El Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por las crecientes tensiones entre el gobierno de Nicaragua y la Iglesia católica, dos días después de la detención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, crítico con el presidente Daniel Ortega.
«Sigo de cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua, que implica a personas e instituciones,» dijo el pontífice tras la oración del Ángelus.
Francisco expresó su «convicción y esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar aún las bases para una convivencia respetuosa y pacífica».
Rolando Álvarez, crítico del presidente nicaragüense Daniel Ortega, fue detenido el viernes y trasladado a su residencia familiar en Managua donde permanece privado de libertad, en el último episodio del enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia católica.
La Policía precisó que tomó la decisión de trasladar a Álvarez debido a que persistía en sus actividades «desestabilizadoras y provocadoras».
Álvarez, de 55 años de edad, estaba sitiado en la curia de Matagalpa por la policía desde el 4 de agosto en el marco de una pesquisa por supuestamente «organizar grupos violentos» e incitar al odio para «desestabilizar al Estado de Nicaragua».
El obispo había denunciado el cierre por parte de las autoridades de cinco emisoras católicas y había reclamado al gobierno de Daniel Ortega respeto a la libertad religiosa.
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