En Cúcuta, el padre José David Cañas regala cada día dos platos de comida a aproximadamente 2.000 venezolanos en su comedor, ante la crítica situación económica de algunos.
Tres venezolanas contaron que emigraron por la necesidad de mantener a sus niños con vida. Explicaron que la situación de Venezuela no les permitía costar los alimentos necesarios para mantener la salud de los niños, pues un almuerzo cuesta casi lo mismo que un sueldo mínimo mensual, reseñó el portal Dejusticia de Colombia.
Una de ellas llegó hace dos días, otra hace dos semanas y la última hace dos meses. Todas aseguraron que gracias al comedor pudieron alimentar a los niños y las que llevan más tiempo dijeron que los ven mucho más sanos y con más peso.
Las mujeres explicaron que el subsidio de la comida les permite trabajar para mantenerse en Colombia y asegurar la salud de sus hijos.
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