“La crisis energética mundial desencadenada por la invasión rusa de Ucrania ha provocado una lucha de muchos países para utilizar otras fuentes de energía para reemplazar los suministros de gas natural que Rusia ha retenido del mercado. La noticia alentadora es que la energía solar y eólica están llenando gran parte del vacío, y el aumento del carbón parece ser relativamente pequeño y temporal”, dijo el director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, Fatih Birol.
Más de 60% de la energía en el mix que el globo produce tiene origen fósil (petróleo y del carbón). Las energías renovables (eólica y solar) representan cerca de 5% de la producción de energía; de manera que aún no inciden en la economía ni en la transición energética. Para que tengan un peso específico y sean verdaderas herramientas de reducción de gases de efecto invernadero deberían llevar a ocupar más de 35% de la producción en el mix de la energía global en 2050.
Eso nos motiva a pensar que debemos seguir apostando a la transición energética, pero con racionalidad. Veamos:
Seguimos creyendo en que el mundo está cambiando en sus formas de uso de energía, sus formas de producción y sus formas tecnológicas de buscar caminos para reducir uso de fósiles.
La energía es la llave de la economía y la tecnología es la llave de la energía.
La pregunta que subyace es: ¿podremos llegar a 2050 con emisiones netas cero?
Veremos más adelante.
Me adscribo al pensamiento del ejecutivo internacional Remi Eriksen: “El motor más fuerte de la transición energética mundial es la rápida reducción de costes de la energía solar y eólica, que contrarrestan los impactos actuales a corto plazo en el sistema energético”; siempre y cuando, acoto yo, se mejoren condiciones de inversión y desarrollo de tecnología para que esta ayude a reducir costes de generación eléctrica vía renovables.
Menos mal, aunque no les guste a los fundamentalistas verdes, el gas natural es un elemento importante de transición, el puente perfecto entre fósiles y renovables y aún será válido en la economía no solo europea sino global, especialmente con esta guerra de agresión de Rusia a Ucrania.
Según algunos, el gas satisfará solo 10% de la demanda energética de Europa para 2050, en comparación con el 25% actual. Pero obviamente no se podrá electrificar toda la matriz productiva económica. Podrá electrificarse de forma gradual. Por ejemplo, aún no hay planes comerciales y de bajo coste para el transporte aéreo. Se están dando pasos graduales. La fotovoltaica solar y la eólica, según proyecciones, para 2050 aumentarán 20 y 10 veces respectivamente y dominarán la producción eléctrica con una cuota de 38% y 31%, respectivamente. Lo que necesariamente debe venir de la mano de inversiones en redes, centrales de generación, tecnología y otros.
Un dato para no perder de vista: (ver informe DNV Talk Energy), el «hito» global del vehículo eléctrico (el momento en el que el porcentaje de vehículos eléctricos supere el 50%) se ha aplazado un año, hasta 2033. Precisamente porque se requiere más esfuerzos globales para invertir en esa industria sin dañar los puestos de trabajo en la industria automóvil.
Con relación a “nuevas formas de energía” como el hidrógeno, ya hemos comentado bastante: es importante, será una realidad, pero aún estamos caminando por los prolegómenos de esa industria.
Siempre hemos afirmado: no habrá el tal peak petrolero (pico o la máxima producción de petróleo que se puede alcanzar, para pasar a un posterior declive de producción). No habrá de momento. Y de ocurrir no será en esta generación. Y de ocurrir en los próximos 25 años se supone que la producción de energía habrá mudado, en gran parte, a renovables. Y habrá consolidado la nueva forma de energía: el hidrógeno. De forma tal que sostengo: en ningún momento el globo se quedará sin energía, excepto que ocurra una catástrofe nuclear militar y eso nadie lo puede asegurar porque no tenemos bola de cristal.
Además, que renovables sumadas a producción eléctrica vía gas natural y nuclear, además de uso de remanentes de carbón (los chinos nunca dejarán de usarlo), el tal peak petrolero no será visto al menos por nuestra generación.
El problema con la industria de renovables es que quienes están haciendo esfuerzo son países de economías liberales como Estados Unidos, Alemania, Europa en general; pero los chinos comunistas siguen abusando del uso del carbón.
Si podemos leer el documento Pathway to Net Zero, vale decir la ruta a cero emisiones de gases de efecto invernadero (por uso de fósiles), se espera aún llegar a 2050 con cero emisiones y tratar de limitar el calentamiento global en menos 1,5 °C (grado Celsius); pero para llegar a esa meta se debe bajar a 10% anual las emisiones de CO2 mundiales.
Para lograr el objetivo “cero emisiones” China debe “meterse en cintura”, vale decir dejar de usar carbón y eso no ocurrirá en los ritmos actuales. China “apuesta” a ese objetivo recién para 2060. No les creo. Para ello la inversión en renovables debe triplicarse y la inversión en la red debe aumentar en más de 50% los próximos 10 años (informe Pathway to Net Zero).
Y la mejor herramienta política es total apertura a las furas regulaciones en inversiones renovables, mejores incentivos y reducir consumo de carbón.
De todas maneras, pese a todo, la energía renovable (solar fotovoltaica y eólica) están liderando un aumento en la generación global de electricidad renovable en 2022 de más de 700 teravatios-hora (TWh).
@BorisSGomezU
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