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Hugo Marino, más de 1.000 días desaparecido y la incertidumbre de no saber si está muerto

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Hace más de 1.200 días que el empresario Hugo Marino desapareció en Venezuela. Sus familiares han suplicado respuestas a las autoridades de los organismos de seguridad y de las instituciones del país, pero no lo han logrado. Cuentan los días mientras crece la incertidumbre y se profundiza el silencio: ¿estará vivo, preso en la Dirección General de Contrainteligencia Militar, en alguna de sus casas de tortura o estará muerto?

Después de tanto tiempo de nada tienen certeza. Las piezas del inmenso rompecabezas que medianamente habían armado su madre, esposa e hijos con la poca información extraoficial conseguida, se movieron con el paso de los meses, y ahora de los años. Alguien, también, ante la búsqueda y la presión, pudo haberlas cambiado.

Funcionarios de la Dgcim presuntamente lo detuvieron en Caracas el 20 de abril de 2019, poco después de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Había llamado a sus familiares para avisarles que todo había salido bien y que volvería a comunicarse con ellos en la noche, pero nunca lo hizo. Desde ese momento nada más se supo del empresario.

“Lo empezamos a buscar porque era muy extraño que no se volvió a comunicar. Hugo nunca dejaba de llamar. Cuando él salía siempre estaba muy pendiente de todo en casa. No había manera, nadie lo vio, no llegó a donde iba”, aseguró su madre Beatriz Salas en una conversación telefónica con El Nacional desde Estados Unidos.

Rápidamente, comenzaron a hacer las diligencias necesarias, se comunicaron con la organización no gubernamental venezolana Foro Penal y presentaron la denuncia de la desaparición de Marino ante los organismos correspondientes en el país.

Hugo Marino

Hugo Marino, también rescatista, viajó a Venezuela para investigar de forma independiente sobre el accidente aéreo en el que murió el hijo de Miguel Pérez Abad, exministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera. Foto Archivo

Hugo Marino

“Una persona allegada a nosotros, que no puedo decir quién es, me llamó y me dijo que a Hugo lo tenían en la Dgcim. Es un militar muy amigo de mi hijo. Tanto así que él me pasó un mensaje, que le enviaron desde lo interno, que decía que mi hijo estaba allí. Pero lo tenían de una manera en la que nadie supiera porque lo fuimos a buscar muchas veces y siempre dijeron que no estaba”, afirmó Salas.

El régimen chavista le niega la información, expresó. Incluso Tarek William Saab, fiscal general de Nicolás Maduro, la bloqueó en Twitter, plataforma donde a diario denuncia la desaparición de su hijo y exige una investigación. Tampoco le han respondido Vladimir Padrino López, ministro de Defensa; Douglas Rico, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas; ni Diosdado Cabello, otra de las figuras con alto poder en la cúpula revolucionaria.

Hugo Marino había prestado servicio en algunas ocasiones con el gobierno de Venezuela. El último trabajo en el que estuvo involucrado en el país fue en la búsqueda y el rescate de la aeronave YV2896, siniestrada el 4 de julio de 2017 en Nueva Esparta. Pero al concluir con esas labores regresó a Miami.

No volvió a Venezuela sino hasta el día en el que desapareció. Un viaje que había hecho, según Salas, solo para constatar las condiciones en las que se encontraba su casa en Caracas. Su madre dijo que, hasta donde sabe, Hugo Marino no tenía contrato en ese momento con el gobierno socialista.

Miguel Pérez Abad: una duda constante

Entonces, ¿cuál sería el interés del régimen venezolano para detener a Hugo Marino? No está claro. Los familiares recuerdan que el último vínculo entre el empresario y el chavismo fue Miguel Pérez Abad, exministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera y actual diputado a la Asamblea Nacional electa en 2020.

El funcionario, de acuerdo con el testimonio de Salas, llamó a casa de Hugo Marino poco después de que se siniestró la aeronave Learjet 25 YV3191 cerca de la costa de Naiguatá, en el litoral central. En ese accidente, ocurrido el 19 de agosto de 2017, murió Miguel Pérez Oubiña, hijo del ahora parlamentario.

Foto: Archivo

También fallecieron el empresario Luis Napoleón Picardi Flores, el piloto Nelson Bejarano, el copiloto Joan Marrero y Juvencio Carvajal, quien sería el jefe de Seguridad de Picardi. El vuelo salió desde el aeropuerto de Maiquetía con destino a la ciudad de Barcelona, en Anzoátegui.

El accidente, otro misterio

De los resultados de las investigaciones muy poco se sabe. Medios especializados en catástrofes aéreas señalaron que el piloto perdió el control de la aeronave cuando estaba por encima de los 20.000 pies de altura y se precipitaron al mar. Por escasas fotos difundidas se presume que el jet quedó totalmente destruido. Solo se encontraron escombros o partes flotando en el agua y nunca se informó si se logró el rescate de alguno de los cadáveres.

“El señor Pérez Abad llamó un domingo a nuestra casa a hablar con Hugo. Sí me comentó, porque estábamos todos en familia, que Pérez Abad estaba muy angustiado porque no sabía dónde había caído la avioneta. Mi hijo me comentó que esa avioneta no debió caer lejos porque estaba recién salida de Maiquetía. Eso fue lo que él comentó en casa, ahora, ¿qué pudo haber hablado con el señor Pérez Abad? No lo sé”, expresó.

Salas afirmó que en varias ocasiones le escribió al diputado y obtuvo una respuesta en meses recientes, aunque no satisfactoria. “Él publicó en Twitter algo sobre la empatía. Le escribí y le pregunté por qué no tenía empatía y que, por lo menos, me dijera si sabía dónde estaba mi hijo. Me contestó por mensaje privado que sí había hablado con mi hijo, pero solo para preguntarle sobre el accidente, que no sabía más nada. Eso fue lo que  me dijo”, manifestó.

Captura de pantalla

Marino publicó en agosto de 2017 varios trinos dirigidos al ministro chavista. “Ingeniero, creo debe contactarme”; “ministro, con todo respeto y consideración, solicito cinco minutos de su tiempo”, “ministro, con todo respeto y consideración, poseo información de su más profundo interés”. Esos fueron los mensajes que el buzo dirigió al funcionario y que no tuvieron respuestas públicas. Se desconoce si Marino consiguió información importante sobre el accidente aéreo que involucró al hijo de Pérez Abad o si estableció otra vez contacto con él después de aquel domingo.

El Nacional intentó contactar a Miguel Pérez Abad, pero no hubo una respuesta antes de la publicación de este trabajo.

“Para el régimen Hugo Marino no existe”

El caso de la desaparición de Hugo Marino se denunció ante la Corte Penal Internacional, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Organización de Estados Americanos. Pero en ninguna de esas instancias hay un avance. La denuncia también llegó a la Procuraduría de Italia porque Marino tiene la nacionalidad italiana.

El que está mandando ahorita en Italia es el Movimiento 5 Estrellas, que está con Maduro y con Chávez. Para mí, este silencio por parte de Italia responde a la empatía ideológica por el régimen de Nicolás Maduro, porque no hay otra explicación”, presumió.

“El régimen no ha dicho nada, ha estado completamente mudo. Para ellos Hugo Marino no existe, nunca ha existido; si no me hubiese dedicado a buscarlo y a denunciar todos los días la desaparición, él hubiese quedado en el olvido, en la nada. Pero no voy a dejar de buscar a mi hijo porque tengo que saber qué pasó con él”, manifestó.

Salas admitió que no sabe qué más hacer ni a quién pedir ayuda. Ha intentado todo lo que ha estado a su alcance.

Cuando Hugo Marino tenía seis meses desaparecido, recordó su madre, el abogado Alonso Medina Roa la llamó para decirle que había encontrado a su hijo y que estaría internado en el Hospital Militar de Caracas. El doctor le aseguró que se dirigiría a ese centro médico, pero luego, aseguró Salas, Medina Roa le dijo que no pudo confirmar esa información.

Captura de video

Desde ese momento no supe más. Muchísima gente me ha dicho que lo sacaron para Cuba, otros me dicen que lo sacaron de la Dgcim. Me han dicho tantas cosas”, expresó con frustración.

Dijo asimismo estar segura de que Hugo Marino no está en La Tumba, un peligroso sótano con siete celdas, según descripciones de sobrevivientes, ubicado en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional en Plaza Venezuela.

“Hay personas en La Tumba que me confirmaron que no está ahí. No sé si lo tienen en la Dgcim (de Boleíta) o en La Casa de los Sueños que está en el 23 de Enero. He buscado por todos lados, pero ellos tienen muchísimas casas donde llevan a la gente para torturarla. Es muy difícil porque estoy luchando contra una gente que tiene demasiado poder, y quisiera entender por qué desaparecieron a mi hijo. Lo quisiera entender, pero no puedo, porque mi hijo no era político”, manifestó.

Puede ser que su desaparición esté relacionada con el caso de Pérez Abad, retomó Salas.

Sin escatimar con Carlos Lanz

Antes de confirmar el asesinato del dirigente de izquierda Carlos Lanz, el fiscal Tarek William Saab tuiteó al menos 20 veces para informar sobre ese caso, asegurar que se mantenían las averiguaciones, enviar mensajes de solidaridad a los familiares y promovió una línea de comunicación para recibir información que ayudara a ubicar al profesor. Por la desaparición de Hugo Marino: cero resultados.

Foto: Yuri CORTEZ / AFP

“¿Por qué hizo ese despliegue? Porque formaba parte de la revolución”, dijo Beatriz Salas a esta redacción.

Saab, en una conferencia de prensa el lunes 11 de julio pasado, afirmó: “A nosotros (el Ministerio Público) nos corresponde no escatimar y estar las 24 horas atendiendo este caso, como hemos hecho desde el 8 de agosto de 2020”. En esa fecha desapareció Lanz, un año y cuatro meses después de la desaparición de Hugo Marino.

En varias ocasiones el nombre del buzo italovenezolano se ubicó en las tendencias en las redes sociales por usuarios que exigieron el mismo interés en el caso de Hugo Marino. Beatriz Salas cuestiona el silencio de las autoridades y la inacción de los organismos de seguridad y de las instancias de justicia venezolanas en el caso de su hijo.

“Temo no encontrarlo”

Salas dijo que ha buscado a Marino con lo poco que ha tenido y pide que su desaparición no quede sin resolverse. Está clara de que, mientras lo busque, si está vivo, sus captores lo mantendrán con vida, y cree que el día en el que lo deje de buscar, lo van a desaparecer. En estos momentos, admitió, tiene miedo de no volverlo a encontrar, pero afirmó que no dejará de luchar hasta encontrar la verdad.

“Pensaron que me iba a cansar de buscarlo y lo que no piensan es que en el amor de una madre no se cansa nunca. Todos los días, todas las mañanas, cada vez que pongo un tuit, me siento tan mal, pero lo tengo que seguir haciendo. Y he pedido a las madres de estos señores, y le he pedido los señores que están en esto, que se comuniquen conmigo, solo para que me den un poco de tranquilidad. Ya no sé a quién acudir, ya yo no sé a quién más pedirle ayuda”, manifestó.

Salas dijo que no entiende cómo podrá conseguir a su hijo si las personas que se encargan de hacer cumplir las leyes no le responden.

“Tarek William Saab tiene que ser el fiscal de los venezolanos. Es su deber contestar, abrir una averiguación para saber qué pasó con Hugo. Pero como yo estoy segura de que él sabe qué pasó con mi hijo, no le interesa hablar conmigo. Para mí, él sabe dónde está o qué le hicieron a mi hijo. Que cumpla con su deber, que se acuerde de que lo que está haciendo es un delito, y de que en algún momento van a tener que pagar porque no pierdo la esperanzas de que sean juzgados. Ellos no solo desaparecieron a mi hijo, ellos secuestraron a toda esta familia, nosotros estamos todos los días en una eterna angustia. Ellos violan los derechos humanos de mis nietos”, agregó.

Beatriz Salas explicó a El Nacional que se encuentra en Estados Unidos, a donde solía pasar vacaciones, porque su esposo falleció y Marino le pidió que no se quedara sola en Venezuela. Actualmente, vive con sus nietos y no puede regresar al país porque tiene su pasaporte vencido y porque, además, está consciente de que si regresa las autoridades venezolanas la detendrían inmediatamente. Por eso decidió quedarse.

“Ellos tenían una familia bien bonita, pero ahora falta él”, dijo.

Foto: Archivo

“Cuando una persona muere… mi hija murió de repente, después murió mi esposo, con seis meses de diferencia. Hugo era mi soporte porque él siempre buscaba que yo estuviera bien. Me ayudó a que siguiera adelante, no dejó que cayera; yo sé dónde está mi hija y sé dónde está mi esposo. Sé dónde están ellos, pero la peor desgracia del mundo es que no puedo decir dónde está mi hijo y eso es terrible. Es una de las cosas que no se la deseo a nadie. Todos los días amanezco pensando: ¿será hoy que lo voy a encontrar?, ¿será hoy que lo voy a saber de él? Llega la noche y tampoco. Al día siguiente tengo que poner otro número (a sus días de espera). Yo no soy una muchachita, y doy gracias porque no sabía que Dios me había dado esta fortaleza”.

“Es el deber de Saab buscar a mi hijo porque para eso es el fiscal. El defensor del pueblo es defensor del régimen, de más nada. Douglas Rico está pintado en la pared. Le escribo todos los días a Diosdado Cabello por Twitter, que todavía no me ha bloqueado; le escribo a Padrino López y les voy a seguir escribiendo todos los días. A Tarek le digo que cumpla con su obligación, que se acuerde de que comete un delito y que él tiene la obligación de abrir una investigación, para eso está puesto allí. Hablar con Tarek es como si hablara con el viento porque no le importa lo que yo le pida”, expresó Salas.

Recordó al fiscal general que la justicia internacional “en algún momento” alcanzará a quienes no han cumplido con su deber. Y aseguró que los organismos internacionales son los únicos con la que puede contar porque en Venezuela no la conseguirá. En eso está poniendo toda su esperanza, aseguró. En el país los presos políticos son olvidados: si los familiares no se acuerdan, los meten en unos depósitos donde nos lo van a sacar más nunca, afirmó.

Mucha gente, expresó, le ha dicho que posiblemente Hugo Marino —quien estuvo cerca de participar en las frustradas labores de rescate del submarino ARA San Juan, en Argentina, en el año 2017— esté muerto y que las autoridades de Maduro no saben cómo admitir ese presunto asesinato.

“Pero me la tienen que pagar. Dios solo me tiene que dar vida porque yo no me voy a quedar tranquila. Si no consigo ayuda por un lado, buscaré por otro. En Twitter empecé sola, pero se ha unido muchísima gente, todos los días tengo a muchísima gente que está ahí conmigo, sin estas personas tampoco hubiese podido hacer que la denuncia no quedara en el olvido; a todas esas personas les agradezco porque están ahí siempre, constantes; personas que no conozco. Pero también hay muchos que me dicen que lo busque en las fosas comunes, en el cementerio. Otros también disfrutan haciendo daño”, manifestó.

@Luisdejesus_

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