Mónica, una mujer de 45 años de edad, que se encargaba de administrar un prostíbulo en el Bronx, ubicado en Bogotá, Colombia, contó cómo era la explotación sexual en el lugar.
Antes de ser intervenido por un grupo de 2.500 uniformados, el Bronx era controlado por varias bandas que se encargaban del tráfico de estupefacientes, armas, personas, pornografía infantil, explotación sexual y hurtos.
Señaló que en el lugar desaparecían personas, las asesinaban y las torturaban hasta enterrándolas vivas en las paredes o echándolas a perros hambrientos.
En el sitio fueron encontradas 200 mujeres obligadas a prostituirse, incluidas 76 menores de edad, 8 de ellas menores de 13 años.
Mónica indicó que después de ser una empleada en una empresa noruega, el vicio de consumir drogas la llevó a la prostitución.
“La prostitución nunca fue mi mundo, porque para mí hacer el amor es un arte, entonces tenía una clientela muy tremenda”, dijo.
Confesó que al lugar llegaban hombres de todo tipo, algunos sucios, borrachos y con mal olor y otros en camionetas blindadas que se llevaban a las mujeres a moteles.
“A una niña la contrataban a 1.000, 2.000 y hasta 3.000 pesos (entre 0,3 y 1 dólar)“, mencionó.
Las mujeres eran obligadas por los clientes a todo tipo de actos. Mónica afirmó que muchas veces presenció los maltratos que estos sujetos cometían hacía las trabajadoras sexuales.
Con información de Infobae
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