1. A partir de 2022 debe comenzar un nuevo ciclo en Venezuela. Lo que queda por hacer trasciende a la primitiva e inútil confrontación política que ha destruido a la nación durante las últimas décadas.
2. Todos, tirios y troyanos, rojos y azules, hemos echado a la basura de la historia nacional más de 20 años, repitiendo los mismos esquemas (todos fracasados) y creyendo que así vamos a obtener resultados diferentes y mejores. Imposible una mayor locura.
3. Definitivamente, hay que asumir tres decisiones que pueden cambiar todo en el país, aun cuando conlleve muchos riesgos: poner fin a la camorra política, transformar los partidos políticos y reconstruir todo el aparato productivo y de servicios en el país.
- Lo que hay debajo del mapa rojo (análisis de Jesús Seguías sobre las elecciones del 21 de noviembre)
En Venezuela hay que detener la camorra política
4. Tras 20 años de confrontación radical entre chavistas y opositores, comprobamos seis claros resultados:
- los tiempos de odios y venganzas (iniciados por Hugo Chávez, sin duda) fueron tiempos perdidos;
- el gobierno y la oposición están en su más bajo nivel histórico de aceptación ciudadana;
- ambos han administrado muy mal los poderes que han adquirido;
- lo peor, ninguno logró alcanzar los objetivos programados: el gobierno no hizo ninguna revolución y la oposición no ha logrado cambiar al gobierno;
- en ambos grupos abundan los pillos y los dictadorzuelos; y
- el país quedó destruido con esta confrontación miserable.
5. De manera que la primera decisión que debemos asumir los venezolanos es poner fin a esa camorra política y propiciar con sabiduría y convicción cristiana la reconciliación nacional. No hay más caminos. Se acabaron las excusas.
6. Si ninguno de los dos bloques en pugna logró sus objetivos, entonces es inmoral que continúen con su camorra inútil mientras siguen destruyendo al país. Ambos deben una explicación seria a la nación. Ambos fracasaron durante 23 años. Ambos están obligados a dar un viraje radical en sus estrategias y deben explorar otra dimensión en su lucha por conquistar o preservar el poder.
7. Los temas cruciales de Venezuela se resolverán únicamente bajo el esquema de la reconciliación, el entendimiento mutuo, y bajo acuerdos ganar-ganar. Jamás por la actual vía de la confrontación radical.
8. ¿Alguien, tanto en el gobierno como en la oposición, cree que podrá resolver la reconstrucción de Pdvsa y las empresas básicas de Guayana sin definir el inmenso pasivo laboral que de manera irresponsable les asignaron? ¿Quién será el guapo de la partida que le dirá a los trabajadores de Guayana que hay que cerrar casi todas esas empresas porque ni siquiera son privatizables?
9. ¿Cómo resolverá alguien el reto de la seguridad ciudadana sin poner bajo la ley al rebelde e inmenso sector de motorizados? ¿Quién le pone el cascabel al gato sin que encuentre detractores que salgan a protestar por simple politiquería?
10. Pero a algunos opositores en particular hay que preguntarles: si llegaran al gobierno bajo la estrategia actual de confrontación radical, ¿cómo piensan resolver el mayúsculo caso de la FANB “revolucionaria, socialista, y profundamente chavista”? ¿Cómo piensan depurar los cuerpos policiales? ¿Cómo enfrentarán los cambios en el poder judicial?
11. ¿En serio que los opositores resolverán solos estos asuntos cruciales para el país sin el concurso del chavismo? ¿Y creen que obtendrán el apoyo de los chavistas bajo los actuales esquemas de rechazo y confrontación? Pues están perdiendo su tiempo. Por donde lo miren, temas como estos requieren del más amplio consenso nacional. Quien diga lo contrario está haciendo demagogia.
12. Una duda obligatoria: ¿qué debe pasar si uno de los actores decide apostar a la reconciliación y el otro insiste en seguir en el ring de combate? Pues, la respuesta es sencilla: el que quiera seguir en esta infructuosa e inmoral pelea que lo haga solo, haciendo boxeo de sombra, además del ridículo ante los venezolanos y el mundo entero. Los líderes verdaderos no entregan el control ni ceden ante nadie en cuestión de principios.
13. Ese consenso nacional será el resultado de una firme voluntad para entenderse. Sin cartas bajo la manga. Haciendo alarde de transparencia. Construyendo confianza mutua. Apelando a los actores que generen más confianza en ambas partes, por tanto los representantes del radicalismo exterminador y vengativo están sobrando. O nos enfocamos en el objetivo, o estamos perdidos. No hay más camino.
Próxima entrega: El nuevo rostro del poder en Venezuela: el fin del caudillismo y la transformación de los partidos políticos.
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