El erotismo se mantiene en constante evolución con nuevas tendencias o maneras de generar excitación entre las personas. Hace algún tiempo nació el tickling, una nueva tendencia sexual que ha tenido bastante acogida gracias a sus buenos resultados a la hora de tener relaciones.
El objetivo se enfoca en estimular las zonas erógenas -aquellas que provocan sensaciones de placer-, lo que hace que aumente la sensibilidad y se eleven las posibilidades de tener un orgasmo.
No obstante, el aumento en el estímulo sexual tiene una respuesta científica y es que la sensación de risa que producen las cosquillas libera endorfinas, las cuales son sustancias que produce el cuerpo y que generan felicidad. Con esto, desde el cerebro se envía un mensaje de placer al resto del cuerpo, lo que hace que el orgasmo sea más viable.
Así puede empezar en el tickling
Lo positivo de este tipo de tendencias es que realmente nada está escrito, por lo que en pareja pueden empezar a experimentar con varias zonas del cuerpo. Incluso aquellas que no están tan relacionadas con el ámbito erótico.
Otra particularidad es que puede utilizar objetos como plumas o plumeros para generar la estimulación sexual y hacer de ese momento algo más especial.
Sin embargo, es necesario que el ambiente esté siempre lleno de sensualidad para que el juego se enfoque en producir placer al otro y no en restarlo. Las cosquillas pueden hacer que descubran entre sí puntos débiles para explotar en medio de las relaciones sexuales.
Una vez identificados estos puntos, las parejas pueden incluso añadir tácticas como atarse, taparse los ojos o incluso utilizar otro tipo de juguetes eróticos para dinamizar las relaciones.
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