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Los ucranianos intentan olvidar la guerra en las playas de Kyiv

Por AFP
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Ivan Sujanov y su familia solían veranear en las costas del Mar Negro, pero este año los ucranianos irán a las playas de Kyiv, no más allá de las orillas del río Dniéper.

La capital ucraniana cuenta con una multitud de playas de arena, normalmente abarrotadas durante los calurosos meses de verano.

Aunque en el primer fin de semana de julio, a pesar de las temperaturas cercanas a los 30 grados, no hay multitudes.

La ciudad sigue viviendo a paso lento, a pesar de que las tropas rusas se retiraron de sus suburbios del norte y el noreste hace tres meses para concentrar su ofensiva en la región de Donbás, en el este de Ucrania.

En comparación con la lluvia de bombas en el Donbás y los mortíferos ataques en el sur del país, Kyiv está ahora relativamente tranquila.

«Nos estamos acostumbrando», admite Sujanov, un ingeniero de 41 años de edad, cuatro meses después de que las tropas rusas entraran en su país el 24 de febrero.

Por eso, cuando suenan las alertas antiaéreas, no van a los refugios ni siguen las normas de seguridad. Viven como pueden, esperando que todo marche bieb.

Pero la ansiedad de que lo peor esté por llegar domina la vida cotidiana. Un misil mató a una persona e hirió a otras cuatro el 26 de junio, en un barrio cercano al centro de Kyiv que ya había sido alcanzado dos veces.

«Lloro todos los días»

Vera Sapyga también intenta disfrutar del bueno tiempo en una playa de Kyiv, pero no puede ocultar su ansiedad.

Regresó a la capital hace una semana, después de haberse marchado el primer día de la guerra a un pueblo del oeste de Ucrania con su hija de cinco años. Y ya está deseando volver a marcharse.

Los ucranianos intentan olvidar la guerra en las playas de Kyiv

Sergei SUPINSKY / AFP

«En términos de ánimos, es realmente difícil», dice esta mujer de 37 años de edad. «Me preocupo mucho, con las sirenas de aviso, las noticias. Lloro todos los días. Nunca he sentido tanto estrés».

Tiene previsto viajar con su hija la próxima semana a Londres, donde se alojará con una familia que se ofreció a acoger a ucranianos.

Este es ya su segundo exilio. El primero fue en 2014, cuando Rusia se anexionó la península de Crimea, donde ella y su marido vivían entonces.

Si consigue llegar a la capital británica, no sabe cuánto tiempo se quedará. «Es muy difícil planificar algo», suspira.

Incesantes rumores

Esa expresión se repite a diario en Kyiv, donde nadie se atreve a predecir cuánto durará la guerra.

«Al principio, los expertos aseguraban que la guerra terminaría rápidamente, luego decían: ‘Terminará para el Día de la Constitución’ (28 de junio), después para el Día de la Independencia (24 de agosto). Ahora no dicen nada», dice Liudmila Iashchuk, una mujer de 55 años de edad sentada con su marido en uno de los pocos cafés abiertos en la playa.

«Esperamos que (la guerra) se acabe antes de finales de año, pero todo el mundo dice que el conflicto será largo», dice Sujanov.

La incertidumbre alimenta los incesantes rumores de una nueva ofensiva rusa sobre Kyiv.

Primero se dijo que iban a atacar el 22 de junio, aniversario de la invasión nazi de la Unión Soviética en 1941. Luego se dijo que sería el día de la Constitución, explica Ianna Khlinina, de 33 años, que salió a tomar el sol con su marido.

Sin embargo, ni ella ni nadie en la ciudad parece dudar de la victoria final de Ucrania sobre Rusia.

Ucrania ya ha ganado moralmente, dice Sujanov. «Lo único que queda es hacerlo realidad sobre el terreno», agregó.

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