Genaro Prieto, a quien se le atribuye la propiedad intelectual de ese famoso y emblemático joropo que nos pone a recorrer musicalmente ese importante estado de Venezuela, no se imaginó cuando bordoneaba ante el arpa haciendo el arreglo, que Apure en un viaje se podía constituir en una perfecta referencia para comprender lo que ocurre actualmente en toda la frontera sur occidental de Venezuela. Ya no se trata de hacer un periplo por El Samán, La Estacada, Bruzual, Palmarito, Mantecal, Guasdualito, San Fernando de Apure, Achaguas, y todas esas coloridas poblaciones que integran esa pujante entidad política y geográfica de Venezuela.
Apure es la puerta de entrada al corazón de Venezuela en esa lengüeta que penetra en todo el estado Guárico y que desde allí ejerce un área de influencia hacia otros importantes estados del país como Aragua, Carabobo, Miranda y Anzoátegui. Los ríos Arauca y Apure lo atraviesan en una superficie bien importante, haciendo del escalonamiento que hacen esos cursos de agua una importante ventaja para propósitos militares. La desembocadura del río que da nombre al estado, en el Orinoco, establece una diferencia significativa entre el norte y el sur desde su nacimiento en la confluencia de los ríos Uribante y el Sarare arriba en el noroeste en el estado Táchira y a lo largo de los 1.095 kilómetros de recorrido hasta el oeste de Cabruta donde se funde con nuestro río principal. De manera que podemos decir que Apure divide a Venezuela en dos significativos toletes geográficos desde el nacimiento del río Apure hasta la desembocadura del Orinoco en su delta. Al sur de esos ríos hay otra Venezuela. Allí vive otro país. Es otra realidad geográfica, hay otra palpitación social y un importante aporte económico que se expresa con formas legales en la explotación petrolera, el comercio, la ganadería y la agricultura especialmente; pero donde los rubros más significativos son el narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, el tráfico de minerales estratégicos, la trata de personas y otras formas del delito. Esa zona desde hace mucho tiempo, alentado desde los tiempos del presidente Hugo Chávez, está bajo el control de grupos ilegales ante la nula presencia del Estado venezolano. La guerrilla colombiana ha hecho de esa bisagra binacional formada por la vecindad fronteriza del estado Apure con el departamento de Arauca del lado colombiano, una zona con vida propia, con autonomía, control y ejercicio de gobierno de los ilegales. Un estado dentro de Colombia, y de… Venezuela. No es una tierra de nadie, es una jurisdicción que tiene población afín, territorio controlado y se ejerce soberanía y, donde se ejerce un gobierno paréelo al central que está en Caracas. Eso tiene un nombre. Y es mi primer alto en este viaje en Apure en una población que se llama Geoestrategia.
Sigo mi viaje. La revolución bolivariana no está confinada a los cuatro puntos cardinales de Venezuela, es un proyecto político de alcance global que ha venido cumpliéndose sin intermitencias en sus fases para alcanzar el poder de la dictadura del proletariado en todo el mundo. Con asiento en La Habana, desde donde se monitorea el seguimiento y el control político, y siguiendo las pautas precisas de los acuerdos políticos y militares suscritos con China, Rusia, Turquía, Irán, Bielorrusia, Nicaragua desde los tiempos de Hugo Chávez en la presidencia de la república y con Nicolás Maduro como canciller, las líneas trazadas dan importancia a lo grueso que deriva de lo que ocurre en este momento en Crimea, en Ucrania y Kazajistán y las posiciones de Rusia frente a la OTAN; pero también a lo aparentemente pequeño y parroquiano del vecindario sub regional en esa casilla de ajedrez que se llama Apure. Y aquí estoy pasando, en este momento con mi caballo por ese pueblo que apelan como socialismo del siglo XXI y eso es política pura y dura.
Apure irradia al norte hacia los estados Táchira, Barinas y Zulia, y desde allí colinda en Colombia con los departamentos Goajira, Cesar, Norte de Santander, Arauca, Vichada y Guainía, todos con un historial de importante presencia de los grupos irregulares que han hecho vida delictiva desde el vecino país hacia Venezuela y con una posibilidad categórica de alcanzar el poder en las próximas elecciones presidenciales en mayo de este año. Esa importante franja es la proyección de la Nueva Marquetalia que es una realidad cuyo eje principal está en Apure y que promueven las FARC con todas sus fachadas políticas y legales, y que convierten en hechos políticos y militares sus disidencias desplegadas. Se trata de ampliar el poder revolucionario en Colombia el próximo mayo y garantizar en Venezuela su permanencia en el marco de los acuerdos y convenios del internacionalismo proletario. Creo que esta localidad se llama «La Estrategia» y en muy pocas oportunidades el liderazgo político de la oposición al régimen usurpador que encabeza Nicolás Maduro desde Miraflores ha hecho un viajecito turístico para ver qué tienen esos predios de Santos Luzardo y doña Barbara.
A medida que se continúa con el viaje y se tramonta a todo el cajón de Arauca se va a conseguir uno con dos ciudadelas frente a frente. Desde que se hizo concepto el enfrentamiento de los seres humanos y este fue definido y estampado en los libros como un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad, según la definición de Karl von Clausewitz en su magnífica obra De la guerra, ambas están allí haciendo guarnición a lo largo de los 76.500 kilómetros cuadrados, en los 7 municipios que lo segmentan, levantando el estandarte de la violencia y atendiendo a los toques de los cornetas de órdenes que se expiden desde Caracas, La Habana, Moscú, y Pekín para enfrentar a Washington en el tablero global. Se trata del amplio vivac llamado «Los Militares», con lugareños como las disidencias de las FARC, el ELN, los miembros del FBL, la delincuencia común, los colectivos paramilitares, los terroristas de Hezbollah, la fuerza Qds y el ejército de línea que cada cierto tiempo se moviliza a la zona para obligar a sus contrapartidas colombianos a desplegarse del otro lado, por si acaso la chispa. Si, la chispa, eso que los académicos llaman un incidente internacional. Sobre todo, cuando al otro lado del planeta se hacen movidas amenazadoras. Como en este momento con el tema Ucrania, Kazajistán, Crimea y la OTAN. El punto es que allí, en esa vasta extensión llanera se mantiene esa imponente metrópolis y al frente, amenazadora y, en un reto que se prolongará por mucho tiempo, se levanta esa otra urbe milenaria que mientan «La Guerra».
La posibilidad de que el cajón de Arauca apureño sea el escenario de un conflicto estrecho en el corto o mediano plazo, capaz de establecerse en balance para generar una crisis planetaria en contigüidad con la de los misiles en el año 1962 está allí y permanece latente. Esa eventualidad, que cuando se plantea se descarta olímpicamente, está allí alineada con el concepto doctrinario oficial de la FAN en la línea del nuevo pensamiento militar revolucionario que llaman la tripolaridad y la guerra difusa. Allí está. Solo hay que pasearse por todas esas villas llaneras que atravesamos en este viaje y que se mencionaron puntualmente. Allí están.
Uno sigue su viaje en Apure esperando ver otro tipo de panorama y paisaje como dice la letra original pero no se vislumbra nada esperanzador. “Por caminos cabalgando, faltan unas pocas horas para continuar viajando…”
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