Usted, personificando a Naciones Unidas, ha constatado y denunciado que en Venezuela hay un régimen corrupto que mata, que tortura, que genera toda clase de sufrimientos a la población, que reprime brutalmente la protesta, que hace persecución política violando elementales derechos, que conculca la libertad de información. Todo está reseñado en su informe que en 18 páginas ha desgranado y resumido. Le aseguro, distinguida señora, que nuestra tragedia es aún mayor, yque todo eso ha podido detenerse años atrás si la Corte Penal Internacional y su Fiscalía hubiesen actuado a tiempo.
No basta el diagnóstico, hay que poner cese a esos crímenes
Cuando se anunció su visita a Venezuela tuve la percepción de que usted haría honor a la memoria de su propio padre, el general Alberto Bachelet, victimizado al punto de muerte por la prisión y tratos crueles que le propinó la dictadura de Pinochet con motivo de discrepancia política.Y en efecto así ha ocurrido, usted ha cumplido, por lo menos hasta la mitad del camino, pues falta un trecho largo para detener la tragedia y poner cese a ese crimen masivo y continuado que ha denunciado.
Su propia oficina ha dictaminado la urgencia de medidas
El viernes 4 de julio la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, es decir, su oficina, públicamente ha urgido a Nicolás Maduro “a tomar medidas sin dilación para detener y remediar las transgresiones graves de derechos económicos, sociales, civiles, políticos y culturales que se han documentado”. Ese pedimento es correcto, pero resulta incongruente pedirlo a quien está ejecutando tales violaciones. Es como si en medio del apogeo del horror dictatorial chileno se le hubiera pedido a Pinochet que lo detuviera, que dejara de reprimir, de torturar, de matar.
Su informe corrobora decenas de denuncias
Como muy probablemente usted esté informada, decenas de denuncias se vienen consignando por ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional reseñando y soportando con pruebas los mismos hechos que ahora ha comprobado. El anterior fiscal, Luis Moreno Ocampo, procedió a desechar 22 de ellas en un monstruoso y sospechoso acto cuando estaba casi por vencérsele su período, y la actual fiscal, la señora Fatou Bensouda, ante el gran cúmulo de nuevas denuncias que se le han presentado informó que al respecto abriría un Examen Preliminar para determinar si les daba curso o no. Esto fue el 8 de febrero de 2018, hace 17 meses, y aún a esta fecha no ha informado resultados, tiempo en el cual la tragedia venezolana ha registrado no menos de 23.000 muertos, heridos, presos, torturados y una diáspora de cerca de 4 millones de personas que huyen despavoridas hasta caminando tortuosas distancias y parajes.
Nuestros gritos previos a su llegada, doctora Bachelet
Resulta inconcebible la inmovilidad que mantiene el órgano instituido por la comunidad internacional para administrar justicia como es la Corte Penal Internacional y en particular su Fiscalía, situación que pasa de la simple desidia hasta llegar a la complicidad criminal. Le refiero que entre las muchas denuncias consignadas hay una de 52 congresistas de Chile y 76 de Colombia, y más recientemente otra firmada por 6 presidentes latinoamericanos a quienes luego se sumaron los de Francia y Alemania.Pero nada ha podido mover la parálisis de la fiscal Bensouda, quien sigue impertérrita ante la tragedia.
Nicolás Maduro se burla de su informe
Como usted sabe doctora. Bachelet, mucho se plantea como solución una intervención militar, alternativa que tropieza con muchos obstáculos, entre ellos el que la comunidad internacional prefiere una solución pacífica, lo cual es un callejón sin salida dada la rotunda negativa del tirano a dar los pasos necesarios para ello. Y no solo es que se niega a hacerse a un lado, sino que profundiza la violación de los derechos humanos, hasta de usted se burló, liberó a 30 presos políticos y usted no se había terminado de ir cuando encarceló a 36. Y lo más cruel: montó el horror de un simulacro de audiencia judicial en el que llevaron al preso político capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo en silla de ruedas, torturado, agonizando, allí frente al juez. Le habían fracturado 16 costillas, y aplastado tórax y cráneo, entre otras lesiones mortales.
La alternativa judicial ante la intervención militar
La solución posible en estos momentos está en que se activen los mecanismos judiciales de la CPI, que la Fiscalía cumpla su función, que abra la investigación, ordene una visita en el territorio, emita una orden de captura contra Nicolás Maduro, todo lo cual está dentro de sus funciones, y para esto su participación, doctora Bachelet resulta indispensable porque ya sería la misma ONU la que lo estaría exigiendo. Y es que estas gravísimas violaciones de los derechos humanos que usted ha denunciado no pueden quedarse en el puro enunciado. Hay que actuar, es un deber moral, es una obligación humana que no puede parar ningún lindero, ningún vacío legal, ningún temor.
Doctora Bachelet, usted puede, usted debe
Con todo respeto, apreciada doctora Michelle Bachelet, manténgase en la línea de la honorabilidad que le impulsó a diagnosticar correctamente la enfermedad y ejecute el paso siguiente para curarla. Lo que se le pide es que remita a la Fiscalía su informe para que sea agregado al cúmulo de denuncias que allí han sido depositadas y exíjale actuar. Millones de seres que sufren, que padecen, que mueren, se lo piden, el deber de hacerlo está más allá de cualquier letra, de cualquier norma. Hay que parar esa monstruosidad. Doctora Bachelet, ¡usted puede, usted debe!
También desde el cielo la están mirando.
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