Negociaciones sin credibilidad
Demasiados procesos de negociaciones infructuosos hemos tenido en el país, desde buques petroleros hasta minas de oro se han escandalizado como tributos a los intermediarios, incontables figuras latinoamericanas, hasta Josep Borrell y José Luis Zapatero han sido salpicados por la corrupción venezolana y sus maniobras por conservar el poder en Venezuela a toda costa.
La invasión de Rusia a Ucrania ratifica que una guerra es un escenario donde todos perdemos, por ello la mayoría del pueblo venezolano siempre ha creído en la búsqueda de acuerdos y salidas pacificas, sin más traumas a la población, el único responsable del deterioro del país, de su quiebra y del fracaso de todas las negociaciones para imponer un clima hostil de horrores, de torturas y persecuciones es Nicolás Maduro, el único objetivo ha sido conservar el poder a través de una larga cadena de violaciones sistemáticas de los derechos humanos de toda la población, no en balde la Corte Penal Internacional, avanza en un proceso minucioso de determinación de responsabilidades en crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo, le corresponde al lobby financiero energético norteamericano interceder ante el Departamento de Estado y la administración de Joe Biden para que levanten las sanciones a Pdvsa y puedan Chevron, sus filiales y las petroleras de la India, que poseen un largo récord de entendimiento con el chavismo/madurismo, llegar un acuerdo que permita de alguna forma incidir en el alza de precios del combustible que golpea la economía de Estados Unidos, como un efecto de la guerra de Rusia y Ucrania, entendiendo la urgencia energética se le abre un abanico de opciones a Nicolás Maduro y a toda su peligrosa esfera, ahora le corresponde a la administración Biden establecer hasta donde negocian sin ser vistos como colaboradores de una peligrosa fuerza antidemocrática, que son socios de Irán, de Rusia, Cuba y Nicaragua.
Separar el entendimiento energético y económico del enrarecido ambiente político, fue posible con Hugo Chávez, con Nicolás Maduro se cerraron todos los mecanismos democráticos para instalar un sistema totalitario, anulando los derechos de la población, la inclinación a la ilegalidad y el favorecimiento de sectores calificados de terroristas, ha sido una característica difícil de soslayar, con este preámbulo los venezolanos seguimos creyendo en la necesidad de las negociaciones, pero deben tener un eje transversal de soluciones inmediatas a la crisis política, económica y social que sufre el pueblo venezolano, y de ninguna manera un enfoque donde se beneficien los intereses financieros internacionales, de otra forma el país estará en palabras del libertador Simón Bolívar arando en el mar.
Jorge Rodríguez condiciona las negociaciones.
El Departamento de Estado dice que de ninguna forma negocia la política por intercambio petrolero, al mismo tiempo Chevron Texaco manifiesta que al levantar las licencias económicas están listos para llevar la producción de petróleo en este año a 1.300.000 barriles diarios, y el año que viene a 2 millones, y así paulatinamente, una ola de cambios se adelantan en las posiciones de la tiranía, toda vez que retornan bienes expropiados y se declaran decididos a privatizar en todas la áreas, ofreciendo el país a los grandes capitales mundiales, renunciando así al socialismo del siglo XXI, y abrazándose al capitalismo salvaje.
Ahora esto ¿es suficiente para que Estados Unidos reconozca a Nicolás Maduro? Pensamos todos que no y al menos es lo que dicen los voceros de la Casa Blanca; sin embargo, su posición hace mucho daño a la política interna en Venezuela, Jorge Rodríguez, en el esplendor de sus desequilibrios psiquiátricos, reaparece en la escena no solo para intentar enlodar a Juan Guaidó con el narcotráfico colombiano, sino que condiciona las negociaciones y los intervinientes por parte del factor opositor, pretendiendo elegir con quienes negocian, toda vez que se han comportado como una centrifuga de corrupción, donde han impregnado de dinero a varios líderes de partidos opositores.
Será determinante en los próximos días valorar la posición de Estados Unidos con respecto a Juan Guaidó en su condición de presidente interino, en torno a la designación de la comisión que deberá participar en las negociaciones, considerando que en todo momento han manifestado reconocimiento a su papel.
Aislarlo en este momento, por el interés energético de las transnacionales y los efectos de la guerra en Estados Unidos será costoso para el pueblo venezolano que hoy se identifica con su lucha y liderazgo.
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