La Tierra busca su acomodo, aunque no siempre lo hace como se espera, dijo Juan Cigala, director del Departamento de Sismología de Central de Emergencias Iquique, en México, y agregó que lo ocurrido en las cercanías de Yaguaraparo, estado Sucre, puede considerarse un evento excepcional.
El martes pasado, la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas reportó un sismo de 6,9 de magnitud, cuyo epicentro se ubicó a 5 kilómetros al sureste de Yaguaraparo. El evento, que fue de magnitud 7,3, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, se sintió en buena parte del país, en las Antillas Menores, Trinidad y Tobago, Brasil y Colombia.
En la mañana de ayer Funvisis informó que hubo otras dos réplicas: a las 9:27 am y a las 9:48 am, con intensidad de 5,7 y 4,1, localizados a 9 y 10 kilómetros de Yaguaraparo respectivamente.
Cigala expresó extrañado que movimientos telúricos de esta intensidad deberían estar acompañados de un número entre 12 y 24 sismos posteriores, algunos de magnitud 4 o 5, lo que no ha ocurrido. “Experimento el mismo sentimiento que tenía después del terremoto de Chiapas, en México, el 7 de septiembre de 2017, pues nunca hubo una réplica muy fuerte”.
Refirió que otro de los elementos que lo diferencia es el tiempo: “Generalmente los sismos de magnitud 7 tienen una duración cercana a 3 minutos. El sismo de Venezuela duró aproximadamente 2 minutos con 20 segundos. Hay dos jalones fuertes que registra el sismógrafo. El sismo del 19 de septiembre de 2017 en Puebla, México, duró 1 minuto y 30 segundos. Los dos rompen las reglas. Estamos ante movimientos telúricos recientes en los que la Tierra se comportó de forma distinta”.
El experto añadió que el lugar en el que ocurrió el sismo es muy cercano a donde interactúan las placas en la superficie: “La dirección hacia donde fue liberada la energía no es usual, no es hacia donde debería ser. Las placas del Caribe se deben mover a la derecha, hacia el océano Atlántico, y la de Suramérica, a la izquierda, al oeste, al océano Pacífico. El sismo ocurrió cerca de donde inician su contacto las dos placas”.
Normalmente, cuando esto ocurre la energía se libera de forma perpendicular al plano que forman las dos placas. “Pero la energía se liberó hacia al noreste y el suroeste, lo que explica por qué tenemos daños en Trinidad y Tobago, que está a la derecha del epicentro, y en las Antillas Menores, donde se percibió el sismo. Eso lo hace extraño”.
Subrayó que esto también explica por qué se sintió en Bogotá y en Bucaramanga, Colombia. “Hay gente que lo sintió a 1.732 kilómetros de distancia, lo que no es normal. La Tierra no se comportó como debería haberlo hecho, según la teoría de las placas y que debe ser lo usual en la liberación de energía en este punto del planeta”.
El directivo advirtió que muy posiblemente se sigan presentando eventos telúricos en la zona, porque la placa del Caribe está siendo empujada hacia el Polo Norte y esta a su vez lo hace con la placa de Norteamérica. “Aumenta la probabilidad de que vuelva a temblar en Venezuela”, recalcó.
Peligros. Randy Rodríguez, director nacional de Protección Civil, informó que la Torre de David, en el centro de Caracas, no presenta riesgos de caída. La estructura, cuyos últimos cinco pisos se desplazaron a causa del sismo, fue inspeccionada por los Bomberos del Distrito Capital. Reiteró que no hubo muertos ni lesionados.
La gobernadora de Monagas, Yelitza Santaella, hizo un llamado a la calma. “Es una oportunidad para agradecerle a Dios porque no hubo daños ni pérdidas humanas qué lamentar”, dijo.
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