Rodolfo Hernández ha provocado un terremoto en la política colombiana luego de desbancar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales al derechista Federico Gutiérrez. En 20 años no había faltado un candidato uribista entre las propuestas por elegir.
Ahora no solo es la primera vez que la izquierda gana en Colombia, con un Gustavo Petro que lideraba todas las encuestas, sino que la otra opción es un populista millonario famoso por sus comentarios xenófobos y misóginos, o por polémicas como la cachetada que le dio al concejal John Jairo Claro después de que lo acusó de corrupción el 28 de noviembre de 2018.
La posición sobre Venezuela de Hernández ya se aleja de manera radical de la del presidente saliente, Iván Duque, quien ha sido frontal al considerar al gobierno de Nicolás Maduro una dictadura que protege a guerrilleros y narcotraficantes. Para el exalcalde de Bucaramanga, las relaciones consulares con Venezuela deben ser restablecidas el mismo día de su investidura si gana la presidencia.
“Las relaciones consulares son necesarias para una buena circulación, intercambio tanto comercial como de turismo y también porque la frontera es donde más también se está sintiendo el incremento de la violencia que está teniendo Colombia”, dijo el candidato en entrevista con la agencia Efe publicada esta semana.
Las relaciones diplomáticas de Colombia y Venezuela están rotas desde febrero de 2019 por orden de Nicolás Maduro tras un intento del líder opositor Juan Guaidó de atravesar la frontera desde Cúcuta al frente de una caravana de ayuda humanitaria.
Hernández asegura que hay 180 trochas por las que se mueven de manera informal tanto personas como mercancías. “Eso es como amarrar un gato con chorizos. Eso no sirve para nada”.
“Las relaciones consulares hay que activarlas el mismo día porque los que están pagando las consecuencias de peleas políticas son los 3 millones de colombianos que viven en Venezuela. Ellos no tienen nada que ver con eso, hay que ayudarles para que puedan establecerse, regularizarse”, agregó.
También consideró que “la mejor política exterior es la interior, que quiere decir: no meterme con el vecino para que ese vecino no se meta conmigo”.
“¿Cómo vamos a pretender nosotros ponernos a preocuparnos por los problemas de Venezuela cuando tenemos aquí muchos?”, subrayó.
Hace tres años, cuando era alcalde de Bucaramanga, Hernández cargó contra las mujeres venezolanas al afirmar que son una “fábrica de hacer chinos (niños) pobres”.
“Hemos ayudado en la atención de las mujeres venezolanas embarazadas. Antes, durante el parto y posparto en el Isabu, con plata de la alcaldía y de todos nosotros”, dijo. “Los partos que han tenido son como 400 al año”, añadió.
Por esta y otras declaraciones, el exalcalde ha sido llamado el “Trump colombiano”, pues es un outsider de la política que recurre al insulto y un lenguaje irreverente para comunicarse. En su campaña ha sido importante TikTok, red social en la que tiene más de medio millón de seguidores y donde impulsa su propuesta anticorrupción, de la que no ha mencionado muchas medidas concretas.
Pero, a pesar de la falta de claridad, el discurso anticorrupción caló y convenció a los colombianos, especialmente en las regiones de la zona oriental del país, donde está el departamento de Santander, del que es oriundo, y en el centro y sur.
Le tocará a los colombianos elegir el próximo 19 de junio entre la izquierda o el populismo, en un momento en que la política conservadora se agotó por los errores del gobierno de Duque y el cansancio de la gente.
Ya el derechista Gutiérrez advirtió que votará por Hernández, pues a su juicio Petro representa un riesgo para el futuro de Colombia. “Sería un peligro para la democracia, las libertades, la economía, las familias y para nuestros hijos”, aseguró.
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