Las declaraciones recientes de varios jerarcas del chavismo con fuertes críticas a la situación del país evidencian la implosión que ha apresado al régimen, cubierto apenas con un taparrabos, aunque sea de dimensiones colosales para abarcar la masa de grasa fofa que debe cubrir. Lo que acontece es real: el caos agarró a los zombis.
El régimen anda en una estrategia de “cambiar” las políticas económicas al permitir una dolarización de hecho de los precios, restringir el financiamiento monetario que ha alimentado la hiperinflación y usar la colocación de bonos en la banca, disminución radical de las importaciones, disminuciones agresivas del salario real envueltas en millones de aumento, autorización (haciéndose los locos, según los casos) para el uso del dólar sin restricciones a los importadores, y otras medidas que suman hambre nueva al hambre vieja.
Los zánganos mafiosos no pueden enmendar con medidas económicas lo que es el resultado de sus medidas políticas e institucionales. Para hacerlo tendrían que dejar de ser lo que son y ni quieren ni pueden. El centro de un cambio es el respeto a la libertad económica, política, cultural y espiritual; es la vigencia sin atenuantes de la propiedad privada; es la existencia de independencia institucional; es la autonomía de gobernaciones y alcaldías en el marco de la ley; es la apertura a la inversión nacional y extranjera en energía, comunicaciones, turismo, industria, etc.; es la renovación de los poderes públicos; es el cese de la corrupción y castigo a la panda de ladrones que asola el país y engorda sus fortunas afuera. Esto no lo consiguen de ninguna manera. Pueden inyectar suero y poner resucitadores por unos días, pero no salir de esta colosal crisis con sus propios medios. Ya no. Tienen que ser reemplazados porque no hay nadie que crea lo que sale por debajo de ese bigote y encima de esa panza. Nadie.
Así se ha generado una corriente interna dentro del PSUV dirigida a retar a Maduro y su palanca es el próximo congreso del partido totalmente controlado por Diosdado Cabello. Incluso se ufana de contar con una variedad de generales (por cierto, los que como Pinochet con Allende, proclaman más lealtad a Maduro).
Maduro piensa resistir. Los combatientes cubanos en Venezuela son más de 6.000. Rosario Murillo (¿se llama así?) dirige a los más radicales. Pero todo será inútil. Cuando agarras la bajada solo te detiene el asfalto.
“Como el miedo es el mayor suplicio de los tiranos, el crimen más irremisible a sus ojos es hacerles sentir miedo”. (Jean-Baptiste Say)
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional