos que abandonaron sus países escapando de gobiernos de izquierda que los atemorizaban.
También encaja entre muchos latinos la posición conservadora en temas culturales y religiosos.
Cortejo efectivo
Finalmente, aseguran muchos analistas, los republicanos han sido por años más efectivos y disciplinados en cortejar el voto de los latinos en Miami y otras partes.
Por años, los demócratas asumieron que los votos latinos eran automáticamente suyos.
Hoy es claro que no es así.
En 2024, Joe Biden, o quien sea el candidato demócrata a la presidencia, tendrá que esforzarse para evitar que los latinos, el grupo que supuestamente era la salvación a largo plazo de su partido, no se convierta en cambio en el que le entregue la Casa Blanca a los republicanos.
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