El proyecto Sincor (Petrocedeño) contemplaba y listaba 13 riesgos, así como sus respectivos mitigantes. El octavo riesgo era el Price Volatility Risk o riesgo de la volatilidad del precio.
El proyecto abarcaba lo siguiente: a) el desarrollo de campos petrolíferos de la faja; b) el transporte del crudo extrapesado desde el campo Zuata al Complejo Jose a través de un oleoducto propiedad y operado por, y compartido con, el proyecto Petrozuata (Petroanzoátegui); c) la construcción de un mejorador (upgrader) y d) la comercialización y venta de la producción del proyecto: el crudo «sintético» o crudo extrapesado mejorado a 30-32 grados API, el coque y el sulfuro.
Así, los ingresos recibidos por el crudo sintético eran una función de los precios de mercado. En consecuencia, la situación financiera del proyecto, en realidad de cualquier proyecto de venta de crudo, viene afectada por los precios de mercado que, como Venezuela misma vio en 2008 y 2014, están sujetos a fluctuaciones y pueden ser muy volátiles. Tales precios dependen de muchos factores que escapan al control del proyecto y del gobierno, por ejemplo, la oferta y demanda agregadas, los cambios en la economía mundial, el precio y la disponibilidad de combustibles alternativos, el impacto de esfuerzos de conservación de energía y eventos políticos y económicos internacionales.
En el caso del proyecto Sincor, y previo estudio del comportamiento del precio del crudo de referencia (el Louisiana Light Sweet o LLS), que anticipó sus probables precios mínimos, se establecía un «mitigante» del riesgo de precio: una cuenta de reserva de deuda senior por un monto equivalente a seis meses de pagos. Se le denomina mitigante porque además de no eliminar el riesgo, una cosa es el precio de referencia del LLS y otra muy distinta el precio del crudo sintético, un crudo sobre el que no se disponía de series históricas de precio.
Si todavía con el ejemplo anterior de Sincor el lector no visualiza, o acepta, el riesgo de la volatilidad del precio del crudo, veamos este otro ejemplo.
Utilizando los estados financieros consolidados de Pdvsa, específicamente su estado de resultados consolidado, materializamos la correlación de Pearson entre la serie de tiempo de sus ingresos por ventas de petróleo y el precio de la cesta venezolana de crudo por un lado y, por el otro, la serie de tiempo de sus aportes al desarrollo social y el precio de la cesta venezolana.
Encontramos que en el período comprendido entre 2003 y 2016, la correlación entre los ingresos y el precio fue de +0,96 y la correlación entre aportes al desarrollo social y precio fue de +0,78. El lector se dará cuenta de que, en ambos casos, la correlación es positiva y alta, lo cual quiere decir que tanto los ingresos como los aportes se movieron agarrados de la mano con el precio de la cesta. Cuando el precio subió, los ingresos y los aportes también subieron. Y cuando el precio del crudo bajó, como en 2008 y 2014, los ingresos y los aportes al desarrollo social también bajaron. Por ejemplo, los aportes al desarrollo social en 2008 fueron 14.733 millones de dólares y en 2009 descendieron a 3.514 millones de dólares. También en 2014, tales aportes alcanzaron 5.321 millones de dólares, para luego disminuir a 977 millones en 2016.
El tema del riesgo de la volatilidad del precio del crudo es importante porque el 30 de julio de 2018, Alberto Cárdenas, analista técnico certificado (Chartered Market Technician), publicó en el portal youtube.com un estudio sobre los precios del crudo WTI, en el que demuestra que dicho precio podría llegar, a corto plazo, primero a 19 dólares antes que a 100 dólares, entre la fecha actual y 2020. Dado que, por su calidad, la cesta venezolana está entre 5 y 7 dólares por debajo del WTI, lo anterior quiere decir que si el WTI alcanza 19 dólares, la cesta venezolana estaría entre 12 y 14 dólares por barril, antes de 2020.
Amigos lectores, a tal riesgo, al riesgo de la volatilidad del precio del crudo, está anclado no solo el petro, sino todo lo demás. Dicho con una imagen muy fácil de entender: el 17 de agosto de 2018, nuestra economía, toda, fue montada en una montaña rusa.
Lo peor del asunto es que por allí connotados personajes y «expertos» han afirmado que esto les parece acertado. Como si fuera poco, el anclaje al riesgo del precio tampoco fue mencionado en el documento de las academias nacionales, publicado el 21 de agosto pasado.
Para vuestra mejor ilustración les copio la dirección del trabajo de Alberto Cárdenas: https://www.youtube.com/watch?v=Z7SDOHE-Utc&feature=youtu.be
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