Suráfrica es uno de los países más modernos del continente africano y con mejores índices de desarrollo. Aunque su inflación alcanzó en agosto al IPC 5,7% (más alto en los últimos 10 años), el gobierno de ese país tuvo que aceleran medidas para evitar, entre otras medidas, más cortes de electricidad, lo que, obviamente, generan problemas de orden civil: la gente protesta por altos precios de la electricidad y por cortes en el servicio que se tornaron insoportables.
Sigamos: Suráfrica es un país avanzado en el continente negro gracias a las industrias que consume electricidad, a comercios, negocios y transportes. Eso avanzó maravillosamente pero sus centrales de generación, sus sistemas de transmisión y de distribución deben tener unos 25 años de obsolescencia. La economía de Sudáfrica es la más potente e importante del continente africano, concentra casi 25% de todo el PIB del continente y desempeña un papel importante en el desarrollo de la región. Está considerada como una economía de renta media-alta por el Banco Mundial. (varias fuentes de Internet).
El consumo de electricidad en 2021 llegó a 197 TWh (Tera vatio-hora una unidad de potencia equivalente a un billón de vatios-hora 1012 Wh) y se utiliza para conocer el índice de producción de energía eléctrica. La industria es el principal consumidor de electricidad (52%), seguida del sector residencial (20%) y el sector servicios (15%) (Fuente: enerdata.net).
Pero, de alguna extraña manera han “amaestrado” al usuario final que la electricidad debe “cortarse” deliberadamente y de forma “controlada”. La pura verdad es que no tienen capacidad de generación y deben hacer una reforma total a su sistema legislativo industrial y de negocios en energía.
Pero volvamos a esos “cortes programados”: son medidas de interrupción del servicio electricidad -que dicen los expertos surafricanos en energía- de tipo “controlados” (load shedding) por la Eskom – compañía estatal, a cargo de 95% de generación de electricidad-, porque, entre otras cosas, tiene una tecnología ya obsoleta en su cadena energética: tanto en generación, transporte de electricidad y comercialización (distribución de electricidad) y porque no tienen mayor capacidad de generación.
Copio, textual, lo que Eskom define como “load shedding”: “…Cuando la demanda de energía eléctrica supere la oferta disponible, es posible que haya que realizar cortes de suministro planificados. Esto se llama deslastre (load shedding) de carga. Es una forma controlada de rotar la electricidad disponible entre todos los clientes de Eskom (ver: https://www.joburg.org.za/departments_/Pages/MOEs/city%20power/What-is-load-shedding.aspx )
La escasez en el sistema eléctrico desequilibra la red, lo que puede provocar su colapso; al rotar la carga de manera planificada y controlada, el sistema se mantiene estable, según los teóricos del load shedding.
Su principal fuente de generación es el carbón (80% del mix energético del país); porque Sudáfrica está entre los diez países productores de carbón. Siempre lo hicieron así por bajo coste y ahora les resulta complicado entender que deben ser un país libre de emisiones hasta 2050: eso significa deben cambiar totalmente su matriz de generación (producción) eléctrica y mudarla a renovables (solar, eólica principalmente).
Actualmente el porcentaje de renovables en la producción de Electricidad, que tiene por objetivo adicionar 16 GW (gigavatio unidad de potencia equivalente a mil millones de vatios (109 W) en eólica y solar para 2030 versus la producción de 9,5 GW de energía eólica y 6,5 GW de energía solar en 2018.
Siendo optimistas, Sudáfrica, debería generar electricidad vía eólica (y representar el 15,7% de la capacidad instalada) y la solar el 10,5%, para 2030.
Suena difícil pero están en el camino de hacerlo e inclusive tienen lecciones en materia energética para Europa (gas/ruso/dependiente) que es bueno entenderlas y aplicarlas, en lo posible.
Así desde hace más de diez años cuando la compañía (Eskom) tiene problemas de oferta, problemas en acomodar volúmenes de electricidad hace “cortes” y se evita, por decir lo menos y con la incomodidad que ello significa, apagones totales en el país (como los apagones socialistas de electricidad en varias ciudades venezolanas). Así estuvieron logrando un “equilibrio” entre oferta y demanda.
Aunque sabemos que es una medida totalmente mentirosa es una medida paliativa. Hacen cortes por horarios, por segmentos poblacionales y hasta tienen una muy simpática app (aplicación móvil) para avisarle a usted cuándo habrá corte y en qué zona de qué ciudad para usted tome previsiones. Vean su muy amable app para avisarle a usted qué hacer en caso de corte de electricidad: https://apkcombo.com/es/load-shedding-south-africa/com.loadshedding.southafrica/
Deben ser unos 30 días de “cortes controlados” a lo largo de un año calendario, por algunas horas al día. Es realmente molestoso y ya tiene a la gente con la cabeza podrida por éste “sistema de gestión de la electricidad” el fastidioso load shedding que es tan molestoso para ricos, pobres, comercios, industrias etc.
Con esa densa introducción los europeos creen que puede haber algunas lecciones sudafricanas en energía: sobre cómo manejar la peor crisis energética europea.
Europa -como repetimos por muchas veces en anteriores columnas es ruso/dependiente y tuvo la oportunidad, el dinero pero no la decisión de ser autosuficiente en electricidad- debería aprender, entonces, hoy de Suráfrica a manejar la eventual crisis energética (llámese posibles recortes en el suministro a los usuarios).
La principal lección es nunca descuidar inversiones privadas y públicas en el sistema de generación eléctrica y no confiar en una sola fuente.
Pero el combate a esos cortes de electricidad se están librando en las empresas, con medidas que pueden ser costosas pero que finalmente evitarán el cierre de sus negocios: generación propia de electricidad (generación distribuida a escala): ejemplo concreto: las 2.700 tiendas de la compañía Shoprite en Suráfrica tienen generadores que funcionan con diésel, (sí, sabemos que es fósil y sabemos que eleva facturas en costos de instalación, etc, pero son medidas paliativas) adicionalmente a paneles solares que los hacen autosuficientes (cuando así permite la naturaleza y el sol principalmente).
Una segunda lección: instalación de luces LED y temporizadores para tratar de aliviar la creciente presión de los costos.
Una tercera lección: varias empresas surafricanas cambiaron sus formas de trabajo, formas de distribución de productos (seguimiento y medición estricta de sus flotas de transporte y uso absolutamente necesario de los mismos; casi una política taylorista) y mudaron por tecnología aerodinámica para evitar que el aire frío salga de los frigoríficos.
Las medidas de ahorro de energía no son baratas pero deben hacerse. Son para largo plazo. Entonces, reiteramos, la gran lección sudafricana es que nunca debemos descuidar inversiones para renovar permanentemente nuestro parque tecnológico e industrial del sistema eléctrico, matriz del desarrollo y crecimiento. Sino viene el sufrimiento europeo, recuerden el famoso cuadro “La letra con sangre entra” del famoso Francisco de Goya pintado en 1780 y exhibido en el Museo de Zaragoza (España).
Foto: Sudáfrica y el carbón (Fuente Google)
@BorisSGomezU
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