Uno de los tripulantes del avión venezolano-iraní que permaneció en Paraguay varios días en mayo, y que actualmente está retenido en Argentina, es un miembro de las Fuerzas Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica -organización terrorista para Estados Unidos-, según informó este viernes la Secretaría Nacional de Inteligencia (SNI) paraguaya.
«De acuerdo con lo que nosotros sabemos, y nos confirmaron agencias aliadas, se trata de una persona vinculada al Quds», confirmó el ministro de la SNI, Esteban Aquino, a la emisora ABC.
Según las últimas noticias desde Argentina, investigan si en la tripulación del avión Boeing 747 Dreamliner viajaba un iraní identificado como Gholamreza Gashemi, nombre de un miembro de las Fuerzas Quds.
«No es parecido, no es homónimo ni nada, es la persona. Y eso sin ninguna duda ya es preocupante», aseguró en este contexto el secretario de Inteligencia.
Aquino confirmó que el sospechoso forma parte de la tripulación que estuvo en Paraguay del 13 al 16 de mayo pasado.
Según informó en esa ocasión el ministro del Interior paraguayo, Federico González, la aeronave aterrizó en el aeropuerto Guaraní, que sirve a la localidad de Ciudad del Este, fronteriza con Brasil, y los tripulantes, 5 iraníes y 14 venezolanos, se hospedaron un hotel de esa localidad.
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, afirmó a medios locales el jueves que su país avisó a las agencias de inteligencia de la región.
«Se está investigando todo a través del Ministerio del Interior», dijo y agregó que también ordenó sumarios administrativos a funcionarios de varias dependencias paraguayas.
La aeronave fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del estatal Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresas que están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El avión llegó a Argentina el pasado 6 de junio procedente de México, previa escala en Venezuela, con destino al aeropuerto de Ezeiza, en la periferia de Buenos Aires, pero debió hacer antes una escala en el aeropuerto argentino de Córdoba por razones climáticas.
El 8 de junio despegó de Ezeiza para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el principal aeropuerto argentino porque el país vecino no habilitó su aterrizaje.
En Argentina, las petroleras no cargaron combustible al avión por temor a las sanciones de Estados Unidos.
La Justicia argentina retiró los pasaportes de los miembros de la tripulación, impidiendo su salida del país, e incautó el aparato para obtener más datos sobre qué hacían estas personas en Buenos Aires.
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