(Continuación). Cuando partimos de este plano, nos encontramos en un estado llamado «Plano Astral». Ahora bien, nuestro comportamiento en el Plano Físico incide en el estado del Plano Astral. Los pobladores del Plano Astral, mental y físico están sintonizados en la misma frecuencia. Veamos un ejemplo: un alcohólico pasó de plano. No por eso deja de sentir deseos de ingerir licor. El Plano Astral es el mundo de los deseos. Su ansia de licor se manifiesta, pero no tiene el Cuerpo Físico. Es increíble, pero esa ansia del licor lo desespera y en vez de usar su cuerpo mental, que ordena el cuerpo de los deseos, se dirige a los bares, donde asistía con el cuerpo físico a buscar emanaciones de personas que están pasadas de licor o ebrios, para interpolarse en sus cuerpos y recibir emanaciones de embriaguez del «encarnado». Las personas, en el cuerpo físico, que están llenas de vicios y pasiones insanos: licor, drogas, sexo desmedido, ambiciosos, asesinos, etc., son de vibraciones muy bajas, y cuando pasan de plano, es posible que se queden en ese estado, pues su debilidad no les permite seguir su sendero hacia el punto de luz, porque siguen anclados al mundo físico por sus vicios y pasiones. Como no hay posibilidad de «reencarnar» se convierten en lo que llamamos en el mundo iniciático: «Larvas espirituales bajas». Esto es muy delicado. Han observado, algún día, que una persona de un comportamiento normal en la sociedad en que habitan e incluso, muy respetadas, de un día para otro, cambian de comportamiento. Los invade una larva de estas y les transforma su existencia. Si lo invade un espíritu de baja vibración por el licor, se convierte en alcohólico. Y mientras más libe licor, más conserva ese espíritu bajo que lo invade. Cuando toma conciencia de su estado crítico, deja el licor y lo abandona este espíritu de baja vibración. Me atrevo a afirmar que a mucho de los poseídos, que se les realiza exorcismo, les ha ocurrido algo similar. Debemos estar siempre en actitud de vida espiritual, para que nos dé fuerzas para rechazar estos espíritus bajos. Un desencarnado «virtuoso», con sus vibraciones y emanaciones positivas, ayuda a todos los virtuosos «encarnados» que por simpatía lo invoquen en el Plano Físico.
Nuestros QQ.HH. que están en el Plano Físico, y que tengan «Conciencia del Cuerpo Físico», representan a los HH. «Aprendices». Los QQ.HH. que pueblan el «Plano Astral, y que posean conciencia de su «Alma», representan a los HH. «Compañeros». Los QQ.HH. que están en el «Plano Mental», y que tengan conciencia del «Espíritu», representan a los QQ.HH. «Maestros. Ahora bien: Los moradores de estos tres planos: EL APRENDIZ, morador del plano físico, trabaja «Devastando la Piedra bruta» y representa el Cuerpo Físico o «Cuerpo”. El Compañero, morador del «Plano Astral», trabaja en dominar las pasiones y representa el cuerpo astral o «Alma». El Maestro, morador del «Plano Mental», trabaja en «Elevar sus pensamientos» y representa el cuerpo mental o «Espíritu». El «Cuerpo Mental» debe dominar los deseos, para lograr la actuación apropiada del «cuerpo físico». El Maestro Mason debe ayudar al Compañero Mason y guiar al Aprendiz Mason. Un ser humano, de bajo nivel de Conciencia, puede adquirir una comprensión del Paso al Or. Eterno, pasando por los diferentes peldaños: primero abandona el cuerpo físico, después su alma, y por último se haya en espíritu, después de morir en el Astral o muerte psíquica. Un ser humano, sin conocimiento Iniciático, devastara la piedra en el plano físico. Aprende a dominar sus pasiones en el Plano Astral, y dominara su pensamiento en el Plano Mental. Este es el camino evolutivo del ser humano. Un Iniciado, es diferente, trata de dominar las pasiones y cultiva las virtudes. Hay seres que en el cuerpo astral, puede materializarse. Con cuantos desencarnados tenemos contacto en el día, sin saberlo. El que pasa de plano no acepta su estado.
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