Henderson Luis Jiménez Mayora murió en la sala de emergencias del hospital Miguel Pérez Carreño, a consecuencia de varias puñaladas que le afectaron los órganos vitales, informaron médicos de ese centro asistencial a Estela Mayora, madre del hombre de 41 años de edad.
El hecho se registró el sábado en la noche en la avenida Sucre de Catia. Mayora no precisó la calle ni la hora exacta. Sobre los detalles relató que Jiménez Mayora estaba en situación de calle desde los 14 años de edad y optó por el consumo de drogas con personas adultas y en la misma condición.
“Me enteré que Henderson estaba en el hospital porque unos hombres de la zona donde vivimos, en Altavista, le dijeron a mi hijo menor que a su hermano lo habían herido de gravedad. Lo montaron en un carro y lo llevaron al hospital el sábado en la noche. Unos hombres lo apuñalaron en varias partes del cuerpo y principalmente en la cara, porque al momento de reconocerlo en la morgue le vi moretones y un hueco enorme en la mejilla derecha, que le destrozó hasta los dientes”, detalló.
Aunque fue advertida sobre los hechos, fue el lunes en la mañana cuando se dirigió al centro de salud donde corroboró con funcionarios de la morgue que en efecto el cadáver de su hijo mayor se encontraba desde el domingo en la madrugada. El informe forense indica: múltiples contusiones en la cabeza y orificios causados con un objeto punzopenetrante, tipo puñal. “Dicen que varios hombres llevaron a mi hijo y lo lanzaron en la emergencia. Una de las puñaladas le perforó el hígado. Hasta allí supe”, especificó.
Una vida riesgosa. Cuando Jiménez Mayora alcanzó la mayoría de edad le dictaron privativa de libertad y fue remitido a La Planta, luego a El Rodeo, a Yare y terminó en el centro penitenciario Puente Ayala, en Barcelona estado Anzoátegui, donde cumplió una condena de cinco años y salió en libertad el año pasado. “Ya ni recuerdo cuántos años estuvo preso. Gasté mi vida en esas visitas y siempre se lo dije: ‘Hijo, deja la mala vida, que vas a terminar muy mal’, pero eso no le importaba”, relató la madre entre llantos.
Agregó que estaba segura de que los asesinos son parte de ese grupo de indigentes con quienes se la pasaba Jiménez Mayora en la avenida Sucre. “Mi hijo no era un santo y aunque a veces iba a la casa a bañarse y comer, cada vez que salía por esa puerta yo le daba la bendición. Solo pido que se busque a los culpables; no importa si mi hijo era un indigente, también era un ser humano”, subrayó.
El cuerpo de Jiménez Mayora permanece en las cavas de la medicatura forense de Bello Monte desde el lunes en la tarde. Parientes solicitaron al organismo preservar el cadáver hasta reunir el dinero para el sepelio.
Servicios funerarios en Caracas
Para los actos fúnebres y el sepelio de un ser querido la familia debe contar con más de 4.000 BsS, cantidad que cubre el traslado del cuerpo desde la morgue a la funeraria, preparación del cadáver, capilla y cafetín. El ataúd cuesta 3.500 BsS, elaborado con madera de la más baja categoría. Las urnas de metal cuestan entre 6.000 BsS y 8.000 BsS más IVA. Los parientes que no puedan costear el ataúd pueden solicitar ayudas en las alcaldías y en el servicio forense en Bello Monte. A esas familias se les denomina “pobres de solemnidad”.
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