El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió el sábado a su par Vladimir Putin sobre los «severos costos» que tendría para Rusia invadir Ucrania, al cabo de una jornada de intensos esfuerzos diplomáticos que no consiguieron disminuir las tensiones en torno a esa exrepública soviética.
Putin dijo que la sospecha de un ataque contra Ucrania era una «especulación provocativa». Su asesor diplomático denunció un «auge» de la «histeria» norteamericana.
El asesor, Yury Ushakov, indicó sin embargo que durante una conversación telefónica de cerca de una hora, ambos mandatarios «concordaron en mantener los contactos en todos los niveles» para desactivar la crisis.
La Casa Blanca informó por su lado que en esa conversación, Biden «dejó en claro que si Rusia emprende una invasión, Estados Unidos, junto con sus socios, responderá decisivamente e impondrá rápidos y severos costos a Rusia».
Y «reiteró» que atacar a Ucrania «produciría un sufrimiento humano generalizado y disminuiría la posición de Rusia».
Conversación entre Putin y Macron
Putin mantuvo una charla previa con el presidente francés, Emmanuel Macron. Este le advirtió que «un diálogo sincero no es compatible con una escalada militar» en Ucrania, según informó la presidencia francesa.
Putin, según el Kremlin, criticó en esa conversación las «entregas a gran escala de armamento moderno» a Ucrania. Aseguró que estas crean «condiciones para posibles acciones agresivas de las fuerzas ucranianas» en el este del país. Allí se encuentra una región controlada por separatistas prorrusos desde hace ocho años.
La posibilidad de una guerra llevó a numerosos países occidentales a recomendar a sus ciudadanos que salgan de Ucrania.
La propia Rusia admitió que está reduciendo su personal diplomático en Kiev. Argumentó que se debe a las «provocaciones» ucranianas y de países occidentales.
Mantener la calma
El viernes, el consejero de la Casa Blanca para la Seguridad Nacional, Jake Sullivan, afirmó que la ofensiva rusa era una «posibilidad muy muy real».
Los responsables estadounidenses no descartan que Rusia tome esta decisión incluso durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, que terminan el 20 de febrero.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, juzgó el sábado que las declaraciones de Estados Unidos eran demasiado alarmistas. Sin embargo, reconoció el riesgo de una invasión.
«Toda esta información está provocando pánico y no nos está ayudando», indicó el líder ucraniano.
Miles de manifestantes protestaron en Kiev, diciendo que se negaban a ceder al pánico.
«El pánico es inútil. Debemos unirnos y luchar por nuestra independencia», dijo la estudiante Maria Shcherbenko, con un cartel que decía: «Permanezco tranquila. Amo a Ucrania».
La crisis surgió tras el despliegue de más de 100.000 militares rusos en la frontera con Ucrania hace varias semanas.
Moscú ha negado repetidamente que quiera atacar a la antigua república soviética. Pese a ello exige ciertas garantías en materia de seguridad, entre ellas que la OTAN no admita entre sus miembros a Ucrania, un punto inaceptable para Occidente.
Salir del país
Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido, Países Bajos, Canadá, Noruega, Australia, Japón e Israel pidieron a sus ciudadanos que salgan rápidamente de Ucrania.
La aerolínea de bandera neerlandesa KLM suspendió sus vuelos a Kiev, «hasta nuevo aviso».
Rusia comenzó el sábado nuevas maniobras navales en el mar Negro para «defender la costa marítima de la península de Crimea», anexada en 2014, de potenciales amenazas.
El Ministerio ruso de Defensa señaló que su Armada había echado a un submarino estadounidense de sus aguas en el océano Pacífico.
Rusia realiza estos días maniobras en Bielorrusia, en las fronteras de la Unión Europea y de Ucrania.
Para los países occidentales, todos estos ejercicios son particularmente preocupantes porque cercan militarmente a Ucrania.
Bombardeos aéreos
Por su parte, la Casa Blanca destacó la «notable» unidad de los países occidentales ante lo que considera el momento más peligroso para Europa desde el final de la Guerra Fría, hace 30 años.
Asimismo, los estadounidenses, que compartieron sus análisis de inteligencia con sus aliados, esbozaron un escenario dramático en caso de una ofensiva rusa. Probablemente «empezaría con bombardeos aéreos y ataques con misiles que obviamente podrían matar a civiles», dijo la Casa Blanca, explicando que también habría «un asalto rápido» a Kiev.
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