A través de esta prestigiosa vitrina informativa y formativa, se ha expuesto incluso a nivel de tesis, la necropolítica de Estado que se ha implementado en contra de los pilares esenciales de la sociedad venezolana, especialmente en lo concerniente al metasistema educativo. No menos ciertas las formulaciones acerca del salario hambreador, de exterminio y genocidio selectivo conducentes a un cierre definitivo de las universidades: afincadas éstas en la triada sinérgica de calidad y excelencia de la “academia, la gestión académica y las políticas académicas universitarias”. Además de irrefutable veracidad, es que la educación pública universitaria gratuita es insostenible en el tiempo, por mucho empeño populista y demagógico que sigan pregonando falsa y mediáticamente algunos personeros del gobierno.
En nuestro caso se ratifica la propuesta universitaria presentada desde enero del año 2021 denominada UNET 6R (rescate, reactivación, reforma, renovación, reimpulso y reingeniería de su razón de ser, que es el quehacer educativo), la cual obliga a sincerar la situación actual como resultado de un proceso histórico, e involucra por tanto un proceso de transformación integral donde converjan todos los actores universitarios, incluido el gobierno nacional, y a cualquier otro agente sectorial o del sistema societal interconectado con la universidad.
Es decir, que desde el mismo seno de la “máxima autoridad” de la universidad que es el Consejo Universitario (y no un gremio, sindicato o sector estudiantil), es deber acometerse de inmediato a la tarea de conformar un proyecto institucional donde se integren y extrapolen los respectivos cambios transformacionales que confieran una nueva dimensión a los diferentes aspectos que integran la Gestión Institucional Universitaria: Gestión Académica y Gestión Administrativa. Dejando al margen en todo caso cualquier acción anárquica o de barbarie que esté basada en el principio de Maquiavelo del “fin justifica los medios”, porque en definitiva el “remedio sería peor que la enfermedad”, y en todo caso se afectarían de forma irreversible las bases fundacionales de la institución, su comunidad y la sociedad en general.
En concreto, esta dinámica proactiva y emprendedora consiste en iniciar sin más retardos, un proceso necesario y obligatorio de conducir progresivamente a la universidad a una estructura de funcionamiento y financiamiento en base a la estrategia de competitividad y desarrollo, junto con los criterios de eficiencia y eficacia que propugna el espíritu empresarial, cumpliendo para tal fin en estas circunstancias, con la irrenunciable obligación por parte del rector de la universidad, de agotar todos los esfuerzos en gestionar tal proyecto de transformación o 6R ante las instancias competentes en materia de educación universitaria, tal el caso del Consejo Nacional de Universidades.
Tales resultados se esparcirían favorablemente sobre toda la comunidad universitaria y la sociedad entera. Por ejemplo, lograr un ajuste significativo de las providencias estudiantiles y un subsidio directo al estudiante, de forma tal que le permita sufragar satisfactoriamente el “incentivo voluntario” de carácter obligatorio. Pero para ello se requiere presencia física en las distintas instancias gubernamentales e interacción con los funcionarios encargados.
Sin embargo, aunque sin duda se enmarca netamente dentro de un escenario altruista, muy diferente otro el mecanismo que se pretende implementar, donde el propósito único y exclusivo consiste en conjugar en función de un precio, la oferta y la demanda de unidades curriculares (asignaturas o materias por ejemplo) por parte de todos aquellos profesores y estudiantes involucrados en tal “mercado”; porque esa es la denominación económica que asume tal correspondencia. Digresión: ¿Quién ejerce la autoridad o la ambivalencia del poder en esta estructura económica de “mercado”?
Bajo estas condiciones la “academia, la gestión académica y las políticas académicas universitarias” pasarían definitivamente a un segundo plano, al igual que todo lo que guarde relación con la vida universitaria, como por ejemplo el personal administrativo, obrero, personal jubilado y por supuesto todos aquellos estudiantes que no se les ha hecho posible encontrar el dinero que pueda cubrir el “incentivo voluntario” de carácter obligatorio. Todos ellos quedarían por fuera de dicho mercado, lo que tendería a agravar exponencialmente la situación de calamidad reinante. Es decir, “pan en la actualidad para algunos, pero más hambre para todos en el día de mañana”. Tener presente, que por una parte no solo son los profesores activos los que están en calamidad, sino toda la familia universitaria y la nación en totalidad. Igualmente, nunca olvidar que las “personas pasan y las instituciones perduran”.
Contexto:
A) “Que ha provenido de los estudiantes unetenses su iniciativa para realizar un aporte económico destinado a la prosecución académica en virtud de su derecho a la educación, entendiendo el contexto nacional de las universidades, y muy particularmente el de la UNET, y que, en consecuencia, han manifestado su voluntad de estar dispuestos a concretarlo, de acuerdo con lo que expresan en su documento fechado 8 de mayo de 2021: “ ante la aparición de nuevas necesidades no cubiertas en la mayoría de los casos por el gobierno nacional,” siendo necesario “nuevas políticas educativas”, razones todas que justifican dicho aporte o contribución y su aceptación por parte de la Universidad.
PRIMERO. Aprobar el aporte económico estudiantil consistente en el monto de cuatro (4) dólares, o su equivalente en bolívares de acuerdo con la tasa del BCV, como valor por unidad crédito de acuerdo con cada asignatura a cursar y de ocho (8) dólares, o su equivalente en bolívares de acuerdo con la tasa del BCV, por concepto de las unidades créditos correspondientes al Trabajo de Aplicación Profesional (TAP) en cualquiera de sus dos modalidades, para apoyar la gestión tecnológica educativa en los lapsos académicos virtuales 2021-1, 2021-2 y 2021-3.
SEGUNDO. Aprobar los siguientes lineamientos para su desarrollo…” (Resolución CU 011/2021 24/05/2021)
B) “Entonces la recomendación que hace la comisión según lo que leyó la consultora, son la opción de varias sanciones, unas u otras… La opción uno: la remoción de todos los miembros del Consejo Universitario de la UNET. La opción dos: la remoción del rector, vicerrectores y secretario de la UNET. La tercera opción, es el llamado de atención público por la falta, con la advertencia de la remoción en el caso de reincidencia. Así como la advertencia de la remoción de las autoridades que decida replicar dicha inconstitucionalidad.
Cualquiera de las tres va acompañada de otras medidas…En todos los escenarios se recomienda ordenar la remisión del expediente a la Contraloría General de la Republica, así como emitir la orden de generar saldos a favor de cada estudiante según los montos cobrados ilegalmente de los que posteriormente podrán ser deducidos los cobros que se podrán generar por otros conceptos.
Todo se hizo en base a la información que proporcionó el propio rector Casanova. Si había conocimiento y si hubo la oportunidad de decir lo que quiso decir, por escrito, y el informe se hace con base a la información dada por él mismo” (Deliberaciones CNU-Venezuela, febrero de 2022. Caso UNET: aporte económico por parte de los estudiantes)
C) “Informo a toda la comunidad universitaria, que la UNET no está realizando, ni promoviendo de ninguna manera, ni incitando, ni respaldando, ni recibiendo, mucho menos exigiendo la recolección de aportes económicos estudiantiles, para ningún fin; ni para inscripción, ni prosecución del semestre, ni para pagos a profesores, ni para servicio universitario o estudiantil alguno, toda vez que la educación impartida en instituciones del estado es gratuita hasta el pregrado universitario, por disposición expresa de los artículos 102 y 103 constitucionales, siendo obligación del estado venezolano sostener este tipo de instituciones, los salarios y protección social de sus trabajadores, infraestructura, así como también los servicios estudiantiles suficientemente dotados para asegurar el acceso, permanencia y culminación en el sistema educativo, tal como lo dispone el mismo precepto constitucional.
«En tal sentido, se deja claro que cualquier convocatoria, figura o actividad que incentive la recolección de aportes económicos en apoyo a la UNET, es ajena a esta Universidad, en este mismo orden de ideas y en virtud de lo expuesto, se insta a la comunidad universitaria de la UNET a no dar (por ninguna vía) ni recibir ningún tipo de aporte o incentivo proveniente de actividades no autorizadas por la UNET, so pena de incurrir en faltas disciplinarias, e incluso llegar a configurar causales de responsabilidad civil, penal y administrativa” (Circular Nro. 20. Rector UNET. 20-04-2022)
Atmosfera espiritual:
El vacío de autoridad y la carencia de fe, o la ambivalencia de ellas hacen prevalecer la oscuridad. Ante el miedo, duda e incertidumbre es fundamental mantener el referente de fe y presencia de autoridad que ilumine el camino, que oriente la mejor solución para todos (Juan 21, 1-14).
Asumir con humildad la responsabilidad por las incorrectas acciones que se asemejan al proceder del maligno, sin victimizarse, ni seguir justificándose en los demás, es un acto de arrepentimiento y conversión, porque todos tendremos que rendir cuentas ante la justicia divina… (Hecho 3,11-26). Además: “Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá, al mucho se le confió, más se le exigirá (Lucas 12, 39-48).
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2022. Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)
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