Rusia anunció que cortará el envío de gas a dos países de la Unión Europea y las acusaciones de «chantaje» y «militarización» de la energía no se han hecho esperar.
Atrapados en esta nueva escalada de tensiones desde que Vladimir Putin ordenó la invasión de Ucrania hace dos meses quedarán millones de hogares en Polonia y Bulgaria, cuyo suministro de gas peligra tras la decisión de Moscú.
Rusia pierde así dos importantes clientes para su gas y los ingresos que le generan esos contratos, pero lanza un contundente mensaje al mundo: se defenderá con todas las armas que tiene en su mano contra las sanciones impuestas por Occidente.
Las exportaciones de hidrocarburos son la herramienta más poderosa de Rusia en este sentido.
«El anuncio de Gazprom de que suspenderá unilateralmente la entrega de gas a los clientes en Europa es otro intento de Rusia de utilizar el gas como instrumento de chantaje», dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un comunicado.
1.- ¿Por qué esos países?
La negativa de ambas naciones a pagar a la empresa estatal rusa Gazprom en rublos en lugar de dólares o euros las ha puesto en el punto de mira del Kremlin, que cerrará el grifo de los gasoductos que transportan su combustible.
Rusia cambió el método de pago para sus clientes a raíz de las sanciones económicas impuestas por Europa.
Desde el 1 de abril, las empresas europeas están obligadas a abrir una cuenta en moneda local en Gazprombank.
Los pagos en rublos beneficiarían a la economía rusa y apuntalarían su moneda.
Los expertos creen que con esta medida, Moscú trata de frenar la depreciación de la divisa rusa, que ha perdido en torno al 40% de su valor frente al dólar desde el comienzo del año.
«¿Por qué Rusia quiere que le paguen rublos, cuando puede imprimir todos los rublos que quiera?», se pregunta Paul Donovan, economista jefe del banco suizo UBS Global Wealth Management.
«Eludir las sanciones financieras es más fácil con el rublo, lo que convierte al rublo en el Bitcoin del mundo de las divisas (aunque obviamente el rublo es menos volátil y tiene un valor fundamental)», responde.
Pero los estados miembros de la UE alegan que este cambio supone un «incumplimiento grave de contrato».
El martes Polonia, que durante la guerra ha acogido a miles de ucranianos que huyen de la guerra, anunció sanciones contra importantes empresas rusas y contra 50 oligarcas que verán congelados sus activos en el país.
Según informa Bloomberg, algunas empresas europeas ya pagaron bajo el sistema que reclama Rusia, aunque no trascendió el nombre de las compañías.
Nathan Piper, jefe de investigación de petróleo y gas de Investec, le dijo a la BBC que la interrupción de los suministros a Polonia y Bulgaria fue el «comienzo de que Rusia ejerza presión económica sobre Europa» y una medida que podría «escalar» con otras naciones de la UE.
2. ¿Es viable el plan europeo para reducir la dependencia del gas ruso?
Rusia suministra actualmente a Europa entre 35% y 40% de sus necesidades de gas.
Mucho antes de que invadiera a la vecina Ucrania, varios países europeos comenzaron a plantearse cómo reducir su dependencia energética de Moscú.
El primer país en lograr la independencia total fue Lituania.
Y eso que en 2015, casi 100% del suministro de gas procedía de las importaciones rusas.
Pero la situación cambió drásticamente en los últimos años después de que el país construyera una terminal de importación de gas natural licuado (GNL) en alta mar en la ciudad portuaria de Klaipeda.
Ahora, la búsqueda de alternativas viables al gas ruso se ha convertido en algo prioritario para Europa, que ha lanzado el plan conjunto «REPowerEU».
El objetivo es reducir las importaciones europeas de gas ruso en dos tercios durante el próximo año.
«La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de que Europa diversifique sus fuentes de gas, así como el objetivo a largo plazo de la transición a fuentes de energía limpias», explican Mark Lacey, Alexander Monk y Felix Odey, analistas globales de Schroders.
«El plan europeo REPowerEU es extraordinariamente ambicioso», añaden.
A finales de marzo, la UE firmó un importante acuerdo con Estados Unidos sobre el gas natural licuado (GNL) por el que suministrará a Europa, de aquí a finales de año, un volumen de gas natural equivalente a aproximadamente 10% del que recibe actualmente de Rusia.
«El problema es que Estados Unidos no puede un ofrecer un suministro tan amplio, y Europa está compitiendo con otros países por los cargamentos de GNL importados», dicen los expertos de Schroders respecto al aumento de las necesidades por parte de India y China.
«Otro obstáculo es que el GNL, como su nombre indica, es líquido y para poder utilizarlo hay que volver a convertirlo en gas. Se trata de un proceso llamado regasificación, y Europa tiene muy poca capacidad de regasificación de GNL».
Para John Kemp, analista senior de mercados de Reuters, «cortar el suministro de gas podría sacudir los mercados energéticos y aumentar aún más los precios del gas y las facturas de los hogares y las empresas, cuando el costo de vida ya está por las nubes».
3. ¿Qué consecuencias a nivel mundial tendrá la decisión de Rusia?
«Detener el suministro de gas tiene un impacto menor en Europa durante su primavera, y Polonia dijo que tiene reservas suficientes. No obstante, los mercados probablemente verán esto como el comienzo de una militarización general de la energía», explicó Donovan en un comentario de mercado.
Sin embargo, si el suministro de gas ruso terminara,Europa podría recurrir a los exportadores de gas existentes, como Qatar, Argelia o Nigeria.
También se prevé que en octubre próximo se ponga en marcha un nuevo gasoducto procedente de Noruega.
En cualquier caso, los precios del gas en Europa tras el anuncio de Moscú se han disparado cerca de 20%.
Los precios más altos de la energía derivados de la guerra entre Rusia y Ucrania significan que la probabilidad de una desaceleración o recesión significativa es mayor, sobre todo en Europa.
«En los países de bajos ingresos de Asia, África y América Latina los costos más altos de alimentos y combustibles afectarán aún más el gasto en bienes duraderos» más son costosos, como son automóviles, muebles, refrigeradores, estufas, televisores o computadoras, cree Kemp, analista senior de mercado.
«Con los consumidores bajo presión en todas las principales economías, la probabilidad de una recesión o al menos una desaceleración significativa en una o más regiones es muy alta y ha comenzado a afectar los precios de los productos básicos industriales y la energía», añadió.
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