Muchos padres de familia en Estados Unidos están nerviosos en medio de una racha de tiroteos escolares y encierros forzados por la policía.
El 20 de septiembre, otra escuela secundaria en Texas, Estados Unidos, entró en emergencia y fue asegurada contra intrusos tras los informes de un posible atacante.
Ante la noticia, numerosos padres de familia abarrotaron los predios y rehusaron dejar el asunto en manos de la policía, lo que llevó a un enfrentamiento.
Era sido una falsa alarma, pero el incidente refleja la ansiedad generalizada ante la amenaza de tiroteos escolares después de la masacre de Uvalde -en la que murieron 19 niños y dos maestras- en mayo pasado.
En Estados Unidos hay una ansiedad generalizada por los tiroteos escolares después de Uvalde.
Ahora, una familia describió a la BBC lo que sucedió dentro y fuera de la escuela cuando los policías entraron a la fuerza en las aulas, mientras los padres intentaban desesperadamente sacar a sus hijos.
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«Se me paró el corazón»
El 20 de noviembre, la escuela secundaria Jefferson en San Antonio, Texas, entró en emergencia tras la alarma de una potencial amenaza con arma de fuego.
Varios de los padres de los estudiantes fueron informados de la situación por mensajes de texto enviados por sus propios hijos.
«A la una de la tarde recibí el texto: ‘Mamá, tengo miedo'», dijo Christina Morales en una entrevista con la BBC, semanas más tarde.
El mensaje era de su hija Cassandra, que con su hermano Pedro asistían a la escuela Jefferson.
«Primero oímos el ruido de las sirenas a la distancia, y fue cuando se me paró el corazón y me dije, ‘esto es de verdad, realmente de verdad'», expresó Cassandra.
«Yo me decía, ‘¿Sabes qué?, simplemente voy a enviar mis mensajes de amor a la gente más cercana a mí'»
Los dos se parapetaron dentro de sus aulas junto con otros estudiantes.
«Pusimos dos estanterías de libros frente a la puerta para que nadie pudiera entrar», describió Pedro a la BBC.
Al igual que muchos otros padres de familia, Christina Morales se dirigió inmediatamente hacia los predios de la escuela.
«Entre más rápido corría, sentía que nunca iba a llegar», declaró.
«Actuamos como padres de familia»
Multitudes de padres y familiares se amontonaron frente a la escuela que estaba bajo confinamiento absoluto, lo que significaba que todos los alumnos y maestros estaban encerrados y nadie, salvo los policías, tenía acceso a los predios.
Resultó una falsa alarma, pero las autoridades tuvieron que seguir con el protocolo de seguridad y aunque los policías repetían «no hay nadie herido», los familiares intentaban llegar a sus seres queridos.
«Te sientes impotente como madre», dijo Christina Morales de la desesperación que sufrió.
Las tensiones entre los padres y la policía se intensificaron. Uno de los padres rompió una ventana con un cuchillo y muchos otros resultaron detenidos.
«Mucha gente está diciendo que reaccionamos exageradamente», dijo Christina. «Nosotros actuamos como padres de familia, padres preocupados».
La escuela secundaria Jefferson queda a unos 128 kilómetros de Uvalde. El lugar donde 19 niños y dos maestras fueron asesinados en mayo de este año.
La policía local fue criticada por haber tomado más de una hora en hacerle frente al atacante y liquidarlo. Para muchos fue un ejemplo de las fallas en el sistema.
«La situación que se dio en Uvalde nos ha llenado el corazón de miedo. Y se va a quedar allí durante mucho tiempo», resaltó Christina. «Yo no tengo confianza en la policía».
Aumento de ansiedad
Los expertos asocian la enorme ansiedad sobre los posibles tiroteos en las escuelas al trauma colectivo sufrido por la tragedia de Uvalde.
«Esas percepciones de un incidente potencial nos pueden traumatizar más, o por lo menos aumentar nuestra ansiedad», dijo Scott Woitaszewski, Psicólogo de la Universidad de Wisconsin, especializado en psicología de la educación.
«No se trata de que los adultos dejen de emocionarse. No esperamos que los padres de familia y los cuidadores se vuelvan robots después de una crisis. Es comprensible que reaccionemos y no preocupemos y nos dé ansiedad», explicó el doctor Woitaszewski a la BBC.
Cassandra Morales mostró videos que tomó con su móvil de cómo penetraron los policías en las aulas, describiendo que, en su caso, el uniformado entró con un escudo protector.
«No va a volver a ser lo mismo, especialmente cuando has pasado por esto y sido testigo de todo. Deberíamos estar seguros en una escuela, deberíamos sentirnos seguros dentro de nuestras aulas», insistió Cassandra.
Scott Woitaszewski dijo que en Estados Unidos hay unas 125.000 escuelas y que siguen siendo relativamente seguras.
«No quiero que dejen de tener ansiedad, no quiero que no sientan temor. Pero tampoco quiero que se vayan al otro extremo del espectro donde hay ansiedad extrema», explicó.
«Deberían disfrutar de la escuela, deberían estar seguros en la escuela, sentir esa seguridad y no la están sintiendo. Después de lo que vivieron, no la están sintiendo».
La policía de la ciudad dice que espera recuperar la confianza de la comunidad trabajando con el distrito escolar para mejorar la comunicación en el futuro.
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