Ni la infatigable lluvia que cayó en Caracas este miércoles 25 de mayo logró sabotear el concierto de Kany García. A pesar del caos que genera salir de casas y oficinas en hora pico y, para rematar, con el cielo casi cayéndose a pedazos, nada entorpeció la tan esperada cita que tenía la cantautora puertorriqueña con el público.
El reloj marcaba las 7:00 pm y la promesa de ver a la artista se cumpliría dos horas más tarde. Desde la autopista, largas colas de parpadeantes luces rojas se divisaban comenzando en Plaza Venezuela y sin la certeza de que se debieran a la puesta en escena de García. Sin embargo, tampoco fueron motivo suficiente como para que los vehículos se desviaran de su norte: llegar al Teatro Teresa Carreño en punto de las 9:00 pm para escuchar, por primera vez en el país, a la laureada estrella latina, ganadora de 6 premios Grammy.
La lluvia vs Kany García
Llegar al TTC resultó tarea fácil a pesar de que llovía a cántaros. Carro tras carro aparecían sin prisa y con mucha precaución hasta el punto de encuentro. El estacionamiento se llenó rápido. Pero con notable orden por parte del cuerpo de seguridad desplegado en las inmediaciones, fueron asignados puestos improvisados al aire libre.
Una vez dentro, precisamente en el lobby, cientos de almas se unían bajo la misma premisa: llenar sus oídos de buena música y ver en persona a Kany García. No había bandanas o afiches, ni enormes letreros con declaraciones de amor hacia la artista, pero la actitud de sus fanáticos opacaría cualquier símbolo material de admiración.
«Yo la amo. Ella representa todo lo que está bien con la música hoy en día», manifestó Carolina Gámez, una de sus seguidoras que, aunque no quiso ser retratada, esperaba felizmente en la cola para entrar a verla. «Así haya habido un huracán en Caracas igual hubiese venido. Nada ni nadie lo hubiese impedido», recalcó.
9:00 pm
Se estimaba que a las nueve en punto de la noche sería la hora en la que se montaría Kany García para enamorar, de una vez por todas, a un aforo que se creía lleno total. Sorprendió que, en contraste con las largas colas de vehículos en las afueras de las inmediaciones, en la Ríos Reyna hubiese un gran número de puestos vacíos para la hora.
Balcones y patios laterales eran los más concurridos, siendo el área vip y preferencial (patios centrales) las que más butacas vacías presentaban. Aunque esa situación duró muy poco. Al ritmo del reggae, poco a poco se iba llenando la sala y entre conversas entretenidas, el público se distraía de una espera que prometía ser más larga de lo prometido.
No habría telonero. Kany García no compartiría protagonismo con nadie más que con las 2.000 almas que se congregaban en el lugar. Eran las 9:30 pm y aún no había rastros de ella. Largos y demandantes aplausos comenzaban a mezclarse con la música que el teatro disponía para distraer a los asistentes. Todo sin éxito. Sin embargo, no hicieron falta más de 10 minutos para que los gritos y vítores le dieran inicio al espectáculo justo cuando el nombre de la artista resonó en el espacio.
«Damas y caballeros, Kany García«, es escuchó en la sala.
La promesa cumplida de Kany García
Gritos ensordecedores reinaban el espacio mientras una Kany Gracía súper sencilla, ataviada con un jumpsuit de lentejuelas negras que realzaban su natural belleza, salió al escenario para comenzar el que sería uno de los shows más esperados por el público venezolano este 2022. El escenario, también de negro para no restarle importancia a su presencia, se llenó entonces de vibras caribeñas y una enorme pantalla se encargó de desdibujar, a través de colores y figuras, todo lo que la cantante describiría en cada una de sus canciones.
«La libreta» bautizó el encuentro mientras amaneceres latinos reinaron los audiovisuales. También, un inefable amor por los ritmos tradicionales de un Puerto Rico que, por ese día, se venezolanizó. Hubo mucho color: rojos, naranjas, amarillos y fucsias, claramente, los favoritos de García.
«Soy yo» le siguió y, finalmente, pudo dar sus primeras palabras hacia el público venezolano.
«¡Estar en Caracas es lo mejor qué hay!», gritó. «¡Se siente de puta madre!» y una Sala Ríos Reyna respondió con vítores, silbidos, alaridos y frases de amor correspondido. «Te amamos Kany, eres la mejor».
«Ustedes no tienen ni idea de la diferencia tan grande que existe entre que me hablen de este país y llegar aquí; ver lo que es», declaró. «Venezuela es un lugar que la gente tiene que conocer. Gracias por permitirme ser parte de ustedes por una noche. Gracias por darme la oportunidad de llevar a cabo eventos culturales como este».
Una coreografía de luces acompasadas con cada nota musical de Kany García destacó en la puesta en escena mientras sus bailes improvisados calzaban con cada compás. Era como si su espíritu le diese color a la presentación.
“Si supieras, Venezuela, cómo te veo”, gritó, al interpretar «Lo que en ti veo» y, para ese momento, el público se paró de sus asientos hasta casi llegar al escenario.
«No sabía qué pensar de esta noche, pero ahora lo único que pienso es en cómo me voy a bajar de este hermoso escenario», recalcó entre una de sus canciones. «Que te vaya mal», «Duele menos» y «Alguien» le dieron motivos para llorar emocionada ante miles de corazones que no la dejaron cantar. El público había tomado las riendas del concierto y ella no pudo más que sonreír en el intento.
LGBTQIA+
Media hora del show había transcurrido cuando se ella misma se dio el chance de hablar sobre la comunidad y el colectivo LGBT, ahora reconocido como LGBTQIA+.
«Abro paso a un discurso que quiero compartir siempre se que pueda», declaró Kany García. «Llevar la bandera del amor a todos lados es parte de mi labor no solo como artista sino como ser humano», subrayó. «Amar sin juzgar es el norte. Sin géneros y sin prejuicios… La música, hoy, es lenguaje del amor así que esta noche -por tres minutos y medio- bailemos y cantemos por todos aquellos que han sido invisibilizados», manifestó.
No se hicieron esperar los aplausos de aprobación y los gritos emocionados. «Bailemos un blues» dominó la escena y el público se paró a bailar sin mirar a quien tenían al lado, haciéndole caso al requerimiento de la artista. «Gracias, Caracas, por dejarme hacer lo que yo quiera», añadió.
«Aunque sea un momento», «Para volver a amar» y «Quédate», reconocida por ser una canción a dúo con Tommy Torres, fueron aclamadas por la audiencia. Kany García tiene una de esas voces que suena mejor en vivo que en un disco.
Kany García: apología a Franco De Vita
«Les quiero contar un cuento», dijo después de una hora de presentación, resumiendo cómo su vida dio un vuelco de 180º cuando conoció a una de las personas más talentosas del mundo para ella: el venezolano Franco De Vita.
«Una visita a Puerto Rico de ese caballero cambió el curso de mi historia», recalcó. «Por él, renuncié al bar al que tanto me aferraba. Debido a él seguí mi sueño. Por eso es que este país significa tanto para mí», destacó. «Puso un contrato discográfico en mis manos y me hizo quien soy. Esa es la razón por la que estar ahorita en este país se siente como regresar a ese alguien que vio cosas en mí que yo no veía», expresó.
Procedió, seguidamente, a interpretar un nostálgico mix de canciones del reconocido cantautor venezolano comenzando con «Tú de qué vas», «Si quieres decir adiós» y completando su paseo musical con «Te amo».
«¡Qué nivel de cantautores tiene este país!», declaró.
Sin miedo a la vulnerabilidad
«Ustedes me dejan un ratito a solas con esta gente hermosa», le pidió a su banda a continuación. Con los músicos fuera del escenario, Kany García quedó sola con su guitarra.
«Compartir el dolor tan duro de una pérdida ha sido sanador; por eso se ha vuelto costumbre para mí», enunció. Su canción «Confieso» provocó más lágrimas, pero esta vez no fue la única pues el público, entre gritos entrecortados, la acompañaba sin querer dejarla sola.
Lloró y sonrió. Agradeció, suspiró y se inspiró; siguió cantando y dejó entrever que pronto se acabaría el encuentro.
«No solo es una noche impresionante sino que tengo la certeza de que durará para siempre», recitó. «Qué pena tener 15 años de carrera y pensar cómo fue que me llegó tan tarde la oportunidad para poder disfrutarlos, de poder disfrutar de la bella Venezuela”, añadió.
Con «Búscame» y «Muero» el público sabía que se avecinaba el final del show. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, la noche se tiñó de esperanza gracias a la letra de «Para siempre». Y es que junto a Kany García dos mil almas se convirtieron en cómplices de una pareja que se comprometió al son de su canción.
¿Qué mejor «despedida» que el amor? Felicitando a los recién comprometidos, la cantante juró que esta había sido una de las mejores noches de su vida y que, por supuesto, ese sentimiento duraría para siempre.
No es más que un hasta luego
Una falsa despedida marcó el espectáculo y el público se lo agradeció. Sin embargo, la emoción no duró tanto como se esperaba.
«Venezuela tiene un sabor muy especial», destacó. «Y yo también tengo sabor venezolano gracias a seres tan admirados como Yasmil Marrufo y Servando Primera«. Relatando no solo su admiración por el trabajo de ambos sino por la amistad y el cariño que los une, confesó su fascinación por la dupla, haciendo énfasis en el honor que siente de poder colaborar con ellos a nivel musical.
«Agüita e’ coco», coronó su declaración y, finalmente, cuando el reloj pisaba las 11:00 pm, se despidió con DPM (De pxta madre).
«¡Venezuela, ustedes son de pxta madre!», concluyó y entre «te amos y no te vayas», desapareció del escenario dejando muy claro que esta no será la única vez que se encontrará con el país o su gente.
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