Los venezolanos abarrotaron este jueves los mercados y las gasolineras ante la inminente aplicación de la reconversión monetaria -que se inicia el lunes- y el próximo aumento de la gasolina, medidas que tienen a los ciudadanos en zozobra pues preven que traerán más caos al país.
La angustia aumenta este jueves en la población pues representa la última jornada en la que los bancos abrirán sus puertas antes de la reconversión que le quitará cinco ceros al bolívar y tomando en cuenta que el lunes fue decretado no laborable por el gobierno.
El educador Luis Fandiño, de 62 años, fue a una entidad bancaria «para intentar» obtener los 100.000 bolívares que entregan por taquilla.
Fandiño dijo a Efe que las personas «hacen lo posible por adaptarse a estos cambios aunque no los entienden y eso es lo que genera este nerviosismo en la gente que sale a hacer colas».
El dinero en efectivo es otro de los muchos bienes que escasean en Venezuela lo que según el gobierno de Nicolás Maduro, será solucionado a partir del lunes con el nuevo cono.
Los supermercados amanecieron abarrotados de consumidores que además deben hacer grandes colas para pagar pues las transacciones con tarjetas de débito o crédito solo soportan un límite que ya fue sobrepasado por la hiperinflación, por lo que los usuarios deben apelar por varios plásticos, si es que cuentan con más de uno.
Yanet Guerrero, una contadora de 60 años, piensa que «esto es psicológico (…) la gente cree que a menos ceros tendrá también menos dinero».
Para Guerrero la ciudadanía no confía en lo que se ha explicado hasta ahora de las medidas pues cada vocero que intenta aclararlas «solo genera más confusión».
María Del Valle, una ama de casa, decidió cambiar su día habitual de compras «para no coincidir con el caos» que cree puede suceder el fin de semana, cuando se estará adecuando el sistema bancario.
La caraqueña de 47 años, cree que «la situación de incertidumbre diaria» se suma a lo que llamó «el seguro colapso de las compras con tarjetas».
En las gasolineras de Caracas también se observan colas largas aunque no será el lunes cuando se empiece a aplicar el aumento del combustible que, según el gobierno, deberá ser pagado a precios internacionales por todo aquel que no haya obtenido el llamado carnet de la patria para registrarse en el censo automotor.
El taxista José Maya dijo a Efe que la situación que se repite en diversos sectores de la capital responde a que «la gente no sabe cuánto va a pagar o si pagará con un carnet» lo que consideró un sinsentido.
«No va a resultar, esto va a ser un caos total» enfatizó.
Sobre el censo automotor, que el gobierno ha dicho será la vía para acceder a gasolina a precios subsidiados, comentó que solo ha escuchado que ese subsidio «será reintegrado después» de comprar la gasolina.
Carlos Volpe, un economista de 55 años que esperaba surtir su automóvil, dijo que tampoco cree que las medidas tengan sentido y por el contrario piensa que surgirá un mercado negro de gasolina.
Señaló que subir el precio de la gasolina en una época en la que el poder adquisitivo se ha perdido «no dejará otra alternativa que las personas dejen los vehículos en sus casas».
El aumento de la gasolina, hasta ahora la más barata del mundo, tiene en ascuas a los ciudadanos pues aún no se sabe en cuánto se pagará por el líquido y de ahí que muchos se precipiten a las bombas de combustible para recargar el tanque mientras lo puedan hacer.
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