La voz de Enrique Ramil provoca muchas emociones. Comenzó cantando en las calles, algunas de Londres y otras de su España natal. Jamás se desanimó por las puertas que no se abrieron, tampoco por las que se cerraron. Tenía fiel convicción de que su talento en algún momento sería valorado y tendría la oportunidad de llevar su carrera a muchas partes del mundo. Operación Triunfo, Factor X y Tierra de talento fueron algunos de los reality shows en los que participó y que le permitieron llegar a muchas personas.
Fue el ganador de Tierra de talento 2020 y desde allí ha sido un constante el conocer, crecer y cantar en muchos escenarios. El 16 de diciembre se presentará en el Centro Cultural BOD, en la que espera será el primero de muchos encuentros con el público venezolano.
-¿Qué lo impulsó cuando las cosas no salían como esperaba?
-Cada vez que alguien me decía que no, una voz dentro de mí me decía “Tranquilo, ya te descubrirá alguien”. A lo largo de mi vida he ido tocando todas las puertas que se me han brindado; ahí donde me han puesto un micrófono he cantado, y cuando no he tenido una oportunidad, me la he buscado. Hay veces en las que he pensado en tener una vida “normal”, pero en un par de horas se me iban esas ideas de la cabeza. Creo que es importante que Dios te dé un talento, pero es más importante que te dé las ganas.
-¿Cuál es su mayor inspiración, su centro de vida? ¿Qué lo motiva a seguir?
-Mi niño interior. Aprendí muy pronto que si mi niño interior está triste, nada vale la pena… y mi niño interior quiere cantar, cantar y cantar. Cada vez que debo tomar una decisión le pregunto al Enrique de 3 años para saber qué opina.
-¿Cuál considera que es la canción que ha marcado un antes y un después en su vida musical y personal?
-Sin duda el medley que canté en Tierra de talento de “Señora” y “Se nos rompió el amor”, con perdón de toda la gente con la que he trabajado, creado canciones o he cantado suyas. Esa presentación hizo que el maestro Manuel Alejandro me mandase llamar y quisiera conocerme, que Frederick Meléndez quisiera trabajar conmigo, y que gente de tantos lugares del mundo quisiera verme cantar en vivo y saber más de mí. A veces basta una persona que crea en ti para conseguir lo que sea… y eso me lo dio esta presentación.
-Ha competido en programas de talentos, ¿qué le han aportado esos escenarios a su carrera y qué le agregaría o quitaría a esas producciones para que apoyen más a los talentos que participan?
-En mi caso me han aportado exposición y aprendizaje. En algunos programas he disfrutado más que en otros, pero he sido capaz de quedarme con lo bueno. Con el tiempo, claro. Lo que le agregaría es más preocupación por lo que realmente desee la persona que concursa. A veces su opinión, su mensaje, la imagen que quiere dar, qué quieren cantar o qué quiere vestir les importa menos que lo que la dirección tiene planeado para esa persona… No digo que sea siempre así, pero en mi caso, cuando realmente me sentí libre y me dejaron fluir, daba igual ganar o no; lo importante era que todo lo que se viese de mí fuese algo de lo que yo estuviese convencido. Les quitaría las partes en las que se tiene ir alguien del programa y las que hacen a otros concursantes votar quién se va y quién se queda.
-¿Cuál fue la mayor enseñanza y cómo ha manejado la fama a partir de Tierra de talento?
-Mi mayor enseñanza en el programa fue no tener miedo; muchas veces nos ponemos limitaciones que no son reales, pero las hemos dado por válidas. Yo no me atrevía a cantar nada de Rocío Jurado, porque en mi participación en Factor X me eliminaron de la competencia con un tema suyo. Dentro de la dinámica del programa se me planteó ese reto y pensé “si Dios me pone en las manos es porque lo puedo manejar”.
Mi siguiente reto fue hacer del Genio de Aladdin, cantar, actuar y bailar. Una vocecita me decía: “En Operación Triunfo te eliminaron porque no estabas en forma para cantar y moverte a la vez”, y me preparé para estar a la altura, contraté un entrenador personal, me junté con el coreógrafo del programa y di lo mejor de mí. La fama es algo que nunca me ha importado más allá de que me permita llegar a más gente, pero es verdad que el tipo de fama que me ha dado Tierra de talento es una muy bonita, la gente que me ve por la calle y me reconoce es fantástica.
Entre admiración y colaboraciones
Enrique Ramil ha tenido la compañía de varios talentos, tanto en España como en Miami. SanLuis y Karina fueron algunos de los artistas latinos con los que trabajó y no descarta proyectos a futuro con ellos. Temas de Vanesa Martín, Malú, Rocío Jurado, entre otros, han sido interpretados por él.
-SanLuis ha sido clave en esta nueva etapa de Enrique Ramil, ¿cómo ha sido el trabajo con ellos?
-Fue muy bello trabajar con SanLuis desde el primer momento. Por casualidades de la vida yo ya conocía su trabajo, pues mi amigo Arturo Henríquez es un venezolano afincado en Madrid, es gran fan de ellos desde Voz Veis y ya me había contagiado su pasión por la música de los hermanos Castillo.
Cuando mi mánager nos presentó de forma virtual, antes de mi primer viaje a Miami, ya sabía quiénes eran y me sentí muy honrado de contar con ellos en esta nueva etapa. Una vez que nos juntamos, fue marchando todo muy bien, me encantaba componer, grabar y compartir vivencias entre tequeños y arepas.
A la hora de mi concierto en vivo fueron muy generosos conmigo. En mi primera presentación en Miami vinieron a apoyar y cantaron conmigo, y en su reciente espectáculo en Madrid, tuve la gran suerte de abrir su show. Fue muy emocionante recibir tanto amor de sus seguidores, que me arroparon muy bien y me siguen desde ese momento.
-Karina participó en uno de sus temas. En una reciente entrevista mencionó que era un maestro de la interpretación, que escucharte era trasladarse a un tiempo emotivo de la música. ¿Cómo fue trabajar con ella, qué opina de lo que dijo?
-Conocerla fue maravilloso, trabajar con ella fue un regalo. Cada palabra que me ha dedicado siempre ha sido un honor. Leí la entrevista y le mandé un mensaje para agradecerle sus palabras. También ha sido muy generosa conmigo y hemos compartido en su casa. Maravillosa cantante, maravillosa anfitriona y como persona un diez. Cada vez que Su Majestad Karina quiera algo de mí, ahí estaré. Sé que no coincidiremos en Caracas por unos días… hubiese sido maravilloso compartir en el BOD con ella, pero espero que en un futuro sea posible.
-En Venezuela son seguidores de reality shows, especialmente de los que producen en España, y muchos le han conocido por ellos. ¿Qué significa Venezuela y por qué decidió venir a hacer un show en un momento tan álgido por la pandemia y la crisis que vive el país?
-Para mí Venezuela es la cuna de mucha gente importante en mi carrera y en mi vida personal. Tengo grandes amistades que nacieron allá y me hace especial ilusión estar en su tierra. Se me ofreció esta oportunidad y me hizo muy feliz la posibilidad de ir a conocer en persona a la gente que me ha apoyado tanto en la distancia y traer algo de luz, a través de las canciones, a quienes me han dado tanto amor.
¿Qué proyectos del próximo año puede compartir?
-Viene más música, espero cristalizar muchos sueños que tengo y espero poder seguir llegando a otros países con mis canciones.
Sinceridad, amor y arte de Enrique Ramil
-¿Cómo te describes detrás del escenario?
-Un niño grande
-Tiene una pareja estable, ¿cómo ha sido su apoyo en tu carrera?
-Ha sido esencial. La cabeza de los artistas funciona muy diferente y él no tiene nada que ver con el mundo del arte, más allá de su gusto por la música y su gran colección de vinilos. Alguna vez se queja de que nunca le he dedicado una canción, pero yo creo que es mejor así, ¡porque todo lo que canto es de desamor!
-¿Qué es el amor para usted y cómo se siente en este momento de su vida?
-El amor es uno de los pilares de mi vida. No tanto la pareja en sí, no creo en la necesidad de complementarse con alguien para estar feliz y pleno, pero sí creo en lo bello que es compartir el camino con alguien con quien te sientes bien. Las relaciones amorosas me han traído muchas cosas buenas, y de las no tan buenas, he sacado material para cantar mis canciones y las de otros con esa intensidad de la que disfruto tanto. A veces cantar al desamor es mejor que hacer terapia. Interpretas de una forma que enamoras a todos, transmites pasión, entrega y muchas emociones.
-Cuando canta o prepara un tema, ¿está consciente de todo lo que va a pasar o simplemente al cantar ocurre la magia?
-Hay una parte incontrolable de lo que va a suceder en el escenario, pero siempre me preparo con mi coach de interpretación, Ángela Conde. Navegamos por mis vivencias para ver con qué llenamos la letra de la canción y, por norma general, lloro y me desahogo. Siempre digo que la música me cura y esa curación empieza en los ensayos.
-¿Qué debe tener una persona para ser un verdadero artista?
-Verdad. Hay muchas cosas que se pueden aprender, nunca sobra un aprendizaje adecuado, pero la verdad es muy necesaria.
-¿Qué quiere alcanzar Enrique Ramil como persona y profesionalmente?
-Enrique Ramil como artista quiere ser recordado como un cantante de verdad, y como persona, quiere ser feliz y hacer feliz a quienes le rodean.
-¿Cuál es el mensaje que desea dejar con su música y específicamente con su interpretación?
-Me gustaría que toda persona que me escuche sea capaz de ir a su esencia y sanar heridas. En terapia uno sana cuando abre sus heridas y las pone al aire para que curen. Por mi parte, me gustaría ayudar a que la gente abra sus heridas y las sane.
Un breve en directo con Enrique Ramil
-¿Qué le roba el sueño?
-Las injusticias.
-¿Cómo describe la música en tres frases?
-Viajar, sanar y crecer.
-Tres palabras que le definen.
-Un niño grande.
-El sabor y olor que más le gustan.
-La canela y la canela.
-¿Qué le acompaña siempre?
-Un mala budista que me regaló mi amiga Gabriela, una venezolana.
-¿Lo que no puede dejar de hacer antes de cantar?
-Tomarme diez minutitos en silencio para mí, para dar gracias y entregarme.
-¿Cuál es la canción que siempre está presente en su vida?
Imposible quedarme con una…
-Un placer culposo.
-Hace mucho que desasocié la culpa con el placer. Nada de lo que te dé placer es malo. Dios nos creó perfectos hasta en eso.
-¿En quién o en qué pone su fe?
-En Dios y en mi abuelo que me acompaña siempre y me cuida.
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