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La inteligencia contra Putin

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EFE

A Putin le está saliendo el tiro por la culata, creía que se iba a dar un paseo militar por Ucrania, se suponía vencedor, cantó victoria antes de tiempo, no midió sus fuerzas, sobrestimó sus posibilidades y está a punto, sin reconocerlo, de salir con el rabo entre las piernas. Es la primera vez que alguien nos cuenta lo que va a ocurrir de manera bastante aproximada a la realidad sin ni siquiera ser uno de los principales protagonistas, me refiero a los americanos. Algo de protagonismo sí que tienen, pero no son ni los invasores ni los invadidos.

Es una guerra-invasión en el que la inteligencia tiene un papel muy importante, totalmente decisivo. Hablamos de inteligencia en amplio sentido y de forma poliédrica. Es la del espionaje en la que Estados Unidos sabe todo lo que ocurre en los órganos de poder ruso e incluso dentro de la presidencia de Rusia, mejor que el propio Putin. Según pasan los días, se está desvelando que todo lo relacionado con Rusia, como su poder militar y su potencial bélico, es una total mentira por tres grandes cuestiones; primero, porque ni ellos mismos saben la realidad; segundo, mienten cuanto dicen y, tercero, sus necesarios informantes tienen miedo a contar lo que saben, una mezcla de falta de medios, incapacidad de análisis, pánico al jefe y al sistema represor. Volvemos a lo de siempre, ellos dicen que son una potencia en todo, incluyendo sus Fuerzas Armadas, y no se sabe muy bien, pero mucha gente les cree y ayudan a sobrevalorar su propia fuerza.

Están jugando de farol y en la época de la tecnología, el Big Data, los algoritmos, los blockchain y el metaverso, casi todo se puede saber y en gran parte predecir. Estados Unidos y la Unión Europea, actores invitados a la invasión basan todos sus movimientos y actuación en función de la inteligencia poliédrica de la que los ingleses también colaboran. Según cuenta el corresponsal de ABC en Nueva York, Putin ha recibido información engañosa e incompleta siendo optimistas o parciales sobre el accionar de su Ejército en Ucrania. Su estrategia era controlar las principales ciudades incluida Kiev, derrocar a Zelenski e imponer un gobernante títere y quedarse con el Donbás. Según información obtenida de forma anónima Putin tampoco sabe que su Ejército utiliza en el frente soldados recién reclutados.

Muchos analistas y periodistas de distintos países resaltan en el día 36 de la invasión que Putin en ningún caso aceptaría una derrota, hace poco se pensaba en una rápida y contundente victoria, más tarde tuvo que asimilar una lenta victoria, pasó a una seudovictoria, y ya piensa en casi un empate, pero tendrá que prepararse para la derrota porque eso viene, salvo como ya he repetido varias veces, a última hora Unión Europea y Estados Unidos quieran lanzarle un salvavidas. Sería un tremendo error. El mundo tiene muchos problemas y ellos son una parte importante. Es como si a un violador le dejas impune de sus últimas violaciones, sin duda volverá a hacerlo. A Chávez se le dejó en libertad después de su golpe de Estado, más tarde se le liberó de nuevo cuando le tenían preso. Como resultado, Venezuela lleva casi un cuarto de siglo en la opresión, la tortura, el crimen de lesa humanidad, el hambre, la pobreza y una dictadura implacable.

No debemos dejar escapar la oportunidad de defender a Ucrania y de vencer al opresor Putin, puede y debe caer. Hablamos de la inteligencia, he tenido contacto con las llamadas organizaciones de inteligencia de distintos países como la CIA, el CNI español y otros, pero debo decir que tampoco me parecieron tan inteligentes y sobre todo muy burócratas y muy desorganizados. De todas maneras, ahora si veo que ante la invasión de Ucrania no están tan mal, sobre todo los americanos y los ingleses. La inteligencia ya no es solo de espías, es sobre todo tecnología, dominio del Big Data y la buena utilización de los algoritmos, en eso Estados Unidos, no sé si Europa, supongo que lo dominan. De todas maneras, tengo la impresión de que el control por parte de los países democráticos es mayor de lo que parecía, así lo entendí, ahora parece más claro todavía, no dudo de eso, pero sí de las marañas de interés de cada país y sobre todo de sus gobernantes. Si tengo que apostar por algo lo haría por la victoria de Ucrania en todos los terrenos y la derrota sin paliativos de Rusia. Si finalmente no es así, será porque más de uno, supuestamente democrático, nos ha engañado al mundo y sobre todo a Ucrania. Personalmente, me siento engañado con lo que ha pasado en las últimas supuestas negociaciones entre Estados Unidos y Venezuela, donde los norteamericanos estaban dispuestos a darle vida a la dictadura de Maduro a cambio de una exigua cantidad de petróleo, una vergüenza sin paliativos. Laura Richardson, jefa del Comando Sur, confirmó que Nicolás Maduro y su gobierno “participan activamente en actividades del narcotráfico y alberga dentro de sus fronteras a grupos terroristas regionales como el Ejército de Liberación Nacional ELN y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC”.

No se puede defender a 44 millones de ucranianos y, al mismo tiempo, entregarse a la represión, la tortura, el hambre y la diáspora a 30 millones de venezolanos. Realmente en el mundo no hay más diferencia ideológica que la existente entre los libérrimos defensores de la libertad y los liberticidas, represores, déspotas y, en general, criminales de lesa humanidad, dentro de estos últimos no hay ni izquierdas ni derechas, solo son perversos destructores del hombre, la mujer y el mundo en general.

Dentro de los libérrimos, toda diferencia ideológica es posible dentro de la pirámide de la libertad, cuyo valor máximo es la libertad y dentro de ella la democracia, los derechos humanos, la igualdad, la economía de mercado, la honestidad y la fraternidad, por eso en mi reciente novela El ensayista el protagonista reclama que se celebre el Día Internacional de la Libertad; es curioso, cómo hay día para todo pero no lo hay para el máximo valor filosófico-político de la humanidad que es la libertad, propongo que elijamos un día de la libertad, podría ser el primer domingo de marzo para que tanto el hemisferio norte y sur podamos salir a la calle sin inclemencias de tiempo y siempre festivo para que todos podamos salir a celebrar.

http://carlosmalodemolina.com/

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