Otra vez más la comunidad arcoíris se fijaba con ansias en las pantallas de la plaza, desesperados por cualquier pista que delatara lo que iban a vivir esta tarde. ¡Apareció el número 50! ¡Luego la bandera multicolor! Todos se quedaron sin aliento. De momento no se escuchaba ni música, ni cantos, solo el ligero parloteo de la multitud. Las imágenes de una nueva generación de soñadores iluminaron la pantalla. Este nuevo arte, nunca antes visto, dio paso a algún que otro grito entre el público. Con la calle bloqueada, la gente no se desplazaba libremente. Los nervios a flor de piel tras meses de preparativos, ya sólo quedaba esperar. Unos tambores se oían desde lejos. Todos se quedaron quietos, concentrados. El ritmo se empezó a acelerar. “¡Se escucha pero no se ve! ¡No se ve!”, susurró el público, mirando frenéticamente a su alrededor para captar el primer vistazo. Casi en un instante, ya no quedaba tiempo para distinguir de dónde venía. Toda la tensión se desprendió de una vez. Habían llegado los primeros manifestantes.
50 años después de la primera marcha LGBT en Reino Unido, la ruta fue la misma que siguieron los participantes de 1972, un evento que atrajo a sólo 1.000 personas. Este año han vuelto a tomar las calles bajo el lema All Our Pride (Todo Nuestro Orgullo). La asistencia, sin embargo, fue un asunto completamente distinto. Con cada vez más tropas uniéndose a la lucha, hoy se pudieron ver más de 1.500.000 asistentes.
En los minutos previos al desfile los organizadores se esforzaron por motivar al público, soplando burbujas, pintando las caras del público y ofreciendo tatuajes temporales. La función que dio el disparo de salida al desfile fue el Club de motociclistas gay. Uno a uno fueron entrando, muchos de ellos acompañados por sus parejas. Bajando de las motos, algunos zigzagueaban de un lado a otro, animando al público a hacer todo el ruido posible. Otros se quedaron sentados, rebosantes de alegría y abrazados con sus seres queridos. Una cosa sí es segura, en ningún momento faltaron las habituales plumas, la purpurina y las lentejuelas.
La comunidad latinX
Las sorpresas siguieron llegando. Si bien esta marcha se celebra por todo el mundo, este año la gran variedad de nacionalidades le puso un toque diverso. Por su parte, la comunidad hispana expresó al nacional su asombro por la irreconocible transformación de su segundo hogar, teñido de colores. ¿Cuál fue el resultado? Juntaron más fuerzas que nunca.
En 2011 se estimó que había 186.500 latinoamericanos viviendo en el Reino Unido, 60% de ellos en Londres. Entonces, en un día como hoy cuando todos se unen, ¿quiénes son los principales actores de las celebraciones? Gloria Lizcano ha sido una de las principales activistas del colectivo.
Mostrándose abierta sobre distar de los demás en cuanto a la sexualidad, ella nos lleva a 1996. Joven, feliz y enamorada de una mujer colombiana, lo que le indignaba era la falta de discotecas para los que amaban a otro del mismo sexo: “Era súper desalentador tener que ir a un club sin poder compartir el amor por la música con mi novia. Ambas teníamos que bailar con hombres”.
Tras años de frustración, al final Lizcano convirtió esa desilusión en algo positivo. Así nació la legendaria discoteca LGBT ‘Exilio’ en el norte de Londres y ahí empezó la magia. Desde entonces, Lizcano y la comunidad latina se han esforzado por tener la carroza más exótica del Orgullo. Este año acogió a mariposas gigantes, seguidos de marionetas prehispánicas y tradicionales bailarinas colombianas.
“En casa no podemos celebrar así”, dice sobre el estigma de ser diferente en Latinoamérica: “Al menos no podemos como acá en Londres”, agrega.
Un día agridulce
El desfile arrancó a mediodía y desde entonces fue una montaña rusa constante. Sonaron las mayores divas del pop, como Lady Gaga y Beyoncé, y por supuesto que no podía faltar el tema “YMCA”, considerado por muchos como el himno gay. En la ciudad las tiendas estaban abarrotadas de todo tipo de ropa multicolor y hasta los perros del desfile fueron equipados por sus propias alas de hada.
Pero por muy alegre que estuviera el público, también hubo una ola de tristeza. A los que manifestaban su identidad ucraniana se regaló una gran reacción, tales como a las jóvenes ucranianas que lucieron vestidos blancos y coronas de flores, una imagen perfecta de inocencia y paz.
Lo desgarrador era la imagen mucho más oscura que las siguió. Totalmente envueltos en negro, más aliados ucranianos ondeaban pancartas con duras declaraciones políticas en defensa de la guerra. “Si defiendes la libertad, defiende a Ucrania”, cantaron al unísono, poniendo buena cara frente al público pese a la trágica situación que atraviesa el país.
Solidaridad ante todo
Si bien no todos los asistentes se consideran LGBT, todos los consultados por El Nacional presumieron de “una afinidad muy chévere” con el colectivo. “Ya no deberíamos estar pensando en cómo integrar, sino más bien, ¿por qué no estamos integrados?”, reflexionó el músico ecuatoriano Carlos Paúl, quien tocó en vivo y debutó varios de sus nuevos temas de estudio: “Al llegar a la comunidad gay, para nosotros los migrantes, es una forma de extender el puente y poder abrazarnos en el medio”.
Antes de que se apresurara a seguir la carroza de Exilio organizada por Gloria Lizcano, El Nacional consiguió conversar con la cubana Melissa Mendoza, uno de los miembros de Witchas, un grupo musical de mujeres latinas. “Queremos expresar todo lo que somos sin que la sociedad nos lo exija y por eso estamos orgullosísimas de participar en el Orgullo”, dice Mendoza: “Para mí ese es el espíritu de LGBT. No es sólo dirección sexual, sino una liberación de todo”.
Agotada ante su participación en la fiesta de hoy, los esfuerzos de su compañera Ana María Reyes Barrios, una venezolana del estado Miranda, no se detienen ahí. Ahora va preparándose para los eventos de la semana que viene, en los que usará su poesía para recaudar fondos para personas trans en Colombia y su país natal Venezuela.
“Hoy sentí ese empoderamiento de lo que yo soy, de cómo luzco, de mi cuerpo y lo que me gusta hacer con ello”, declaró: “Estamos luchando para que ese mensaje llegue a nuestros países”.
Regresar a casa fuera de casa
Hoy todos pensaron globalmente y actuaron localmente. Aún así, mientras el Orgullo 2022 llega a su fin..
Para la comunidad latina, el anochecer marcó una noche de fiesta con los ritmos de salsa, merengue y carnaval. En las breves pausas de los tambores brasileños, quizás para aprovechar las degustaciones de tapas y aguardiente, había varios elogios a Europa por su versatilidad. “Acá se me abren más puertas. Hoy es mi primera vez en un evento LGBT y estoy encantadísimo”, dice el colombiano Mauro Calero, quien interpretó temas de salsa en la fiesta.
Lo que más le hizo ilusión fue la amplia gama de edades vistas en el desfile, desde gente mayor hasta familias más jóvenes disfrutando con sus niños pequeños: una de las mayores señales de aceptación. Pase lo que pase, queda claro que Londres ha sido hoy un referente de libertad y tolerancia.
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