¿Es la oposición venezolana una vergüenza?

Es un tema controversial, no obstante atrevámonos a hacer la crítica constructiva, hablemos un poco de lo que estamos viendo en Venezuela y en particular de nuestros compatriotas en la llamada oposición, o eso suponemos son, me refiero a aquellos que dicen ser de la oposición pero nos dejan profundas dudas.

En principio, pienso que después de ver en lo que se ha convertido la oposición venezolana, es razonable pensar que lo más deseable que nos puede traer el 2022 es una nueva oposición. Definitivamente que la necesitamos, habida cuenta de que la actual sigue persistiendo en el gravísimo problema de indefinición, perseguida por una guerras de caudillos; de generales sin ejército y peor aún, en muchos casos, de una guerra entre serviles pero al régimen de Maduro.

Francamente es una verdadera vergüenza la forma como se han comportado líderes de la oposición. El trabajo del régimen de secuestrar las siglas y comprar la conciencia de muchos ha dado sus frutos, ha logrado no solo la atomización casi total del aparato de la unidad sino que ha dejado al descubierto los verdaderos rostros de los líderes opositores.

Ahora tenemos nuevos supuestos líderes de la oposición, estamos en un tiempo en el que cualquiera puede llamarse oposición, quizás ese sea el mayor triunfo de Maduro, pulverizar la credibilidad y el honor de un opositor, es el caso del pastor Bertucci o Claudio Fermín, por mencionar dos de los más ilustres nuevos opositores. A estos sujetos no les incomoda que les vean acompañados por colectivos chavistas, no guardan siquiera la apariencia porque es su objetivo devaluar el valor del opositor, es toda una táctica básica de los militares en guerra de quebrar el espíritu de su oponente, recuerden que los chavistas solo aplican tácticas de guerra en política, así que tienen una amplia ventaja contra la oposición cuya formación es civil y no entiende de estrategias suma cero.

Así que la estrategia chavista ha llenado el país de nuevos opositores, entre los que se encuentran los llamados alacranes, gente de inimaginable sentido de la oportunidad y sin ninguna condición ética, gente que en su mayoría proviene de las filas de los partidos de la oposición que conocíamos, con una gran trayectoria de decenas de años en ellas y ahora han visto escribir sus nombres en las páginas de la deshonra. Incluso fueron lideres que estuvieron al frente de marchas por la libertad, los mismos que enviaban a activistas a chocar contra las fuerzas militares durante las manifestaciones y cuyo balance se saldaba en cifras de caídos asesinados por las fuerzas represivas de Maduro. Es decepcionante por eso ver que son ellos los que hoy aplauden al dictador y le limpian la cara y las manos. De eso se trata esta terrible decepción con estos opositores y qué dirán los familiares de esos jóvenes asesinados y de los miles de caídos durante las crisis sanitarias provocadas por la negligencia gubernamental de Maduro que ha dejado a los hospitales sin médicos ni medicinas y gente muriendo en la calle. Qué triste que ahora estos opositores hayan cambiado de opinión para apoyar a Maduro.

El mundo está observando esta locura, la gente se pregunta qué tipo de oposición tiene Venezuela, acaso se está tomando en serio la circunstancia de la acusación que pesa sobre Maduro ante la Corte Penal de La Haya por crímenes de lesa humanidad, ni siquiera Fidel Castro con todo el daño que hizo a la humanidad ha tenido memorable deshonor. En la Fiscalía de la Corte Penal no frenan la recepción de casos, no solo están investigando las asesinatos cometidos por las fuerzas de seguridad de Maduro durante las manifestaciones estudiantiles, también los casos de Oscar Pérez, el concejal Fernando Albán, el capitán de corbeta Acosta Arévalo, el coronel Juan Hurtado, las cientos de víctimas reportadas en los informes de Bachelet y de la Misión de Naciones Unidas y el más reciente crimen cometido por la policía militar en contra del general Baduel, asesinado en las cárceles de Maduro. Sin embargo, la oposición venezolana luce bastante distraída y entretenida tomando parte del juego electoral de Maduro, encerrada en su propio laberinto de mentiras y errores, evadiendo sus responsabilidades, evitando condenar el genocidio en Venezuela y los crímenes del régimen, ocultando la cabeza como el avestruz, ¿es su culpa que nos llamen cobardes?, definitivamente sí.

Lo dijo el presidente Castillo de Perú, que éramos unos cobardes los venezolanos, lo dice porque en su criterio huimos, lo cierto es que el contexto real es que estamos en el derecho de evitar una confrontación con un ejercito, de eso se trata, este señor pretende que los venezolanos que están desarmados se enfrente contra un ejército como el de Maduro, uno de los mejor equipados de Latinoamérica, armado con lo mejor que ofrecen los rusos y chinos, pero de eso se trata este señor, de manipular a la opinión pública, claro que Castillo lo que realmente tiene es miedo, ya que de convertirse en ciudadanos ese millón de desplazados venezolanos, serán voto duro por la democracia, y ninguno como el tendrá la mínima oportunidad.

Volviendo al tema de la oposición, tenemos una explosión de alacranes, no sabemos el alcance, pero todos los días sale del closet uno.  Salvo pocas figuras de relevancia nacional, el resto de los opositores han decidió tomarse la pastilla azul de Matrix y plegarse al sistema, que en este caso es una dictadura feroz.

Ellos han decidido entregarse a la suerte de Maduro, ya no guardan la apariencia, se comportan de forma tan detestable que ni siquiera le soportan los partidos aliados de Maduro, además la decepción es mayor cuando incluso dentro de lo poco que queda en la oposición real han surgido terribles desencuentros y denuncias de corrupción por el manejo poco transparente de los bienes recuperados y de la ayuda humanitaria, pero además hay que agregar las fallas totales en la asistencia de los venezolanos en el exterior, salvo contados casos de buena gestión diplomática entre los que puedo solo mencionar a España como la única embajada que funciona para los venezolanos en el exilio, francamente no conozco otra que funcione, en Colombia lo que se ha logrado para los venezolanos ha sido por el interés del presidente Duque y en Estados Unidos por las actividades que han hecho grupos civiles como Casa de Venezuela y otras organizaciones menos conocidas y obviamente el interés personal del presidente Biden que de manera directa firmo el TPS para los venezolanos, de eso se trata todo este asunto sobre la oposición que dice representarnos, que no lo hace bien tampoco en el exterior.

Lo primero que hay que preguntarse entonces ¿tiene sentido seguir apoyando a la oposición, que participa en simulacros electorales del régimen, en escenarios controlados haciéndole el juego al señor Maduro para legitimarlo, corriéndose el riesgo de que los venezolanos perdamos los pocos espacios de protección y justicia internacional? Porque el mundo pudiera estar preguntándose, qué tan malo puede ser Maduro que los opositores se pelean entre sí para ir a unas elecciones patrocinadas por él.

Ni modo que es una locura, puede el mundo pensar que nada malo ocurre en Venezuela, que es mentira lo que se dice de Maduro y este es un ángel que nada malo hace. Ese es el punto del porque estamos cuestionando a la oposición, es debido a su negligencia, ambigüedad, falta de sindéresis, de rectitud, falta de transparencia,  de coraje para unirse y enfrentar realmente a Maduro.

Sobre Guaidó, pienso que está equivocado y ha errado, sobre todo porque ha debido curarse en salud y haber promovido de entrada un proceso de transparencia total de nuestros bienes y recursos económicos, incluso si eso le costase la ruptura con otras fuerzas políticas que le apoyan, pero a la final le ha valido de poco ese apoyo ya que muchos de estos aliados se han convertido en alacranes,  pero en el caso de Guaidó, sostengo que es una de las pocas figuras que podemos considerar como legítimas en la oposición venezolana. También los son algunos diputados valientes de la Asamblea NacionaL 2015, incluyo a MarÍa Corina Machado y su gente, sin duda es poco lo que tenemos como recurso humano opositor en quien confiar, también están los cientos de presos políticos, algunos periodistas, y quienes estamos activos en el exterior, si nos ponemos a sumar, realmente somos pocos en la oposición venezolana, pero hay que ponerle ganas, Venezuela es única, es inigualable, Venezuela merece ser libre y vale la pena luchar por ella.

Entiendo que da miedo, pero la oposición tiene la tarea de representar a los venezolanos en un escenario de conflicto, y estamos en uno pero dentro de la guerra de cuarta generación, así que tienen que tener una actitud distinta y dejar de colaborar con el opresor, de lo contrario no son oposición sino parte del régimen de Maduro con una etiqueta de opositor.

Sin duda estamos plagados de traidores, de cobardes capaces de vender a su mamá por una bolsa de harina de maíz, es una lástima, lo he visto en mi alrededor, en quienes solían llamarme amigo o hermano, hoy son simples colaboradores activos de un régimen criminal, mucha gente que no solo ha sido cómplice con su silencio sino que incluso han ido más allá en la delación, de esa gente nada podemos esperar más que silencio y complicidad, ojala algún día sean alcanzados por los mecanismos de justicia internacional en los procesos de memoria histórica.

De eso se trata ser opositor, de estar claro en el terreno que se pisa y mantener una línea coherente en concordancia con sus principios, no se puede estar con Dios y con el diablo, esto es un dilema que todavía no ha resuelto la actual oposición venezolana, sin dudas que la mejor noticia que nos puede dar 2022 es el del surgimiento de una nueva oposición, que así sea.

Me despido deseándoles libertad y democracia, una Venezuela libre en paz. Y les invito a seguirnos leyendo en El Nacional.

@estebanoria