Hablar de los derechos de los niños en Venezuela es hablar de vulnerabilidad. Así lo demuestran las cifras de factores como abandono infantil, pobreza, la emigración y la violencia intrafamiliar.
«Se ha incrementado de manera importante el tema del abandono, abandono en vía pública o abandono hospitalario. Nos están llegando muchos casos por maltrato y, lamentablemente también, muchos casos de abuso sexual», señaló para La Voz de América, Dayany Sánchez, directora legal de la red de casas de abrigo Hogar Bambi, dedicada a la protección infantil desde hace 25 años.
Esta casa de abrigo tiene al menos a 100 niños y adolescentes vulnerables. Sin embargo, los fondos que llegan son cada vez menores para las inversiones necesarias en especialistas, alimentos u otros.
«Desafortunadamente, al ser más difícil la realidad con la que nos llegan los niños, evidentemente, la inversión que se requiere hacer es de especialistas. Hay muchos temas de desnutrición, llegan con secuelas de salud integral. Requieren de mayor abordaje. Ese abordaje es costoso. Necesitan exámenes de laboratorio, dieta especial, atención por psicología o psiquiatría, y esa es una inversión demasiado elevada», apunta Sánchez.
La cara del abandono infantil en Venezuela
El abogado Leonardo Rodríguez, exdirector de la red de casas de abrigo Don Bosco, coincidió con que, cada vez son más las casas hogares cierran más sus puertas por falta de recursos.
«El incremento de solicitudes para ingresar a una casa hogar ha aumentado 70% en los últimos dos años, frente a un decrecimiento de la cantidad de casas hogar», advirtió.
De acuerdo cifra de la Asamblea Nacional de Entidades y Programas de Protección a la Niñez y Adolescencia, Venezuela pasó de tener 56 albergues infantiles en 2016, a solo 30 este año 2022, la mayoría de ellos por falta de recursos y en medido de una gran demanda.
Otro de los casos es el de la casa Hogar Domingo Savio, en Caracas, la cual hasta hace algunos años abrigaba a 31 niños, pero hoy solo puede recibir a la mitad.
«Hemos tenido la pérdida de bastantes donantes que se fueron. Empresas y amigos que se han ido del país y que nos apoyaban con comida, con cualquier necesidad, porque la casa hogar se sostiene de la caridad», lamentó Luisa Astudillo, quien administra el lugar desde hace 14 años.
Entre las necesidades que tienen en su caso, están las de hacerles reparaciones a los baños y el transporte para movilizar a los niños a clases o a recrearse porque está averiado desde hace meses.
«No solamente comen, no solamente se visten, hay que atenderles la parte emocional, vienen de situaciones bastante complicadas, han pasado por cosas de su vida. ¡Son niños! Son niños pequeños que tienen que ir avanzando y hacerles ver que tienen oportunidad de salir adelante», manifestó Astudillo.
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