Recientemente fui invitada a dar una charla en la Cátedra Domínguez Guillén, espacio dedicado a la profesora María Candelaria Domínguez Guillén por Universitas Fundación y la Revista Venezolana de Legislación y Jurisprudencia.
Mi charla se tituló «Los aportes de la Escuela Austríaca de Economía al Derecho Privado», tema que no es común exponer en los foros jurídicos del país, aunque es una constante en mis líneas de investigación. La invitación no fue una sorpresa para mí porque la recibí de uno de mis ex estudiantes del doctorado en Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, con quien compartí una mirada liberal del Derecho en el año 2021.
He podido en varias oportunidades exponer en la UCAB las tesis de la mano invisible de Adam Smith, del orden natural de Frederick Bastiat, de la acción humana de Ludwig von Mises y el orden espontáneo de Friedrich A von Hayek. También he tenido la oportunidad de revisar y criticar los textos de Introducción al Derecho del padre Olaso. De hecho, esa charla se la dediqué a la profesora Anna Guairo, recientemente fallecida y una de las profesoras que enseñaba las lecciones del padre Olaso.
Me pareció una excelente oportunidad de mostrar las distintas posiciones que se tienen sobre el Derecho, ya sea como institución evolutiva desde la visión liberal o como “la recta ordenación de las relaciones sociales, mediante un sistema racional de normas de conducta declaradas obligatorias por la autoridad competente…” Luis María Olaso, Curso de Introducción al Derecho. (Caracas, Abediciones, 2017): p. 9.
Tuve la curiosidad de revisar las otras presentaciones que han sido impartidas en esta cátedra y justamente la pluralidad de pensamiento es lo que destaco de la idea que está detrás en la organización de estas charlas y de la cátedra.
Unas de las charlas que más llamó mi atención fue la impartida por el profesor Miguel Ángel Torrealba titulada «Reflexiones sobre las convergencias entre el Derecho Civil y el Derecho Administrativo». Se trata de una charla bastante distinta en cuanto a forma y fondo de la que impartí.
Pero más que destacar las diferencias, quiero llamar la atención sobre los aspectos que invitan a la reflexión. Uno de estos aspectos se refiere a la pregunta de si ¿existe un Derecho Administrativo Privado o un Derecho Privado Administrativo?. El profesor Torrealba considera que no, que se trata de expresiones ambiguas e imprecisas y que se prestan a confusión. Para el profesor cada área conserva sus caracteres y por razones instrumentales la Administración Pública aplica técnicas del Derecho Privado.
También coincido en su posición y tal vez he ido un poco más allá de su planteamiento al denunciar la «publicización del Derecho Privado», esto es, los espacios propios del Derecho Privado que han sido tomados y desnaturalizados por el Derecho Público («¿Publicización del Derecho privado? Notas para una reivindicación del Derecho privado ante el desbordamiento actual del Derecho público en Venezuela», en la Revista de la Facultad de Derecho. Nos. 60-61. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2009: pp. 201-207). Sería interesante partir de aquí y continuar con la discusión en la cátedra.
Refiero esta experiencia, más que anécdota, porque los foros liberales, llenos de figuras mediáticas que no toleran una posición distinta y bloquean a cuanto usuario les formula una crítica, deberían aprender de los académicos a quienes miran con tanto desdén. La función de los profesores universitarios, como María Candelaria Domínguez Guillén, Miguel Ángel Torrealba o quienes hacen este tipo de iniciativas como la cátedra Domínguez Guillén, no es llegar a masas sino reflexionar sobre temas con incidencia práctica y que pueden ser material de formación para los que sí llegan a las masas.
También la experiencia debe servir como un recordatorio para aquellos académicos que se anclan en sus posiciones y son incapaces de ver otras distintas. La pluralidad de pensamiento enriquece la investigación y el debate, no importa bajo las formas en la que se presente.
Termino este artículo con la satisfacción de ver que el Derecho en nuestro país no está destruido en la medida en que existen este tipo de iniciativas y de personas que las llevan adelante.
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