La semana pasada se trasladó a Valencia el doctor Germán Carrera Damas, a prestigiar con su presencia y palabra un acto convocado por la Academia de Historia de Carabobo, para debatir sobre un trabajo que presenté a consideración de los venezolanos que titulé Miguel Peña y La Cosiata. Relectura de una controversia histórica. La Academia aprovechó para designar, al maestro, como miembro honorario de esta prestigiosa institución carabobeña.
El maestro Carrera no solo tuvo la gentileza de venir a hablar sobre mi trabajo, sino que colmó mi vanidad al resaltar: “Mi apreciación altamente positiva del hecho de ver resurgir la muy fecunda interacción entre hacer política y cultivar el sentido político estudiando la Historia, y en especial la nuestra. En ese ejercicio se formó, dialécticamente, la genuina conciencia política que sentó las bases de la democracia venezolana”. Así comenzó su intervención, para concluir con una equilibrada percepción que pretende armonizar los procesos históricos (¿condiciones objetivas?) con la participación de los hombres (¿condiciones subjetivas del mismo tenor?), cuando afirma, elevando generosamente mi modesto aporte al compararlo con el suyo: “Me complace reconocer que el estudio crítico del alegato jurídico-historiográfico producido por Antonio Ecarri me ha hecho pensar que, probablemente, de la confrontación de su defensa de Miguel Peña ante el Tribunal de la Historia, y de la explicación de la ruptura de la República de Colombia que corre en mi reciente obra titulada Colombia, 1821-1827: Aprender a edificar una República moderna liberal, podría surgir una explicación en la cual, para decirlo casi insidiosamente, se correlacionasen de manera equilibrada la majestuosidad de los grandes procesos históricos con la pequeñez de los hombres que, creyendo cabalgarlos, son en realidad arrastrados por ellos”. El relato de lo afirmado por el maestro viene a cuento con lo que hablamos, luego de concluido el foro. Veamos.
Germán Carrera Damas nunca ha militado en Acción Democrática, aunque él cuenta que Octavio Lepage lo llamaba “un adeco vocacional”, porque no solo conoce la historia del Partido del Pueblo y ha producido una de las mejores biografías de Rómulo Betancourt escrita hasta ahora –incluyendo el excelente trabajo de Manuel Caballero Rómulo Betancourt. Político de nación y mi modesto aporte Conciudadano Betancourt– sino que, además, valora en alto grado nuestra responsabilidad histórica y nos hace reclamos y exigencias a partir de esa valoración.
Como no me prohibió repetirlo, voy a contarles sobre su nuevo reclamo a quienes dirigimos hoy Acción Democrática. Me dijo, palabras más o menos exactas, lo siguiente: “Antonio, todos los políticos tienen una responsabilidad histórica, pero la de los militantes de Acción Democrática, en este momento, es la mayor y más comprometida de toda la oposición a este régimen, porque no hay otro partido político en Venezuela que haya tenido y acumulado los méritos de AD, pero eso lo compromete aún más. El hecho de que haya sido Rómulo Betancourt el fundador de ese partido y que junto a “sus hermanitos” haya logrado la ambiciosísima tarea de empoderar a la mujer venezolana para que decidiera el destino de la nación y le haya entregado, así mismo, por vez primera en la historia la soberanía al pueblo para que la ejerciera a través del voto, es para que ustedes nos digan, al resto de los venezolanos, cuál es el camino y con quién vamos a transitarlo en los próximos días, meses y años.
Ustedes, además, –siguió reclamándome el maestro– no le han explicado con claridad al pueblo que AD no se fue de la MUD, sino que los sacó de allí el incumplimiento del acuerdo firmado por toda la oposición para que se realizaran elecciones primarias y que eso fue impedido para que AD no asumiera el liderazgo opositor, en una eventual campaña electoral con condiciones. Díganlo en clara e inteligible voz, sin ninguna reserva, porque el pueblo democrático merece conocer esas verdades.
“Ahora bien, continuó el maestro su lección valenciana, la situación de Venezuela no le permite a AD continuar sin reformular el Plan de Barranquilla y el de Puntofijo, para esbozar el nuevo plan de recuperación moral, económico y social de Venezuela en el siglo XXI. Asuman su compromiso histórico que hay un pueblo deseoso de ver, de nuevo, a los hombres de AD siendo hombres de Estado, pensando en grande y no complicados en debates infecundos que diluyan la acción que espera un pueblo ayuno de orientación política e ideológica”.
Le dije que en AD somos conscientes de nuestra responsabilidad histórica, que cuando decidimos salir de la MUD fue por el incumplimiento conocido por él y que, obviamente, lo denunciamos, pero sin estridencias, porque creemos no tener enemigos en el campo democrático, sino incomprensiones producto de la inexperiencia de algunos y de “la falta de un poquito de ignorancia” en otros (Gonzalo dixit); pero que hemos invitado, al resto de los partidos políticos y ONG que forman la oposición a este régimen, a que nos acompañen a imbricarnos en las luchas cotidianas del pueblo y en su organización social.
Ah y le pedí que nos visitara en Caracas, para que el resto del CEN de AD oiga sus enseñanzas y recomendaciones porque sentimos, hoy más que nunca, a Germán Carrera Damas como nuestro maestro y un “adeco vocacional”, sin militancia, pero con sentido histórico y de grandeza.
@EcarriB
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