Casi tres décadas después de que una mujer india fuera violada en varias ocasiones presuntamente por dos hermanos, el hijo nacido de esas agresiones está ayudándola a que se haga justicia.
La mujer, del estado de Uttar Pradesh, en el norte de India, fue violada a lo largo de un período de seis meses cuando tenía 12 años de edad.
Su hijo -entregado en adopción al nacer y retornado 13 años después- fue quien la alentó a denunciar a sus presuntos violadores.
Recientemente, la policía arrestó a uno de los acusados, y el otro hombre se encuentra ahora también en custodia.
«El incidente es muy antiguo, pero las heridas que causó aún no han cicatrizado», le dijo la mujer a la BBC. «Ha paralizado mi vida y recuerdo ese momento una y otra vez».
Cada año se denuncian miles de casos de abuso sexual infantil en India. En 2020, el último año del que se dispone de datos oficiales sobre delitos, se registraron 47.000 casos en virtud de la Ley India de Protección de los Niños contra los Delitos Sexuales.
Activistas dicen que hay muchos más casos que no se denuncian porque los niños son demasiado pequeños para entender lo que les sucede o tienen demasiado miedo de hablar.
Las familias también suelen ser reacias a denunciar tales abusos debido al estigma o cuando los perpetradores son personas conocidas.
Terror a las represalias
La víctima, cuyo nombre no puede ser revelado según las leyes indias, dijo que las violaciones tuvieron lugar en 1994 en la ciudad de Shahjahanpur. Los hermanos Mohammed Razi y Naqi Hasan, vivían en el vecindario y saltaban el muro que delimitaba la casa de ella y la agredían cuando estaba sola.
El embarazo se descubrió solo cuando su salud comenzó a deteriorarse y su hermana la llevó al médico, quien descartó el aborto debido a su frágil salud y su corta edad.
Inmediatamente después del nacimiento, el bebé fue dado en adopción.
«Sufrí mucho por este niño, pero ni siquiera tuve la oportunidad de ver su rostro. Cuando le pregunté a mi madre, ella me dijo: ‘ahora tendrás una segunda oportunidad en la vida'».
La mujer y su familia no hicieron la denuncia ante la policía por miedo a las represalias.
«Amenazaron con matar a mi familia y prender fuego a nuestra casa si le contaba a alguien sobre la violación», expuso.
«Mi sueño era crecer y unirme a la policía, pero debido a esas dos personas, todos mis sueños se acabaron. Dejé la escuela. No pude estudiar».
Más tarde la mujer y su familia se mudaron a otro distrito para escapar de los recuerdos traumáticos asociados con su hogar anterior. En 2000, la mujer se casó y tuvo un segundo hijo.
Ella esperaba que este nuevo capítulo la ayudara a olvidar el pasado, pero seis años después de casados, su esposo se enteró de la violación, la culpó por ello, y los echó a ella y a su hijo de la casa.
Un hijo en busca de la verdad
Su primer hijo -dado en adopción- también enfrentó mucha discriminación por su identidad.
Su madre dijo que creció escuchando de sus vecinos que él no era hijo de sus padres y así fue como el niño se enteró de que era adoptado.
Pero 13 años después de la adopción, sus padres adoptivos lo regresaron a su madre biológica.
El niño anhelaba saber quién era su padre. No tenía apellido -en India suele ser el nombre del padre- y los niños lo ridiculizaban en la escuela.
Constantemente le preguntaba por él a su madre y amenazaba con suicidarse si no se lo decía. Finalmente, ella le contó la verdad.
En lugar de horrorizarse, su hijo se convirtió en su mayor apoyo y le dijo que tenía que «luchar esta batalla y darle una lección al acusado».
«Si hablas sobre lo que pasó, tal vez más personas lo hagan. Eso fortalecerá nuestro caso y los acusados serán castigados. Se enviará un mensaje a la sociedad de que nadie está a salvo después de cometer un delito».
La lucha por la justicia
Con el apoyo de su hijo, la mujer volvió a visitar Shahjahanpur en 2020, pero le resultó difícil registrar un caso contra el acusado.
El abogado también se mostró reacio, diciendo que sería difícil pelear un caso que tenía casi tres décadas.
El área donde vivió cuando era niña había cambiado radicalmente: ni siquiera podía encontrar su antigua casa y no se podía rastrear a los acusados.
«¿Cómo probarías dónde viviste hace tres décadas y que ahí fue donde te violaron?», le preguntó su abogado.
«Le dije, te traeremos la evidencia, tú toma nuestro caso», cuenta la mujer.
El abogado presentó una apelación ante el tribunal y, por orden del magistrado judicial principal de Shahjahanpur, se registró un caso contra los dos acusados en marzo de 2021.
La mujer dijo que los policías le pidieron que encontrara al acusado.
«Los encontré y hablé con ellos por teléfono. Me reconocieron y me preguntaron por qué no estaba muerta todavía», explicó la mujer. «Les dije, ahora es tu turno de morir».
«Debemos acudir a la policía»
Según explicó la policía, la evidencia contra los acusados se obtuvo de pruebas de ADN tomadas en febrero.
«Recogimos muestras de ADN de los acusados y las analizamos. Una de ellas coincidió con las muestras de ADN del hijo», señaló Dharmendra Kumar Gupta, el inspector que investigó el caso.
Finalmente uno de los acusados fue arrestado el 31 de julio y, poco después, el segundo hombre fue llevado en custodia. Los hermanos aún no han respondido a las acusaciones.
La mujer dice que quiere que su historia aliente a otras mujeres a reportar crímenes cometidos contra ellas.
«La gente se queda en silencio. Yo también lo hice y pensaba que esto era lo que estaba escrito en mi destino. Pero no existe tal cosa. Debemos acudir a la policía para que nadie más tenga que soportar lo que nosotros tuvimos que soportar».
En cuanto al hijo, él dice estar feliz de que los acusados hayan sido atrapados.
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