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Pura agua e’ lluvia y bullita en el Teatro Teresa Carreño

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La Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño no es fácil, no es para todo el mundo. No solo es el prestigio forjado en sus casi 40 años, sino también hay algo intangible: es una sala imponente, que exige ser inundada con la mejor calidad artística; estar a su altura. Y eso fue justamente lo que hicieron Jorge Luis Chacín y Luis Fernando Borjas la noche del viernes.

El tráfico en el Paseo Colón al final de la tarde daba indicios de lo que se avecinaba. Por un lado, una sala vendida por completo (más de 2.300 butacas); por el otro, un show que se retrasaría, pero que pondría el listón bastante alto, tanto que al final ya se le había olvidado al público que el concierto comenzó 40 minutos después de lo previsto.

Pablo Rodríguez, cantautor y compositor marabino —simplemente Pablo— abrió el espectáculo a la 8:50 pm con dos éxitos de Voz Veis: “Aunque sea poco” y “Segundo plato”. El público comenzó animado y coreando, como se mantendría durante toda la velada. Una canción original puso punto final.

Baja un telón y se proyecta un video para presentar a un artista que no necesita presentación en Venezuela. Productor y compositor de éxitos de Guaco, fue miembro de la súperbanda de Venezuela por ocho años. Responsable de canciones de Ricardo Arjona, Ricardo Montaner, David Bisbal y, para dar una referencia a la generación Z, “No te vayas”, de Camilo, lleva su firma. Sin aparecer ante el público: Se me está saliendo de las manos / no sé como controlarlo. Con ustedes: Jorge Luis Chacín.

Foto Ramsés Romero

“Borra mi mensaje” fue el tema con el que inició un versátil viaje musical. Chacín no tuvo casi escenografía, porque no la necesitaba. Cinco músicos —batería, bajo, congas, teclado y trombón— y su voz era más que suficiente para inundar toda la Ríos Reyna. Solo bastaron dos canciones para que la timidez de bailar en las butacas se dejara atrás. La tercera, la famosísima “Anhelo en la lluvia”, hizo que el público se pusiera de pie: Vengase pronto, que estoy necesitando bienestar / alivio que cure mis penas con solo su mirar.

Las canciones no estaban escogidas al azar. Animaba con las más conocidas que permitían presentar las nuevas, porque Chacín lejos del descanso, viene de una minigira por tres ciudades del país en abril y recién lanzó el disco El mundo está loco y lo presentó con un tema que escribió con SanLuis: “El maleducado”. El piano no podía quedar por fuera e hizo presencia para interpretar un tema que compuso con Fernando Osorio y emocionar con “La gloria es para él”.

Aunque sus años en Guaco lo pusieron en la escena musical, en los últimos años un proyecto en el que se reúne en su casa o en casa de amigos para tocar, cantar, versionar, en familia, es el que más le ha valido millones de reproducciones en Youtube y ha expandido sus composiciones y las de sus colegas: El cuentacanciones.

Con Víctor Muñoz primero (“Mi princesa / Cómo será”) y Beethzarth Acosta, de CAIBO, después (“La promesa / Ella”) llevó el proyecto en vivo y digital, a ser también en vivo, pero presencial.

Ya había pasado una hora de concierto y el flyer prometía en el escenario a otro cantante.

Luis Fernando Borjas bajó por el pasillo del patio bajo y se unió a Chacín en “Medio loco”. Cámara, flashes y aplausos lo siguieron hasta el escenario. Pero esta canción solo sirvió para decirle al público: calma, que ahora es que queda concierto. En total, Jorge Luis Chacín interpretó 23 canciones; dos horas de concierto.

Jorge Luis Chacín invitó a una fan al escenario | Foto Ramsés Romero

Temas de Ricardo Montaner como “Bésame” hasta “La vaca mariposa” de Simón Díaz, incluso un medley pop de composiciones que hizo para Prince Royce, Gente de Zona y Camilo fueron parte de su presentación. Temas que, desde afuera, se pueden ver de géneros y artistas con conceptos distintos, pero aquí Jorge Luis Chacín hizo un papel de hilandero para mostrar que el lenguaje musical es un punto de reencuentro.

A las 11:00 pm, el escenario de la Ríos Reyna giró para dar pie a la parte B. Grandes pantallas led, otro panel de músico y coristas. Arriba, entre las pantallas: Luis Fernando Borjas en todo su esplendor. Lanzó cuatro canciones conocidas de su etapa con Guaco y en las que su voz es inconfundible: “A plena vista”, “Pa’ ti”, “Dulce y bonito” y “Quiero decirte”.

Pero después su presentación se volcó a lo nuevo con “Invito yo”, su más reciente sencillo como solista. El público siguió bailando y aplaudiendo. La experimentación continuó, cuando lo pop quedó atrás y le dio entrada a un tablao flamenco: una bailaora, cajón y guitarra. Fue la introducción al tema “Gota”, que usó como sencillo para el lanzamiento de su perfume Aguaelluvia.

Y los invitados de Borjas entraron a escena: músicos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar lo acompañaron en “Tu amor”, un tema que formó parte de Live Session de El Sistema que se estrenó en febrero. Pero de una balada pasó a “Baja” con Sixto Rein, que fue un subidón de energía de 180°, que le dio paso a “De vuelta a tu corazón” con La Melodía Perfecta. Culminó con “Lagrimas no más”.

Músicos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de El Sistema acompañan a Luis Fernando Borjas | Foto Ramsés Romero

Pero no se había terminado. A la medianoche, la promesa de estar “Juntos otra vez”, como se llamaba el concierto, se hizo realidad. Ambos salieron nuevamente al escenario a cantar cinco canciones que mostraron el cambio en sus carreras. Iniciaron con “Ya no eres tú”, de Guaco, pero cerraron el concierto con “La miraíta”, el primer sencillo de Borjas como solista. Prometieron, además, regresar en noviembre juntos a hacer este espectáculo nuevamente con más invitados y sorpresas.

“Vamos a cantar las de antes, las de ahora y las que vienen. Vamos a cantarlas todas”, prometía Chacín días antes promocionando el concierto. Y lo cumplió. Cuatro horas y media entre los temas emblemáticos, de siempre y éxitos, pero también los nuevos con un futuro brillante. Demostraron su dominio del escenario forjado con los años así como la versatilidad que tienen como artistas.

Chacín pasó por el merengue, la salsa, el pop, la bachata, folklore venezolano, la música urbana, y las gaitas características de su Zulia natal (todos fueron Pa’ que Luis, porque cuando suena bien, suena tan tan tan tan buena). También fue un abreboca de lo que puede ofrecer Borjas como solista. Se retiró de Guaco en noviembre de 2021. Sus reflexiones en la pandemia lo hicieron buscar otro camino, otros sonidos, explorar otras texturas. Fue una noche de “sonido Guaco”, pero muestra un universo más allá, uno propio, que comienza a abrirse.

Foto Ramsés Romero

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