Golden State Warriors se impuso (107-88) a Boston Celtics para igualar, en su segundo partido, las finales de la NBA, gracias a un Stephen Curry que completó un gran tercer cuarto para dinamitar el encuentro y cerrar la puerta a las opciones de los del trébol.
La lucha por el anillo viajará empatada a Boston, después de que Stephen Curry fuera el mejor de su equipo (29 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias) en un duelo en el que los de la Bahía fueron crecieron a base de orgullo y rabia para sanar las heridas que dejó el primer encuentro ante los Celtics.
Sin embargo, el inicio fue de los visitantes, comandados primero pro Brown, con 9 puntos en dos minutos y medio; para que después cogiera el relevo Jayson Tatum (28 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias). El alero aprovechó las indecisiones y desconexiones de los Warriors para cerrar el primer cuarto con 13 unidades, aunque los locales acabaron por delante gracias a la puntería y explosividad de Curry (31-30).
Los Warriors acabaron por delante (52-50) una primera mitad sin un dominador claro, pero el tercer cuarto comenzó como temía Udoka en la previa del partido, con unos Golden State revolucionados para dinamitar el partido. Los de la Bahía completaron un tercer parcial antológico, exhibiendo su clásico poderío para construir un parcial que sería imposible de levantar para Boston (35-14). Jordan Poole protagonizó la jgada de la noche con un triple desde casi el medio de la pista.
Los Celtics no pudieron consumar un nuevo milagro y un parcial de 6-0 en el inicio del último cuarto a favor de los locales acabó con cualquier opción que pudieran tener los del trébol. Así, las Finales viajan empatadas y muy abiertas a Boston.
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