Fue Juan Guaidó el único venezolano que tuvo el mundo a sus pies para producir un cambio en Venezuela y no lo supo aprovechar. Contó con el apoyo de la mayoría de las naciones, cobertura mediática y el fervor popular. Sin embargo, se rajó. Queda demostrado una vez más que muchos son los llamados y pocos los elegidos. Mientras tanto, el país se sigue hundiendo.
A los venezolanos lo que nos une en este momento son los recuerdos, cada cual se aferra a un pedazo del país que en otrora fuimos. ¿Qué quedará para quienes están creciendo ahora en medio de la barbarie? ¿Qué recuerdos tendrán los niños que junto a sus padres cruzaron el Darién?
A nombre de todas las familias separadas, y de las millones de personas que sufren por la dictadura venezolana, le pido al señor Juan Guaidó que sea varón y se quite del medio y permita que ese puesto burocrático que él ostenta sea ejercido por una persona con los pantalones bien puestos y que ame a Venezuela. Cualquier venezolano con más guáramo puede hacer lo que el señor interino no pudo.
Guaidó no fue capaz ni siquiera de nombrar un ministro de la Defensa, lo suyo fue simplemente postureo. Las mieles del poder tuvieron más importancia para él.
Las acciones de Guaidó lo colocaron en el mismo bando del chavismo y ahora descaradamente pretende venderle a la nación la absurda idea de participar en unas próximas elecciones que son organizadas por la dictadura. Algunos expertos vaticinan que el propio Guaidó quiere lanzarse como candidato a la farsa. Una acción que sólo le dará más oxígeno a Maduro.
Pero lo único bueno en lo concerniente al triste papel que está jugando Guaidó; es que ya a estas alturas todos los venezolanos abrimos los ojos y sabemos que no tenemos nada que esperar de quienes forman parte del círculo oxidado del interinato.
Es urgente construir nuevos liderazgos y no volver a permitir que el chavismo se disfrace de oposición. A pesar de que en este momento el camino a seguir para los venezolanos parece incierto, los ánimos y la fe de un mañana mejor siguen intactos en los corazones de millones de compatriotas, y Venezuela hoy más que nunca tiene futuro.
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