El bitcoin es un bastión dentro del ecosistema criptográfico y goza de suficientes méritos para ello. Su crecimiento, solidez y amplia adopción lo convirtieron en el criptoactivo más cotizado del mercado. Así que es imposible ignorar su avance y, por eso, no son pocos quienes intentan copiarlo. Sin embargo, no les ha ido bien y muchas de estas copias han sido incluidas dentro una categoría muy desprestigiada. Se trata de las «shitcoins» o «monedas de porquería».
El término pueda sonar despectivo, pero engloba a todos aquellas divisas virtuales que parecen no tener ninguna utilidad y cuyo peligro radica en que muchas veces detrás del interés por una de estas monedas digitales se esconde una estafa.
Estas seudo criptomonedas fueron creadas sin un propósito definido, son ofrecidas a precios especulativos y no tienen ninguna utilidad porque son una copia barata de otros proyectos.
«Es un término difuso que puede aplicar a un gran número de criptos que van de propuestas abiertamente falsas y que en el fondo son estafas, pasando por proyectos mal concebidos o criptoactivos sobrevaluados en un momento determinado como consecuencia de la especulación en el mercado», afirmó Roberto Sánchez Vilarino, socio de PwC Argentina, al portal Ipro Up.
Dentro de esta categoría están las meme coins -es el caso de Dogecoin y Shiba Inu-, pues nacieron como una broma y muchas no tienen un proyecto tecnológico sólido detrás. Surgen impulsadas por campañas en redes sociales y suelen ser una inversión arriesgada.
De hecho, Dogecoin o Doge es la shitcoin más famosa del mundo, y lleva desde 2013 contaminado el ecosistema criptográfico. La moneda fue creada ese año por dos expertos que había trabajado previamente en IBM y Adobe, Billy Markus y Jackson Palmer, respectivamente. Fue lanzada como si fuera una broma ante el incremento constante de bitcoin en ese entonces. “Una alternativa divertida y amigable”, dijeron.
Hasta los últimos meses del año pasado, su posición era una caricatura del sector que mantenían unas cuantas personas en una pequeña comunidad. Pero algo cambió desde 2020 y esto ha llevado a que algo sin importancia e inútil como el Dogecoin alcance notoriedad y se convierta en un problema para la industria. En esa lista de ingredientes nocivos aparecen nombres como Elon Musk, la pandemia, los influencers o las redes sociales, que buscan catapultarla.
Ahora bien, cuando se construye y se lanza un nuevo proyecto criptográfico se anexan ciertas particularidades o características que le proporcionan un grado de confiabilidad y seguridad. Sin embargo, en el momento en que estos proyectos prometen grandes y revolucionarios cambios, pero carecen de expectativas y objetivos claros, funcionalidades definidas o sus desarrolladores son un tanto misteriosos, existe 99,99% de probabilidades de que se trate de una shitcoin.
Para determinar si una criptomoneda es una shitcoin hay que fijarse en la utilidad, que depende de su propuesta de valor. Si no es lo suficientemente sólida ni encaja en el mercado, no va a tener futuro. Simplemente, no aporta nada.
Los que deciden invertir en shitcoins normalmente lo hacen con un objetivo: ganar dinero en poco tiempo. Si una criptomoneda cuesta 50 céntimos de dólar y su precio aumenta a un dólar, la rentabilidad será atractiva.
Mientras más inversionistas se unan al mercado, mayor será su valor. Por eso, los inversionistas iniciales intentan atraer a más personas por distintos medios, pero esto podría ser un intento de manipular el mercado.
El propósito es comprar estas seudo criptomonedas al inicio, cuando su valor es muy bajo. Apenas el precio aumente de forma significativa, los inversionistas rápidamente las venden, por lo que no es una inversión a largo plazo como se haría con bitcoin.
Al final, los mayores beneficiados son los creadores de las shitcoins, no los inversionistas. Por eso hay señales a las que hay que estar atentos como: una página poco trabajada o inexistente, un proyecto que no aporta nada nuevo, un plan inexistente y un desinterés por su comunidad.
Ante la proliferación de las shitcoins, incluidas las meme coins, que surgen simplemente por especulación de mercado, es necesario que las personas sean cautelosas e investiguen los fundamentos o proyectos detrás de cada moneda que solo apuntan a tener una ganancia grande en un corto período. En definitiva, son criptomonedas inútiles y lo recomendable es mantenerse alejados de ellas.
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