Una fiesta de cumpleaños en un restaurante de moda en Caracas levantó toda clase de críticas, rumores e insultos. Y todos, absolutamente todos, con sobrada razón. Mis comentarios van en negrillas.
Un hombre, quien, según sus explicaciones en un video posterior dirigido a “la comunidad judía israelita para pedirle mil disculpas y mil perdones, por lo ocurrido el pasado domingo”, llegó a su fiesta no tan “inocentemente” como pretende aparentar en el video, porque estaba vestido de militar e hizo el saludo militar nazi, porque lo vi en varias fotos que vecinos de mesa -atónitos- le hicieron. Celebro que haya tantos “periodistas” ad hoc que documenten los hechos que, de otra manera, fuera imposible conocer.
“Yo no sabía de la torta, que ese (sic) fue el problema… Como yo veo películas “antiguas” ¿una película nazi es “antigua”? ¡Antiguas las de los egipcios que construyeron las pirámides! ¡Hitler es historia contemporánea! Todavía, señor, todavía, hay personas vivas que llevan tatuados los números de los campos de concentración y exterminio.
La hija mía, que es menor de edad, de 15 años, me quiso hacer un obsequio, una torta, y como calculó que como (sic) la película era “antigua”… ella tampoco no (sic) sabía, ¿No sabía?… ¿A los 15 años nunca oyó de hablar del Holocausto, ni de la Segunda Guerra Mundial? ¿Quién creía ella que era Hitler, cuya imagen mandó a poner en la torta? ¿Un viejito con un bigotito curioso y un extravagante peinado?… ¿Solo eso? ¿La esvástica no le dice nada, o cree que solo es una arañita? ¿No se le ocurrió leer en los lugares donde buscó para los modelos de la torta de qué se trataba la historia?
Tiene 15 años y no puede saberse de nada sin nada (sic) de eso. Pues le recomiendo que cambie ya a su “niña” de colegio. Pero lo hizo lo más “antigua” posible. Vuelve con el tema de la antigüedad. Y aunque fuera antigua de verdad, no es grato, ni divertido, ni procede, recrear para una celebración un suceso que haya sido trágico para la humanidad. ¿Será que la torta del año que viene será sobre la esclavitud en el Imperio Romano? ¡Eso sí es antiguo! Le recomiendo que como la “niña” de 15 años no sabe nada de nada, la próxima vez que mande a hacer una torta, la encargue de Barney, un gran dinosaurio morado que es -además de cuchi- buenísimo con todo el mundo. Usted se vería mejor disfrazado de dinosaurio morado que de militar y nadie se sentiría insultado.
… Y se la hicieron y me la entregó y no le pude negar el entregármela, para que no le caiga mal. Malo, malo. ¿Cómo que no se le pudo negar? ¿No era acaso el momento de explicarle “Hija, este acontecimiento fue una tragedia para la humanidad (no sólo para los judíos, como usted dice) de manera que te agradezco el gesto, pero vamos a quitarle el decorado?”. A los hijos no se les puede decir “sí” a todo lo que inventan. ¡Que le caiga mal, a ver si así aprende! Pero no, usted prefirió sacar la torta, hasta hacer su saludo nazi… ¿qué lección le estaba dando a su “niña?…
Pero hago este video porque he sabido por las redes sociales que le ha caído muy mal a la gente israelita judía, con toda la razón del mundo no le quito la razón, me equivoqué, se equivocó la hija mía, mi esposa también, no sabía, nos dio la sorpresa, pero nunca nos esperamos esa torta… ¿Está seguro de esta afirmación? Le repito la pregunta: ¿Por qué si no esperaba esa torta llegó disfrazado de militar? ¿O es que usted es militar? Porque si no lo es, también constituye una falta el usar uniforme militar sin serlo… ¿Por qué y a quién le hizo el saludo nazi? Y le añado algo más: no solo le cayó malísimo a la comunidad judía. Nos cayó malísimo a todos los que sabemos el HORROR que fue el Holocausto. De paso, le cuento que, si Hitler hubiera ganado la guerra, ni usted hubiera podido celebrar su cumpleaños, ni su esposa, ni su hija lo hubieran podido acompañar, porque ninguno de nosotros los venezolanos somos de raza aria. Nos hubieran aniquilado a todos como aniquilaron a seis millones de judíos, entre ellos 1,5 millones de niños. Y niños de verdad… no “niños de 15 años”, (que, de paso, también aniquilaron junto a homosexuales, discapacitados, polacos, gitanos, soviéticos, testigos de Jehová…)
Pero ahora les digo la verdad: gentilmente, el gerente del establecimiento vino hacia nuestra mesa y nos dijo “señores, ¿podríamos quitar los detalles que tiene la torta y entregarle la torta así como viene?” Le dije “No hay ningún problema” “Sí, porque la gente está como molesta” “¡Ay, Dios mío!”, le dije, “pero es de humanos equivocarse y mi hija también… “Me equivoqué al recibir la torta, imagínese, tiene 15 años, ¡dale con los 15 años! No sé en qué momento le quitaron la cubierta a la torta, pero obviamente fue después de que muchos la vieron, la fotografiaron y se fueron a quejar a la gerencia. Además, hay una máxima jurídica que dice que “la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley”.
Bueno ¿qué les puedo decir?… Aparte, les pido encarecidamente que me disculpen si les fastidié la fiesta, que así fue, tienen toda su razón… No solo fastidió la “fiesta” que no es ninguna “fiesta”, la sigue fastidiando. Y ahí se corta el video.
El corolario de esta historia es que, para mayor mal, el dueño de la franquicia del restaurante para Venezuela es judío. Una ironía más para un desgraciado evento donde se unieron la ignorancia, la soberbia y el esnobismo, (y probablemente hasta el nuevorriquismo, pero eso no me consta), para ofender a todos quienes estamos en contra de la violencia, de la crueldad, del ensañamiento, de las violaciones a los derechos humanos, de los genocidios, los asesinatos… ¿tengo que seguir, o será que me entendió? La torta no fue solamente la torta que le regaló su hija. La verdadera torta es todo lo que rodea al episodio…
@cjaimesb
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