Ilicitud y estadísticas
La queja generalizada de todos los familiares de los mal llamados falsos positivos, no es que los hayan asesinado, sino que limpien su nombre. ”No era guerrillero”, es el clamor común de los dolientes. Entendible que en las mentes ciudadanas la ilegalidad, la ilegitimidad, no quepa dentro de su moralidad, prueba palmaria de la aversión que la mayoría de padres y familiares siente por el narcoterrorismo. Terrible el asesinato a sangre fría de estos inocentes pero, precisamente, de ahí surge la amplia simpatía de la opinión pública por nuestro Ejército, a la cual cadenas tóxicas de información intentan contaminar. Nada solidarios los tales periodistas que presumen de objetividad y neutralidad.
Las estadísticas no solo revelan el momento como si se tratara de una foto, sino que también marcan tendencias, como en el caso de Invamer, que lleva varias décadas mostrando a Colombia como: a) un país cristiano y creyente; b) un país con profundo sentido patriota y afecto por sus militares y c) un país empresarial, de emprendimientos.
La semana anterior conocimos la encuesta trimestral Invamer (abril 27) que, una vez más colocó en primer renglón a la Iglesia, con 65,9% de simpatía; en segundo lugar, a las Fuerzas militares con 63,1%, y en el tercero a los empresarios con 52,3%. En la última línea de confiabilidad están los partidos políticos con 29,2% y el Congreso con 32% de aprobación. Las empresas financiadoras de la encuesta fueron Caracol radio, Blu radio y El Espectador.
Con esta marcada tendencia, ¿caben, entonces, propuestas que busquen cambiar la naturaleza confesional, occidental y de cultura capitalista como la de Colombia? A pesar de la miseria que nos ha dejado la pandemia, lo veo difícil. Mucho más ahora que la reciente renuncia del comisionado mayor retirado del Ejército Carlos Guillermo Ospina contaminó la supuesta VERDAD de la comisión que lleva ese título y que es dirigida por un cura con simpatías por la izquierda.
América Latina, Perú y Venezuela
En América Latina “la amenaza no son los militares, sino el populismo”, dijo Marta Lagos, directora de Corporación Latinobarómetro basada en Providencia, Chile, en una charla en la Casa de América en Madrid, el pasado 26 de abril. “Por un nuevo contrato social. Renovar la democracia para no dejar a nadie atrás” fue el título de la conferencia en España, en la que participó la expositora. Nada refleja mejor el sentimiento de todos los colombianos, aunque “Vivir sabroso” parece haberse convertido en el grito de batalla de la juventud 22, desconociendo lo que ese “paraíso” prometido ha significado para países como Venezuela, desgobernado por un populista indolente y altisonante.
Vladimir Cerrón, neurocirujano y fundador del partido Perú Libre, al cual pertenece Castillo, lo ha dicho públicamente según un video que circula en redes. Penetrar y controlar las estructuras militares y policiales (patriotismo y fuerza), eclesiales (creencias y fe), magisteriales (“legalidad”) y burocráticas (administración y funcionalidad) son objetivos prioritarios del marxismo-leninismo. En ese país limítrofe, el ministro de Defensa, almirante retirado José Gavidia y los generales Arriola de la Policía Nacional (Dircote), Astudillo del Comando General de las FF. MM. y Zeballos, de la operación Chavín de Huantar, se han manifestado en contra de los pronunciamientos del ideólogo. En su comunicado, el Mindefensa peruano ha dejado en claro que “…rechaza la más mínima insinuación que busque transgredir el rol constitucional de las Fuerzas Armadas, las cuales, sin ser deliberantes, están subordinadas al poder constitucional (…)”. Dicha cartera aclaró que intentar poseer el control sobre las FF. AA. va en contra de la carta magna, ya que es “irresponsable, fuera de lugar y atenta contra la institucionalidad de las mismas”. “Cada uno de los integrantes de las Fuerzas Armadas, (…) cumple a cabalidad la misión encomendada, con valor y sacrificio; por lo tanto, no se debe permitir que nadie intente mancillar su honor ni trate de confundir a la población sobre el rol que cumplen las Instituciones Armadas”, finaliza el pronunciamiento. Qué falta que nos ha hecho un comunicado similar en el reciente incidente del general Zapateiro. De ahí surgen las especulaciones de un nuevo “ruido de sables” entre los militares colombianos, que alimenta la carátula de una popular revista. Con todo, y a pesar de la evidencia de miseria de los ciudadanos venezolanos pedigüeños en las calles de Colombia, la oposición generalizada a las propuestas del populista Petro será arrolladora en la primera vuelta.
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