Estados Unidos estaría considerando aliviar algunas de las sanciones a Venezuela para permitir que Chevron Corp. hable directamente con el gobierno de Nicolás Maduro, lo que le ayudaría negociar un mayor control sobre sus empresas conjuntas con la petrolera estatal Pdvsa.
Cualquier movimiento que permita el contacto directo probablemente se produzca solo a cambio de avances en las conversaciones políticas entre el gobierno de Maduro y la oposición, dijeron a Bloomberg fuentes familiarizadas con el tema que pidieron no ser identificadas.
La administración de Joe Biden estaría planteándose esta idea para incentivar a la reactivación de las conversaciones y sacar a Venezuela de la órbita de Rusia, sin embargo, es un plan que podría verse frustrado si los republicanos obtienen el Control del Congreso en otoño.
Las fuentes señalaron que Chevron busca un contacto directo con la vicepresidenta Delcy Rodríguez, bajo sanciones desde 2018, y el ministro de Petróleo, Tareck el Aissami, quien fue sancionado en 2017.
El progreso en las conversaciones políticas también podría conducir a medidas que permitan pagar a Chevron y otros tenedores de la deuda venezolana en mora, algo que actualmente está bloqueado por las sanciones estadounidenses.
Ray Fohr, portavoz de Chevron, dijo al medio que no hablaría sobre «sobre rumores o especulaciones».
“Seguimos realizando nuestro negocio de conformidad con el marco de sanciones actual proporcionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos. Somos una presencia constructiva en Venezuela, donde tenemos inversiones y una gran fuerza laboral que depende de nuestra presencia”, manifestó.
Controversia en la Casa Blanca
Si bien un alivio de las sanciones a Venezuela podría ser positivo para que Estados Unidos cumpla una serie de propósitos, conllevaría a grandes riesgos políticos para Biden.
Tras la visita de diplomáticos estadounidenses a la ciudad de Caracas para conversar con el gobierno de Maduro sobre la liberación de presos políticos, estalló una tormenta política para la administración de Biden. Especialmente después de que se dijo que en la reunión se habló sobre una posible reducción de las sanciones al sector petrolero de Venezuela como parte de una estrategia para estabilizar los mercados tras la invasión de Rusia a Ucrania.
Todo el tiempo, los funcionarios estadounidenses argumentaron que la narrativa era incorrecta y dijeron que la administración, que continúa reconociendo al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, no estaba lista para aliviar las sanciones sin un progreso sustancial en las negociaciones políticas. Y dijeron que el viaje diplomático había sido planeado mucho antes de la invasión de Rusia a Ucrania.
Varias personas familiarizadas con el asunto dijeron que las discusiones en Estados Unidos se habían detenido en gran medida después de que estalló la controversia sobre la posible relajación de las sanciones energéticas.
Pero Chevron y otras compañías petroleras han estado presionando durante meses para que Estados Unidos afloje sus restricciones.
Dos personas familiarizadas con el asunto dijeron a Bloomberg que Chevron se acercó a las oficinas del Congreso con la idea de un programa de petróleo por alimentos, mediante el cual Venezuela pagaría los bienes humanitarios con petróleo, una idea que la administración está dispuesta a considerar.
Estados Unidos revisará las sanciones “si y solo si las partes venezolanas lograron un progreso significativo en las negociaciones lideradas por Venezuela en México para lograr cumplir esas aspiraciones del pueblo venezolano de una democracia verdadera y genuina”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, el 11 de marzo.
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